"un ca-fe
con dios"
Rvdo. José L. Báez báez
Jeremías 15.19-21
Dios demanda la conversión en nuestras vidas. La conversión es el cambio de una cosa a otra. Es ser alguien distinto de lo que era. Para que haya restauración debe presentarse la opción de cambio. Así estaremos delante de Dios. Hay que entresacar lo precioso de lo vil para ser como la boca de Dios. No hay forma de ser boca de Dios si existe en nosotros lo vil y lo precioso. Entresaca lo despreciable, lo bajo, lo que no te hace buena persona, buen ser humano y permite que en ti surja lo precioso. No has sido creado para ser despreciable sino para ser precioso/preciosa. ¿Para qué dejar que quién soy se doblegue ante lo que son los demás? Que ellos se vuelvan como tú y no tú como ellos. Hay cosas que no pueden ser negociadas. No negociemos lo que creemos, lo que somos, lo que afirmamos, lo que tenemos porque los demás tampoco lo negocian. La gente quiere que uno sea como ellos dicen, pero cuando le decimos que tiene que cambiar algo, prefieren salir corriendo. El Señor exige conversión y prefieren la perdición. Cuando la conversión tiene lugar Dios te coloca como muro fortificado y pelearán contra ti, pero no te vencerán. Entonces, está demás entender que no tener a Dios es pelear solo, es estar desprovisto del cuidado divino. Dios está contigo para guardarte y para defenderte y para librarte de la mano de los malos. Oremos: Dios de amor y bondad permíteme volverme a convertir en este momento. Mi vida necesita ser renovada en cada instante. Tú eres mi ayuda y me sostengo firme en quien he creído, que eres tú. No dejaré de predicarte, ni mucho menos de afirmar que tú eres Dios. Ayúdame para que otros/otras lleguen a conocerte. En el nombre de Jesús, amén.
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Salmo 41.10 "Mas tú, Jehová, ten misericordia de mí, y hazme levantar...". Hoy estás de pie. Si hay una mañana es porque la misericordia de Dios te extiende una nueva oportunidad. Dios te guarda y te da vida. Nuestras malas acciones nublan nuestra relación con Dios. Lo que sí tengo claro es que Dios nunca ha dejado de mirarme con misericordia porque su relación conmigo nunca ha sido nublada. Hagamos como el salmista y levantémonos. Sea Dios quien nos haga levantar. Dios es nuestra fortaleza. Cuando nos levantamos de los lugares en que nos caemos hemos demostrado que el suelo no es nuestro fin sino la razón por la que nos levantamos. Muchas veces yendo a la escuela, en el pueblo donde vivía me caí. En muchas de mis caída la ropa se me ensuciaba con fango y tenía que regresar a casa. Deseaba quedarme, pero terminar mis estudio era la meta que me inspiraba a seguir caminando. Si te caíste dile a Dios: "Hazme levantar". Nos caemos para levantarnos no para quedarnos caídos. Ninguna situación es tan grande como para no poder seguir adelante. Cuando los días se acaban no podemos seguir, pero mientras el día dure y la vida, entonces no me detendré. Hay un cántico, de Blanton Rivera, que dice: Tú me levantarás Aunque no tenga fuerzas Siempre me amarás a pesar de mi condición y en mi angustia te llamaré porque tú me respondes, Jesús eres mi amigo, y mi esperanza extenderás tu mano y me levantarás, tu misericordia me alcanzará porque tu vives, sé que me levantarás Oremos: Señor, muchas veces me caí y me levanté, pero en nuestras batallas espirituales es necesario que nos ayudes a levantar. Nuestro levantar es en tu Nombre. Jesús tu caída en la cruz no marcó el final sino el inicio de la eternidad. Gracias por un nuevo día y gracias porque ya me levantaste. En el nombre de Jesús, amén. 1. Han seguido creciendo en la vida espiritual. ¿Has crecido en la vida espiritual? Quien crece en la vida espiritual está “llevando fruto de toda buena obra”. Vive en la reproducción del fruto del espíritu, (Ga 5. 22,23). En primer lugar la voluntad de Dios está relacionada al crecimiento en la experiencia cristiana. Por otro lado, el servicio es producto o respuesta natural a la voluntad de Dios. Cuando actuamos en la voluntad de Dios se da una comprensión en el espíritu que nos permite obedecerle.
