Mateo 6.19 “No hagas tesoros en la tierra..., sino has tesoros en el cielo. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón”.
Creo que hablar de tesoros en este tiempo es peligroso. Sin embargo, el discurso de Jesús desequilibra cualquier mente corrupta y mal intencionada. Hoy, el amor al dinero se ha convertido en un obstáculo para la solidaridad. El dinero, se idolatra como bien máximo. Parece que todo gira en torno a ello. No estoy diciendo, que no lo necesitemos, pero no es nuestro bien máximo o superior. Si el dinero provoca que pisoteen a los demás o que lo vendan por treinta monedas, entonces, estaremos condenados a la vida sin esperanza. No olvide a Judas después que vendió a Jesús. Jesús pagó un precio por hablar del Reino de Dios y la manera en que este es un estilo de vida. No es fácil hablar de una sociedad solidaria en la que el individualismo y la competencia se han convertido en el ídolo de algunos. El mundo ha valorizado el dinero sobre la vida. El problema no es si tienes poco o mucho dinero sino el lugar que ocupa en nuestras vidas.
Vean la cita de Jesús: “no hacer tesoros en la tierra”. La señal más clara para saber el lugar del dinero en la vida es en los escenarios fúnebres. Toda la problemática familiar se traduce en problemas de asuntos económicos. “un reparto de herencia, una deuda impaga, un negocio donde alguien se sintió engañado”, etc. En los matrimonios es quién controla el dinero, en qué lo gasta, cuánto le dan a los hijos, etc.
No seamos simplistas, nuestro problema está ligado a los asuntos del corazón. Si mi tesoro es el dinero ahí está mi corazón, si mi tesoro es el Evangelio ahí está mi corazón, etc. ¿Podemos evaluar dónde está nuestro tesoro? El mío está en Jesús y no lo cambio por nada. Tener no es ser. Ser es trascender. No hay trascendencia en lo perecedero. ¿Dónde está tu tesoro?
Oremos: Dios bueno. No hay dinero que pueda comprar o pagar la salvación. El único precio lo pagaste tú en la cruz con tu hijo Jesucristo. Que nunca el dinero sea la razón que nos mueva. Que seas tú quien nos guíe y nos lleve día a día a descubrir desde tu Palabra, desde tú Reino el verdadero tesoro para nuestras vidas. En el nombre de Jesús, amén.  

 

Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión. Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro. Hebreos 4.14-16.

Tenemos un sumo sacerdote en quien nos podemos refugiar. Nuestras debilidades muestran nuestra humanidad pero Jesús revela nuestra esperanza. Confesar y afirmar en nuestras vidas a Jesús es retener nuestra profesión. Jesús se compadece de nuestra debilidad moral no solo física. Jesús sabe que nuestra condición humana tiene una constante tentación, pero su compasión es genuina porque fue tentado en todo según nuestra semejanza. Jesús sintió lo que sientes. Solo que Jesús no cedió ni una sola vez. Esa es la razón por la que refugiarse en él es nuestra esperanza. Enfrentar la tentación lo hace sentir lo mismo que nosotros pero salir perfectamente victorioso es nuestra mayor esperanza.

Nada te desespere. Toda acción del enemigo es detener el propósito de Dios en tu vida. Hoy, toma la mano de Dios y toma aliento para seguir. El mandato es poderoso: “acércate, pues, confiadamente, al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro”.

No temas y pienses que no tienes esperanza porque Jesús te ayudará y sabe que tus fuerzas son insuficientes pero ya él conoce el camino en el que estás. Levántate que Jesús te ayuda. 

Oremos: Dios de infinita misericordia. Tu amor y bondad es tan grande como los mismos cielos. Hoy me acerco a ti con una expresión de perdón en mis labios. Me acerco porque tú me entiendes y me ayudarás. Es que tú traspasaste los cielos porque tenías un propósito para la humanidad y hoy no quedará nula tu acción porque en sacrificio de sangre te diste por amor. Tu misericordia es mi esperanza y la razón para refugiarme en ti. En el nombre de Jesús, amén. 

