"un ca-fe
con dios"
Rvdo. José L. Báez báez
“Más yo en tu misericordia he confiado; Mi corazón se alegra en tu salvación. Cantaré a Jehová, porque me ha hecho bien”. Salmo 13.5-6
En ocasiones son tantas las amarguras que pueden acabar con nuestra confianza y alabanza a Dios. Por ello, muchas veces surge de lo más profundo de nuestro ser una pregunta: ¿Hasta cuándo? Cuando nuestra oración se plasma frente a Dios encontraremos oportuno socorro. No olvidemos que en toda angustia Dios salva y en su amor redimió nuestras vidas. Dios nos levantó y nos levanta todos los días de nuestra vida. Ante Dios tenemos, libertad de palabra, aunque no se justifique la desconfianza. Desahogarnos está bien, delante de Dios, pero desatar un enfado desde la turbación y la mente oscura nos colocaría en el arrepentimiento por la reflexión sobre su amor. La congoja puede llenar nuestro corazón todo el día porque el pan cotidiano, algunas veces, es la aflicción. Es por ello que volvemos nuestras preguntas: ¿Hasta cuándo va a durar esto? Y no en la racionalidad espiritual de ¿Qué me estás enseñando con esto? Muchas veces se nos olvida que todo en la vida del ser humano se mueve a través del propósito. Si la desconfianza, por la aflicción pasa a desconfianza se convierte en desesperación, y el tanto tiempo sin gozo, provoca la desesperanza. Solo aquella queja que llevamos ante Dios nos coloca de rodillas. La queja que sobrepone nuestra racionalidad sobre Dios provoca altivez e indiferencia. David le decía al Seños que le mirara, que considerara su queja, que alumbrara sus ojos, no los de la cara sino los del corazón. Cuando Dios abre los ojos de nuestro entendimiento sabemos a qué gracias hemos sido llamados. Los ojos de la fe ven por encima y a través de todas las cosas. Dígale a Dios que le deje ver más allá de sus apuros y descubrirá, en Dios, un nuevo camino. Cuando nuestros ojos están fijos en Dios nuestra mirada será alterada por la misma alabanza que sale del alma. “Mi corazón se alegra... cantaré a Jehová...”. La queja se torna en alabanza cuando aprendemos a fijar nuestros ojos más allá de nuestros apuros. En ese cambio de mentalidad surge cuando nos acercamos a Dios y no olvidamos su misericordia a través de nuestra vida. Dios nunca nos falla. Cuando pensamos que Dios nos ha olvidado su misericordia se convierte en el ancla que me ayuda a estar firme en medio de la tormenta. Creer en Dios produce paz y gozo. Cantaré a Dios, decía el salmista, porque me ha hecho bien. Dios sabe mi día y en Dios solo está mi alabanza. Cuando la derrota asome su rostro y la desesperanza parezca triunfar solo mire a Dios y no olvide que Dios nos hace bien. Dios en su salvación y misericordia no permitirá que seas vencido/a. ¿Entendiste? Que Dios no permitirá que seas vencido. Deja la queja frente a Dios y su amor y misericordia harán de ella en tu corazón arrepentido una alabanza por el bien de Dios. Oremos: Dios bueno y de infinita misericordia. Ante ti me acerco y en medio de mis apuros te miro para descubrir el propósito en mi vida. Guíame cada día a que mi angustia y apuro no sean la razón que me alejen de ti sino la que me acerquen a tu altar. Sé que alumbrarás mi entendimiento y veré con claridad tu misericordia y salvación. Cantaré porque sé que me has hecho bien. Y diré en mi canción: “Dios ha sido bueno, Dios ha sido bueno, Dios ha sido bueno, Bueno es Dios”. En tu nombre, Jesús, amén.
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Por duro que sea el camino en nuestro pueblo podemos cantar. Tenemos un país fuerte y que mira con esperanza. Nuestra vida, nuestro pueblo no requiere de un Morro para su protección porque Dios es quien nos guarda y nos defiende. No dejaremos de afirmar nuestra fe en día duros porque “Dios ha puesto por muros y antemuros su Salvación. Es por ello que su promesa es “Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado” Isaías 26.3. Confiar en Dios es gozar de completa paz. Dios nos guarda en esa paz, no importa la aflicción y la adversidad que nos pueda sobrevenir. Han pasado dificultades en las que nos hemos puesto de pie. Nuestra Patria está azotada constantemente con el oleaje de los Océanos y se mantiene firme. NO importa cuántas tempestades y truenos hayan rugido amenazantes ahí Dios ha estado con nosotros. Hemos visto la manera en que Dios nos sostiene constantemente. La crisis económica, política, social, cultural e incluso espiritual sacude nuestras simientes pero no los puede mover. Cuando parezca que no tienes en quien confiar y que no queda otra persona sobre la que puedas recostar tu cabeza, confía en Dios siempre, en todo tiempo, con todo el corazón y con toda la mente. Cualquier cosa en esta tierra en la que coloques tu confianza está confinada a perecer. Aquel (Dios) en quien el tiempo no puede ser cárcel es nuestra confianza eterna. “Él era, es y ha de venir”, porque es la Roca de los Siglos. No tiene edad. Es Roca inconmovible y quien en él se apoya jamás será decepcionado.