2. Tiene el poder para perseverar. La gente necesita saber lo que Dios quiere que hagan. Está claro que el poder de Dios es ilimitado en la vida del creyente. Dios nos fortalece con el poder de sus fuerzas. Cuando las fuerzas no dan y la aflicción ha tocado a las puertas hacer la voluntad de dios implica perseverar. ¿Estás perseverando no importa la prueba? 3. Demuestra una gratitud gozosa al Padre. Es una gratitud sincera, genuina, que brota de la experiencia de la salvación. Dar gracias es no olvidar lo que Dios ha hecho por nosotros/nosotras, por lo tanto, es la acción compulsoria desde nuestro propio espíritu. La gratitud nos remite al gozo. ¿Le diste gracias a Dios hoy? Dios nos rescató de las tinieblas y nos trajo al reino de su Hijo por su propio hijo. El amor de Dios, a través de su hijo, Jesús, por mi pecado es suficiente para darle gracias todos los días. Oremos: Dios ayúdame a crecer como ser humano, como cristiano, pero sobre todo en el servir a los demás. Dame poder y fuerza para toda prueba adversa incluso para enfrentar la oposición. Mi vida está en tus manos y solo en ellas quiero permanecer. Doy gracias por tu amor y entrega. Doy gracias por lo que soy y lo que me has dado. Doy gracias por mi familia y amigos. Doy gracias por la salvación. En tu nombre, amén.aquí para modificar. Salmo 90
Dios cuida a su pueblo de generación a generación. Se ha revelado como creador eterno. Es dicho atributo que le hace reclamar para sí al ser humano, "convertíos". La visión de Dios sobre el tiempo es distinta a la nuestra, pues para él "un día es como mil años y mil años como un día". Eso plantea lo frágil que es el ser humano ante la perspectiva divina. El Dios que mira desde la eternidad ante el ser humano frágil que apenas comprende la matemática de su tiempo. Somos como flores, precarias y temporales. La vida es fugas como una noche. El pecado nos inflige discontinuidad de vida. Es por ello que nuestros días son como un "suspiro" pasajero, rápido, inmaterial, precario. Los límites de la vida los dicta la muerte pero la plenitud de la vida la sustenta la perfección de Dios. Cuando contamos los días el corazón se llena de sabiduría. Se suma un día más. Para descubrir la prudencia, la madurez, la alegría, etc. hay que contar los días. Por ello es vital contar nuestros día con Dios. En Dios o somos más jóvenes de lo que pensamos o más viejos. No olvide que depende de su matemática. Para tener una vida plena debemos: 1. Reclamar un "corazón sabio" o sensato. De manera que para descubrir la vida hay que recibirla con todo lo que trae pues solamente en Dios se encuentra la fortaleza y la eternidad. Si la sabiduría está pero no sabemos interpretarla en la vida, entonces es vano el conocimiento. 2. Reclamar "misericordia" para que sea nuestro apoyo. En la medida que cada mañana la misericordia de Dios es grande, también lo es mi alabanza reconociendo su amor y bondad. Oremos: Hoy, que celebro la vida, lo hago contigo. Tus cuidados y protección me son sustento en todo tiempo. Gracias por que cada día que vivo lo vivo porque me lo permites. Estoy más que emocionado por la grandeza de cada año en la que nos permites ver tu gracia. Dios mi sustento no es lo que yo alcance con el sudor de mi frente, mi sustento eres tú en tu misericordia cada mañana. Mis palabras no son suficiente, pero puedo decir: "sea la luz de Dios sobre nosotros y la obra de nuestras manos confirma sobre nosotros, sí la obra de nuestras manos confirma", Salmo 90.17. En tu nombre, amén. La palabra promesa viene del latín (promissus) compuesta de pro - (antes) y missus - (enviar). Es decir que significa decir algo antes de enviarlo. ¿Sabe que mucha gente promete y no cumple? Le prometen a su esposa/esposo, pero no cumplen nada de lo que dicen. Le dicen a Dios, de ahora en adelante yo... y te prometo que voy a..., y la realidad es que no hacen nada de lo que prometieron. Ya la Biblia habla de ellos/ellas.