1 Corintios 13.8  “El amor jamás dejará de existir...”.

Yo sé que hay muchas críticas sobre celebrar el “día del amor”. Muchos piensan que es un acto de hipocresía, que no es el único día, que no debe celebrarse este día porque todos los días se ama y no debe ser hoy. Creo que amar es más que un día de celebración. Para mí, que soy cristiano, amar no se ciñe a los tiempos dictados por los humanos sino a los actos puros de Dios sobre el ser humano. Entiendo que se ha comercializado, que no es “San Valentín” sino el día de la amistad. Sin embargo, todos y todas hablan del amor, de la amistad, de enamorarse y eso es bueno. Me parece que debemos disfrutar lo que sí sabemos que es el amor. Demostrar amor a nuestros seres, ciertamente no se ciñe a este día, pero hoy es un buen día para seguir amando. No me malinterprete, solo quiero que en lugar de odio, de rechazo, de rencor, de críticas, de crear muros, de amenazar, etc., hablemos mejor del amor. Es que amar no es de uno sino de todos. Veamos algunos detalles que quiero compartir con ustedes.   

El amor desea relacionarse con el otro, llegar a conocer al otro, admirar al otro, experimentar la vida del otro, pasar tiempo con el otro (Jeanrond 2013, 20). Nadie puede amar por usted. Usted ama y nadie puede representarlo. El amor es más que una emoción, tiene de eso, pero es más que eso, es un acto decisivo. El amor no tiene límites y se ama a los que no están presentes porque el amor no se define por lo que se ve. Si no ves el amor no se acaba. El amor desinteresado cruza fronteras y no mide tiempos.

Algunos consideran que el amor es una actitud de una persona con respecto a la otra, más que una relación entre personas. Brummer habla de un amor reduccionista y también alega que “el amor se define como un simple sentimiento o emoción y como un compromiso decidido...”. Ciertamente reducir el amor a lo emocional es quitarle fundamento. El amor que no tiene compromiso y responsabilidad no es amor. Creo que somos responsables de nuestros compromisos desde el sentimiento que tenemos. Quien deja su compromiso no es verdadero.

Se cuenta de un campesino que llegó a la casa de su amigo y encontró que en el techo había una veleta que decía amor. El campesino se decepcionó mucho porque dijo: “pensé que el amor era algo hermoso pero me doy cuenta que no, que cada vez que sopla el viento cambia”. Decía: “no es posible amar de esa manera”. A lo que el amigo le dijo: “ha interpretado usted muy mal el significado de la veleta”. “Esa veleta lo que significa es que no importa de dónde soplen los vientos siempre estaremos amando”.

Para amar no tienes que dejar de ser tú.
El amor transforma pero no lastima.
El amor no destruye a nadie y mucho menos golpea.
El amor es arriesgado.
El amor no puede hacerse.
Puede hacerse sexo pero no amor.
El amor es un misterio creativo y nos guía a una nueva experiencia.
El amor no es teórico es una acción.
El amor no tiene precio y por ello nada de lo que compres podrá cubrirle pero toda muestra de amor es incalculable. JLB
El amor es reciprocidad pero no simetría (Jeanrond 2013, 43).

El amor es Dios en nuestras vidas. El amor es divino y Dios solo nos regaló algo de su naturaleza al permitirnos ser amar. Es un privilegio de Dios que amemos. No sabemos nada del amor, es un misterio del que solo podemos decir que existe. Así es Dios. El amor de Dios por ti y por mi tuvo su máxima expresión en Jesús. Su entrega y pasión afirmaron la gracia de Dios sobre la humanidad.

Como decía aquel viejo corito, pero todavía pertinente:
Ama si quieres ser feliz
Ama y todo cambiará
Ama y así comprenderás
La alegría de vivir

Así es y es por ello que “el amor no deja de existir”. Que todos hablen del amor y la amistad como aquello que Dios nos regaló de su propia naturaleza divina. 