Oremos: Dios bueno. Nuestra confianza está puesta en ti. Confiaré aunque no vea, aunque no entienda, aunque no tenga nada, siempre confiaré porque sé que eres Dios. Mi confianza no está en lo que mis ojos puedan ver sino en lo que tú ves. En tu nombre, presento nuestras vidas y nuestro pueblo. Tú has sido Refugio y no nos has dejado. Seguimos siendo la Isla del Cordero. En ti tenemos paz y seguiremos teniendo paz. En Cristo Jesús, amén. ¿Será que la gente pierde la paz por no haber energía eléctrica? Creo que olvidamos que si tenemos salud y nuestros seres queridos están vivos podemos estar en paz. Hermanos y Hermanas no comencemos las críticas. No politicemos este asunto. Nuestro pueblo entra en pánico ante cualquier evento imprevisto. Seamos sensatos. No actuemos como quienes no tienen esperanza. Pidamos a Dios que guíe a cada obrero. Esta situación en la que nos encontramos solo es falta de luz. ¿Se imagina si llega un huracán? ¡Seamos pacientes! Demos gracias porque estamos vivos. Demos gracias a Dios porque no es un atentado terrorista. Demos gracias a Dios porque tenemos nuestra familia. No tomemos estos eventos livianamente y para unirnos al coro de los que todo lo critican pero no aportan nada a este país. Nuestra Patria necesita que nos unamos en oración por el montón de obreros y obreras que estarán hasta tarde trabajando y dejan sus esposas/os e hijos/as en sus casas mientras tú espera que se restaure la energía eléctrica. NO perdamos la sensibilidad. ¿Es que acaso no somos cristianos? NO le rindamos culto al diablo que siempre está destruyendo y deteriorando la imagen del otro/otra. Nuestro culto es vivir el evangelio que revela a Cristo. Si en lo que hago por facebook, Instagram, wasap, twitter, etc., no soy mediador de paz, entonces, ¿qué somos? ¿Qué es lo que nos hace diferentes?
Nuestra paz no me la puede quitar nada ni nadie porque es otorgada por Dios a través de Jesucristo. Oremos: .... La amargura es “cortar”, “cortando”, o “afilado”. También implica “sabor amargo”. Eso no es algo que nosotros debamos contener. ¿Se imagina que su sabor sea amargo? En Hebreos 12.15 hay una metáfora con respecto a la amargura. Lo amargo solo produce frutos amargos. La amargura no es constructiva. Hay cristianos que no personan. Les encanta sentir que Jesús les perdonó desde la cruz pero ellos le ponen cruces a quienes no quieren perdonar. La amargura siempre es destructiva. No podemos dejar que la vida nuestra esté llenas de raíces de amargura. NO dejes que crezca la raíz de amargura. Quien dice que jamás perdonará no tiene una raíz más bien tiene un tronco. El perdón es antídoto para la amargura. Quien no perdona es esclavo de quien no persona. Si la amargura reina en tu corazón tendrás estorbo en todo lo que hagas. Que nada te robe la bendición y la salvación. Oremos: Dios bueno. Gracias por la vida. Tu perdón es la razón por lo que puedo vivir en paz con los demás. Gracias porque me enseñaste a perdonar. Tu amor por mí es más grande cada día. Guíame y enséñame a ser más humano cada día. En el nombre de Jesús, amén. 2 Corintios 12.10
Toda adversidad nos hace pensar en qué y quiénes somos. Nos muestra el mundo en que vivimos y la realidad. NO es una opción. ¿A quién le agrada la adversidad? Escucho constantemente y digo: “estoy de pie”. La adversidad es pena, sufrimiento, dolor, y se experimenta porque estamos en un mundo caído. Las adversidades en la Biblia nos muestran lo que Dios hizo al final en cada vida. José experimentó la traición, que lo vendieran, que lo tiraran etc. Luego ocupó el lugar más grande de Egipto. Moisés tuvo que pasar huyendo, gran parte de su vida, y el desierto se convirtió en su casa. Luego Dios lo llamó a ser el líder de su pueblo. Job lo tenía todo y lo perdió todo, pero luego Dios le compensó el doble. Daniel tuvo que pasar por el foso de los leones pero fue colocado sobre los principales del reino. La mujer del flujo de sangre lo gastó todo y lo sufrió por más de 12 años y al final tocó a Jesús y ello le hizo libre. El ciego Bartimeo vivió junto al camino muchos años pero luego escuchó a Jesús pasar y no dudó en gritarle hasta que Jesús le escuchara y le atendiera. En la experiencia que vivas Dios fortalecerá tu fe y te permitirá ser más paciente. Cada día volvemos a ver la misericordia de Dios. Esa misericordia que