Eclesiastés 5.4-6a "Cuando a Dios haces promesas, no tardes en cumplirla; porque él no se complace en los insensatos. Cumple lo que prometes. Mejor es que no prometas, y que no prometas y no cumplas. No dejes que tu boca te haga pecar...". Quien promete y no cumple es un insensato. Un insensato es un individuo desatinado, irrazonable, irreflexivo, imprudente, necio, alocado.. Muchos y muchas se pasan diciendo que harán esto o aquello. Que no volverán a pegarle a su esposa, que no volverán a maltratar a sus hijos, que no llegarán más tarde, que no beberán más, que quieren estar con su familia, etc. La realidad es que dicen mil cosas pero son de los que no cumplen nada. Esos que dicen y no hacen son insensatos y Dios no se agrada de ellos. Cuando no cumplimos nuestra boca se ha llenado de pecado. Que tu promesa sea una realidad ante ti y ante Dios para que seas contado entre los prudentes. No dejes que las falsas promesas te alcancen. Haz lo posible por cumplir lo que has prometido. El que promete que cumpla y que cumpla cuando promete. Oremos: Dios y Padre de la vida. Ayúdame a ser prudente, a que cuando te diga algo lo cumpla. Ayúdame a cumplirle a mi familia, a mis allegados, etc. Sé y te pido perdón porque muchas veces te prometí y no cumplí. Cuántos días fui insensato y no lo tuviste en cuenta. Gracias Dios por tu amor y bondad. En tu nombre, amén. Isaías 41.10-13
¿Hasta cuándo vas a estar sin entender que Dios es quien está contigo? Dios te exhorta a no temer a no desmayar. El no temer es actuar en la certeza de que los obstáculos no son más grandes que mi fe. No desmayar es afirmar cada paso en la confianza de que Dios está contigo. El mayor esfuerzo nos lo da el Dios de los cielos. Por eso dice: "siempre te ayudaré, siempre te sustentaré". Nadie te podrá hacer frente, nadie podrá tocarte, porque "serán como nada". Los que te hacen la guerra déjalos en las manos de Dios. Tu confianza debe estar en quien te sostiene y no en quien te hace la guerra. No temas porque Dios te ayuda. Vuelve tu mirada a Dios y sabrás que el temor será disipado por su sustento. Dios te ayuda pero debes dejarte ayudar. Dios te sostiene pero debes dejarte sostener. Esfuérzate en Dios y toda batalla será la experiencia para no desmayar. Oremos: Gracias Dios porque estás conmigo. En las ocasiones en que me vi desmayando fuiste mi fortaleza. No temo al enemigo porque tu mano me sostiene. Quien me pueda hacer la guerra será nada y tu diestra me esfuerza. Tu ayuda es vital en los pasos que doy y daré en esta vida. Ayúdame siempre porque tú eres mi razón de caminar y enfrentar cada temor para no desmayar. En tu nombre, amén. Proverbios 4.20-27
Es menester de todo ser humano escuchar. Lo que no podemos hacer es escuchar cualquier cosa. Las personas de nuestro alrededor y más distante nos dicen muchas cosas y muchas de ellas nos las llevamos al corazón. En ocasiones, por eso que nos han dicho, hemos tomado decisiones trascendentales que nos cuestan en la vida. Sin embargo te exhorto a que guardes en medio de tu corazón las Palabras de Dios. Esa Palabra de Dios guardada en el corazón tiene dos propósitos: 1. Son vida para los que la hallan 2. Son medicina a todo su cuerpo Son los dos elementos que ningún seguro nos puede garantizar. La "vida" y la "salud". Es ello lo que está en juego hoy. La vida es para quien halla esa Palabra de Dios que se traduce en medicina para el ser humano. Si esto es así ya sabemos porqué nuestra sociedad está enferma. Lo está porque no guarda ni escucha la Palabra de Dios. Si de toda cosa guardada se nos encomienda a guardar el corazón lo que tenga en él determinará la vida que tenga. Si en mi corazón tengo malos pensamientos, mi vida será eso, si lo que tengo es rencor, mi vida será eso, si tengo corajes, mi vida será eso, etc. Lo que determina mi vida es lo que tenga en el corazón. Si ya sabemos que la Palabra y el Consejo de Dios me dan vida, entonces ¿por qué no ponerlos en medio del corazón? ¡Escucha! Del corazón mana la vida... La Escritura dice: "de la abundancia del corazón habla la boca", lo que quiere decir que si es perversidad lo que tengo en el corazón eso hablaré, que si es iniquidad eso tendré en mis labios. Me parece que es hora de "examinar la senda de tus pies" para que todos nuestros caminos sean rectos, Prov.4,26. Oremos: Señor, Jesús. Si tú eres quien habita en mi, entonces solo a ti quiero hablar, si tu Palabra es medicina, solo con ella quiero sanidad, si tu Palabra es vida, solo con ella quiero vivir. En tu nombre, amén. Una vez descubro que mi vida tiene sentido en Cristo, entonces él pasa a serlo todo para mí. Ya no vivo por mí mismo, sino que vivo por Cristo. Le da vida a mi amanecer. En Jesús mi vida es una constante aventura. Con Jesús renuncié a la soledad. Jesús es mi amigo fiel que hace de mi día y vida un viaje placentero. Es por eso que los días ya no son rutinas, ni aburrimientos. ¿Qué es Cristo para ti?