Oremos: Dios bueno y amoroso. Gracias porque hoy todos y todas hablan de amor. Hoy todos y todas hablan de enamoramientos. Tú has provocado eso y es por ello que amar es tan hermoso. Gracias Dios, en el nombre de Jesús, amén.
 
Algunos datos han sido tomados de:
Jeanrond, Werner G. Teología del amor. Santander: Salterrae, 2013.

Lucas 5.1-11
Dios sabe que necesitamos ser completados. Seremos completos en él. La única manera es abriendo el alma. La transformación de Dios comienza ahí porque es la razón por la que Jesús muere por ti. Con Cristo en nuestro corazón llegaremos ser a su estatura. En tu vida cotidiana debe ser revelado Cristo. Podremos dejar muchas cosas pero jamás de buscar nuestro alimento para la vida. Jesús es nuestro pan eterno, es el pan de vida y esa es la razón por la que nuestra vida le busca. De lo contrario no podremos subsistir. Jesús vio los discípulos y les dijo: “venid en pos de mi...”.

Jesús te invita a tomar tus redes. Boga mar a dentro. No te quedes con las redes vacías. Podremos haber realizado todas nuestras gestiones para que alcancemos muchas cosas y estar equivocados pero si Jesús nos dice que lancemos la red nunca habrá un lugar ni un tiempo equivocado.

Porque estés dentro de un bote no quiere decir que eres experto en pesca. Nunca te des por vencido. Dios no te ha dado permiso para rendirte. Es tiempo de entender que tus intentos fueron la práctica no el fracaso de la victoria que Jesús te dará si vuelves a intentarlo en su nombre.  Atrévete a intentarlo  por la Palabra de Jesús. Pedro dejó de ser el capitán de aquella barca para que Jesús comenzara a dar instrucciones. La obediencia a la Palabra de Jesús siempre nos sorprende.

No dejes de hacer lo que Dios te ha demandado porque para él ni el tiempo ni el lugar son importante sino tú. Ninguna decepción tuya puede alterar la Palabra viva de Dios para ti. Puede que lo que controlas tú no te dé resultado pero si lo colocas en el control de Dios de seguro tendrás una red llena. La fe en la Palabra de Jesús provocará grandes milagros en tu vida.  

Oremos: Dios bueno. Hoy dejo mis manos para que sean las tuyas. Sé que lo que veré estará ordenado en tu Palabra. Mi fracaso de ayer solo fue un intento que debilitó mis fuerzas pero tu Palabra será la razón por la que mi fe actuará para seguir intentándolo. En el nombre de Jesús, tú Palabra sea mi fuerza y mi esperanza no importa el día o el lugar sino lo que tú me digas. Amén. 

“...He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo”, Jn 1.29

Lo que estaba señalando Juan era a quien podía resolver el problema fundamental de la existencia. En el Antiguo Testamento el pecado era cubierto, pero no quitado. Día a día y año tras año había que ofrecer sacrificio. Eso sabiendo que al otro día había que ofrecer otro sacrificio. Eso, sin olvidar que solo los pecados de Israel eran perdonados. El resto de la humanidad no estaba pensada. En Jesús se quitó el pecado del mundo.

Cristo es quien quita el pecado y cambia tu naturaleza en una experiencia de vida. Eres en Cristo una nueva creación. Cristo quitó, en su sacrificio, todo pecado de tu corazón. En ello inició una vida de abundante paz. En Cristo hay un nuevo nacimiento pero necesitamos, cual bebé, seguir creciendo para alcanzar la plenitud. Lo que Jesús hizo en la cruz fue por ti. NO olvides que cada transformación trae un poco de dolor pero será una transformación. Ya Cristo hizo por ti lo que nadie hará. Quitó el pecado en su sacrificio para siempre. 

Gracias Dios por tu amor. Cristo el amor encarnado es quien quita y no vuelve a colocar otra vez. Gracias por tu sacrificio y tu amor por nosotros. Hoy tu perdón me sostiene y tu amor me mueve. En el nombre de Jesús, amén. 