nos alimenta para seguir caminando. Ante las durezas de la vida aprendemos a confiar la vida en Dios. Hay quienes no se acercan a Dios aunque todo señale que deben hacerlo. Nuestra vida requiere de vivir enfrentando cada dificultad/adversidad en el nombre de Jesús. Sino tengo a Jesús no podré enfrentar mis adversidades de la manera en que él las enfrentó. Si la adversidad llega a tu vida no dejes de enfrentarla. Caer ante los estragos de las pruebas es dejar que todo se acabe. “porque cuando soy débil entonces soy fuerte”. La adversidad podrá llegarán a tu vida pero no son tu vida, las enfrentarás y saldrás airoso/a. Oremos: Dios bueno. Gracias por un nuevo día. Sé que las dificultades de la vida no las puedo evitar. Solo te pido que las pueda enfrentar en tu nombre. Yo mismo no puedo enfrentarlas con mis fuerzas. Estoy frágil y solo tú multiplicas fuerzas al que no tiene ninguna. Fortaleza mía a ti cantaré, porque eres oh Dios mi refugio, el Dios de misericordia. Sin duda me enseñarás a vivir en plena confianza en ti y saldré como el oro. En el nombre de Jesús, mi Salvador, amén. “Y Moisés decididamente llevó adelante su gestión con la seguridad de quien ve al invisible”. Hebreos 11.27
En estos últimos tiempos podemos remplazar muchas cosas: “un fogón por una estufa, un caballo por un carro, una carta por un email, etc., pero nuestra manera de comunicarnos con Dios es incambiable. La decadencia de fe proviene de problemas en la oración. Nuestra vivencia ante Dios y con Dios está en crisis. Nuestra problemática está en que no se ora, en que no se dialoga con Dios. Tampoco se tiene una lectura adecuada de la Palabra. Se vive sin estudiar la Escritura que nos envuelve cada día en Dios. Pueden cambiar muchas cosas pero lo que no cambia es la manera en que debemos persistir en nuestra fe. Cuando hay problema en las disciplinas de la fe, ya sea oración y estudio de la Biblia desfallece nuestra intimidad con Dios. Para hacer nuestra gestión en la vida, con seguridad, debemos mantener nuestra mirada como quien ve al invisible. Fortalecer nuestra relación con Dios provocará que los problemas se vean como dificultades y no como imposibilidades. Afirma tus pies en el camino y no limites tus ojos de ver a Dios en cada paso. La Fe NO se trata de si ves a Dios en tu vida, más bien es si le crees. La ruta de la fe siempre conduce a Dios. Esfuérzate por entrar por la puerta estrecha. Encontrarás desiertos, mares, y diversas circunstancias pero mantente mirante al Invisible. NO olvides que quien camina con Dios sabrá que el desierto jamás será su tumba sino el camino para que su fe afirme en Dios y sus pasos se mantengan firmes. Oremos: Dios bueno y de infinita misericordia. Dios de la vida y de todo cuanto existe. Gracias por un día más. Ayúdame, guíame y susténtame. Te necesito en cada momento. Me mantendré mirándote aunque no vea nada. Sé que mi experiencia de fe no se trata de si te veo o no, más bien es si te creo. YO te creo y sigo caminando en tu nombre, amén. 1 Pedro 1.6-7 6 Así que alégrense de verdad. Les espera una alegría inmensa, aun cuando tengan que soportar muchas pruebas por un tiempo breve. 7 Estas pruebas demostrarán que su fe es auténtica. Está siendo probada de la misma manera que el fuego prueba y purifica el oro, aunque la fe de ustedes es mucho más preciosa que el mismo oro. Entonces su fe, al permanecer firme en tantas pruebas, les traerá mucha alabanza, gloria y honra en el día que Jesucristo sea revelado a todo el mundo. [1] Las grandes pruebas de la vida no son más grande que el propósito de Dios. Las pruebas solo revelan el carácter de nuestra fe. Cuando los gritos de la prueba nos sacuden el alma la esperanza de la gloria y honra en Jesucristo grita más fuerte. Aunque estés en sufrimiento o tristeza hay aguardada para ti una alegría inigualable. Tú estás siendo probado por Dios y tu fe será fortalecida. Serás mejor cristiano/a en la medida que entiendas que esto es por un tiempo breve y que tendrá como resultado una fe viva. Tu fe será más hermosa que el oro mismo. La prueba de tu fe revelará tu perseverancia. La prueba hará que te tambalees pero te hará más fuerte cuando te levantes. Aunque estés afligido por un poco de tiempo, ¡Alégrate! El regocijo es permanente y la prueba momentánea así que Gózate aunque no entiendas en el