1. Es quien hace que mi corazón palpite cada día, que mis ojos se abran, que mis manos estén funcionales, que mi ser hoy viva. Es Cristo quien hace que camine cuando mis brazos y pies no pueden. 2. Es quien está en mi corazón. Una vez me encontré con Cristo mi corazón fue ocupado. Es mi pasión y razón de vida. 3. Es a quien mi corazón se abandona. "Sé bien de quien me he fiado", (2 Timoteo 1,12). Es porque sé en quién me he fiado que cada nuevo día no es una amenaza sino una aventura, una oportunidad para compartir, para vivir, pero sobre todo para amar. Oremos: Dios tú eres la razón de mi existencia. No eres una excusa para ir al templo sino la razón que mueve mi vida. Contigo me atrevo a vivir cada día con la alegría de una nueva oportunidad. Gracias, Señor. En tu nombre, amén. Filipenses 4.4 "Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!".
La Escritura no habla de una alegría cualquiera. Él sabe distinguir entre placer y alegría. El gozo es fruto del Espíritu (Gálatas 5.22). Es profundo y estable. No se trata de lunas ni mucho menos de hormonas. Lo que sentimos en el Señor permanece para siempre. Es un gozo desbordante. ¿Qué hace a Pablo tan feliz, tan gozoso? 1. El encuentro con Jesús. Desde que se encontró con Jesús sabe lo que es vivir. No hay sufrimiento que impida que el apóstol se goce al Señor. Es por eso que a los filipenses les recomienda estar gozosos, estando en la cárcel. Les ha dicho que son su corona y gozo. La alegría no la dan las cosas la alegría la dan las personas. Hay gente que cree ser feliz por lo que tiene pero la realidad es que se sienten solos/solas. Se colma nuestro gozo en el Señor porque ya en las personas el gozo ha iniciado. 2. Alegraos con los que se alegran. Ese abrirnos a los demás es inicio de gozo. Muchos no se alegran por el bien del otro/otra porque su alma y su pensamiento es mezquino, es ruin. Es propio de seres sanos gozarse con el bien de los demás. Sería bueno que hoy le dijeras a alguien que está a tu alrededor que te gozas por su amistad. Dile que nunca le habías dicho que te agradaba sus alegrías, sus gozos. Es tiempo de valorar a quienes tenemos en nuestro alrededor. Tienes tu familia, tus amigos, tus compañeros de trabajo, etc. Oremos: Dios y Señor. Mi gozo más grande es que has llegado a mi vida. No he dejado de gozarme la gente que pones a mi alrededor. Gracias por las grandes seres que has colocado a mi lado. Mi esposa y mis dos hijos, mis familia extendida, mis amigos, la Iglesia, y cada compañero de ministerio. Gracias porque ellos son mi alegría, pero tú eres mi gozo eterno. En tu nombre, amén. Mateo 28.5-6 "Mas el ángel, respondiendo, dijo a las mujeres: NO temáis vosotras, porque yo sé que buscáis a Jesús, el que fue crucificado. No está aquí, pues ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto el Señor".
La resurrección es algo que le ha sucedido a Jesús. Es aquello que se produjo en el crucificado, no en la imaginación nuestra. Esta resurrección no es un retorno a la vida anterior en la tierra. Jesús no regresa a esta vida biológica que conocemos para morir un día de manera irreversible. NO es la reanimación de un cadáver. Ninguno de aquellos seguidores confunde lo que ocurrió con Lázaro, con la hija de Jairo, o al joven de Naín con lo que acontece con Jesús. Jesús no vuelve a esta vida, "sino que entra definitivamente en la "Vida" de Dios" (Pagola 2010). Una vida liberada donde la muerte no tiene poder sobre él. |
AutorPastor José Báez Báez Categorías
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September 2017
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