El Señor sabe qué puedes ser
Cuando el Señor miró a Pedro no miró lo que era sino lo que sería “Tú eres Simón, hijo de Jonás; tú serás llamado Cefas (que quiere decir Pedro)” Jn 1.42. Jesús no vio un pescador sino una piedra. Cefas, en arameo, significa piedra. La piedra se forma con la arena que está bajo mucho calor y presión. Es así lo que ocurre con nuestras vidas. Aquello que es como la arena en nuestras vidas será solidificado por la experiencia que le presiona. No se asuste por la situación existente. Dios hará de usted un ser mejor que el que encontró. Si había un carácter impulsivo, inestable, volátil etc., era el de Simón pero la experiencia con Jesús le hizo estable cual roca. Solo una roca más fuerte es capaz de romper las más arenosas. Simón fue el nombre que le otorgaron sus progenitores pero Pedro se lo colocó Jesús. Cuando pensamos en roca solo provoca estabilidad, dureza, impenetrable, inquebrantable, etc. Cualquier cosa puede sucumbir a los vientos, a la tormenta, al fuego, al agua, pero la roca no.

Si quieres ser roca debes dejar atrás lo que te impide seguir caminando, lo que sigue impidiendo que te des cuenta de lo que Dios quiere contigo. Si dejas que Jesús te cambie serás transformado hasta alcanzar la estabilidad de una roca ante toda adversidad. Estarás firme aunque haya derrumbes y hundimientos cerca de ti. Tu pasado solo es historia pero tu futuro puede ser eterno. Jesús ve de ti lo que serás no lo que fuiste. Lo que Dios tiene contigo no se trata de lo que tú tengas sino de lo que Dios tiene para ti. Dios te conoce ayer, hoy y mañana, entonces, que tu vida esté en sus manos y tus pasos en sus tiempos. Nada de lo que yo haga en esta vida o en la venidera se compara con los propósitos. Tú conoces todo y ante ello solo se revela mi fragilidad.
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Oremos: Dios de infinita misericordia. Un día me llamaste y hoy camino en ese llamado. Sé que dije que no sería posible que me llamaras pero tus llamados no son cuestionables. Aunque yo sí lo hice. Cada instante que repaso la manera en que haces las cosas me doy cuenta lo frágil y lo débil que soy. Tú eres mi razón de ser y caminar en tu voluntad es simplemente la actitud de creer que lo que tú ves de mí no se compara con lo que yo he construido de mí.  En el nombre de Jesús, amén. 

“Pero yo les digo: Amen a sus enemigos y oren por quienes los persiguen”, mateo 5.44
Amar así es complicado. Aunque amar así es complicado Jesús ordenó que lo hiciéramos. Amar a los nuestros es muy fácil ¿pero amar a quien nos persigue? ¡Amemos, sí, amemos! Hoy es un buen día para empezar a hacerlo. El amor y la oración están tomados de la mano. Es una fórmula que produce perdón. Amar podrá ser complicado cuando me han traicionado, cuando me han insultado, cuando se han reído de mí, cuando, hay burla, cuando hay calumnias, cuando hay mal trato, cuando nos hieren constantemente, etc., pero Jesús nos convoca a amar y orar.
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Ama aunque no entiendan por qué lo haces, ama hasta que consideren que tu juicio está fuera de sí, ama como Jesús. Ama como Jesús mientras el gallo cantó, mientras le golpearon el rostro, al Pilato lavarse las manos, mientras le vendieron por dos o tres pesetas, aunque te busquen para matarte, siempre ama como Cristo. Ama con todas tus fuerzas y toda tu alma y toda tu mente y todo tu ser. El amor de Cristo es complicado de entender y es de esa manera que nos invita a vivir. Amando y orando para parecernos a él.

Oremos: Dios de infinita misericordia. Tu amor sobrepasó todas las expectativas y es por ello tu invitación a que lo hagamos igual. Ciertamente nos lanzamos tras tu mandato, ayúdanos a realizarlo y no volver atrás. Hoy me afirmo en la confianza de tu amor y en el amor que tuviste a la humanidad porque ciertamente, entenderlo, es complicado. En el nombre de Jesús, amén.