propósito de Dios. Los quilates de tu fe serán mostrados en la resistencia de las pruebas. Nuestra esperanza en Cristo es más fuerte que cualquier situación. No me detendré a causa de situaciones temporales porque lo que Dios tiene no se compara con ninguna bendición terrenal. Hay algo que me aguarda y es la esperanza de la salvación en quien he creído pero no he visto y he amado aunque no le he contemplado. Tu prueba aquilata tu fe y saldrás más brilloso/a. Resiste y verás que la mano de Dios nunca te dejará si crees. Oremos: Dios bueno. Grande es tu misericordia y más grande que el mar, el cielo y las estrellas. Tu justicia alcanza las nubes y tu gloria cubre la tierra de conocimiento. Me alegro, me regocijo, me esperanzo en ti aunque la prueba sea mi realidad. Tú eres mi ayudador y confío en que no te dormirás sino que me guardarás de todo mal. En tus manos estoy, amén. [1] Nueva Traducción Viviente. (2009). (1 P 1.6–7). Carol Stream, IL: Tyndale House Publishers, Inc. Trigo y hierba mala (cizaña)
Mateo 13.24-30 24Les refirió otra parábola, diciendo: El reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo; 25pero mientras dormían los hombres, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue. 26Y cuando salió la hierba y dio fruto, entonces apareció también la cizaña. 27Vinieron entonces los siervos del padre de familia y le dijeron: Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, tiene cizaña? 28El les dijo: Un enemigo ha hecho esto. Y los siervos le dijeron: ¿Quieres, pues, que vayamos y la arranquemos? 29El les dijo: No, no sea que al arrancar la cizaña, arranquéis también con ella el trigo. 30Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo de la siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla en manojos para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero. El Ministerio de Jesús tiene como tema central el reino de los cielos. Jesús solía utilizar las experiencias cotidianas para enseñar sus mensajes. El primer ejemplo es de aquel que sembró buena semilla en su campo. El problema está en que en el mismo terreno el enemigo siembra cizaña. De manera que la cizaña y el trigo estaban juntos pero no eran lo mismo. Cuando salió la hierba y dio fruto también lo hizo la cizaña. Si te duermes el enemigo siembra cizaña en tu terreno. El método que utilizarían los siervos de la familia era arrancando la cizaña pero sin el cuidado para el trigo. Extraordinariamente es nuestro fruto el que nos identifica. ¿Qué fruto te identifica a ti? En el tiempo de la siega se recogerá primero la cizaña para atarla y quemarla. Te exhorto a que tomes la cizaña que han sembrado en tu terreno y la recojas, la ates y la quemes. Lo que no dé fruto en tu vida es mejor sacarlo antes de que sea lo que nos define. Si tu fruto es de trigo que no se vea en ti vida de cizaña. El enemigo intenta perturbar tu crecimiento con (zizanion) un tipo de cizaña o mala hierba. Esta hierba en los inicios de su crecimiento parece trigo, pero es semilla venenosa. El aspecto, al inicio se parece pero no en sus cosechas. Ningún humano nace fuera de la tierra y es por ello que estamos todos en el mismo terreno (el mundo) sin embargo, lo que será diferente es la transformación que exista en cada uno de los que creen en el Señor Jesús. El mal viene del maligno no de Dios. Ciertamente hay tiempo de ciega y allí sabremos si nuestra semilla es buena o nos dormimos y el enemigo sembró otra. No salga corriendo porque la oración será el abono que nutrirá nuestro crecimiento y cuando venga el cegador nuestro final será de bendición y no de maldición. Oremos: Dios bueno. Dios de infinita misericordia. Nos place hablar contigo y sustentarnos en tu Palabra. Ayúdanos cada día, porque tú eres nuestro escondedero. Llegará el tiempo en que mis fuerzas no den y pueda dormir, en ese tiempo tu mano me sostenga y no haya enemigo que intente sembrar cizaña en mi corazón, en mi mente, etc. Guíame en esta tierra para dar lo mejor de mí y de acuerdo a tu voluntad. No quiero ser de los que son definidos porque parecen cristianos sino como los que al final serán llevados a la eternidad celestial y no al fuego para ser quemados. Te suplico Dios que si me duermo me despiertes para seguir afirmando tu presencia en mi vida. En tu nombre, Jesús, amén. ¿Cuál es la intención de lo que dices?
Los demonios que más han destruido iglesias son el de chisme, la murmuración y la mentira. En proverbios nos dice la Escritura que no andemos con el suelto de lengua. Este mal de tres cabezas viene del mismo infierno. Cuando alguien anda chismeando tiene la intención de destruir. No importa si la información es verdad o mentira el chisme tiene la intención de destruir. La mentira y la murmuración son parte del chisme. El chisme aumenta en la medida que se cuenta. Lo que deja a su paso son víctimas y muchas veces el daño es irreparable. La Palabra advierte: En Levíticos 19.16 se nos advierte no andar chismeando entre el pueblo. En Proverbios 6.19 se destaca al que crea discordia entre hermanos. En Proverbios 16.28 dice que el chismoso aparta los mejores amigos. El chismoso pertenece a la rama destructora que Dios reprobó. Pecado no solo es “beber y emborracharse”, “drogarse”, “mentir”, “murmurar”, también lo es chismear. El chisme es pecado. El que anda chismeando quiere dividir y el que está inconforme crea contiendas con el chisme. Murmurar es hablar a espaldas de alguien, hablar entre dientes manifestando disgusto. El murmurador es reo de muerte. Tan es grave murmurar como el que se complace en la murmuración. Los que se quedaron postrados en el desierto fue por la murmuración. ¿Cuál es el fin del murmurador? He sido chismoso, ¿qué debo hacer? He murmurado, ¿qué debo hacer? Ora a Dios, arrepiéntete y pídele a Dios que guarde tu boca y tus labios de hablar cosas vanas. Pide a Dios dominio propio. Lea 1 Pedro 3.10 “porque el que quiere amar la vida y ver los días buenos, Refrene su lengua de mal, y sus labios no hablen engaño...”. No seas piedra de tropiezo y disfruta la vida con la que Dios te ha bendecido. “Dijo Jesús a sus discípulos: Imposible es que no vengan tropiezos; mas ¡ay de aquel por quien vienen! Mejor le fuera que se le atase al cuello una piedra de molino y se le arrojase al mar, que hacer tropezar a uno de estos pequeñitos. Mirad por vosotros mismos. Si tu hermano pecare contra ti, repréndele; y si se arrepintiere, perdónale. Y si siete veces al día pecare contra ti, y siete veces al día volviere a ti, diciendo: Me arrepiento; perdónale.” Lucas 17:1-4 Hermanos y Hermanas de la comunidad eclesiástica. ¿A qué Cristo te llamó? Si tu fin es destruir debes acercarte a Dios. Dios no permite que haya gente así en su pueblo. Vuélvete a Dios y busca ser de los edificadores de la Iglesia y no de los destructores. Apártate del mal y deja que Dios santifique tu vida cada día. Oremos: Dios bueno. Libra mi boca y mis labios de la mentira, el chisme, la murmuración y guíame siempre en tu verdad. No permitas que hermanos caigan en esta patraña del enemigo. Ser predicadores de paz y verdad es nuestro norte. Lo que hacemos para ti lo hacemos y con reverencia. Ayúdanos a ser limpios delante de ti. Espíritu Santo guíame y ayúdame. En el nombre de Jesús, amén. torEn la fe volverás a levantarte
Nuestra fe no es un asunto emocional. La Palabra dice que “nada nos separará del amor de Dios que es en Cristo Jesús”. Cuando un problema hace tambalear nuestra fe solo revela que estamos en el mundo real. Recuerda que al caer por un problema o una situación no debes perder la esperanza.
Oremos: Dios de la vida. Tú eres quien adiestra mis manos para la batalla. No perderé la esperanza porque está en ti. Aunque el dolor irrumpa en mi ser me sostendré en ti. Tú eres mi fortaleza y siempre me socorres. Hoy me levanto y no permito que la caída de ayer, el problema de ayer, la situación de ayer, sea más grande que tú. Tú eres más grande que cualquier problema que esté viviendo. Vivo para aprender en la escuela de la fe a la que tú permites que esté. Por Cristo, Jesús, Señor nuestro, Amén. |
AutorPastor José Báez Báez Categorías
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September 2017
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