"un ca-fe
con dios"
Rvdo. José L. Báez báez
"Olvidando lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante ..." Filipenses 3.13
Si los sentimientos nos dominan no podremos olvidar lo que queda atrás. Para que podamos olvidar lo que queda atrás debemos tener nuestra mente y nuestra mirada delante. Recuerdo el momento en que tuve que sacar algunas cosas de mi cuarto, pero cuando miraba algo no me atrevía sacarlo. En lugar de sacar las cosas las estaba removiendo de lugar. Así que me di a la tarea de bloquear mis sentimientos y sacar con voluntad de hierro. Dejar atrás es tener la capacidad de sacar y no mover de lugar. Si eres de los que remueve pero no saca las cosas de tu corazón nunca podrás extenderte a lo que está delante. Si queremos olvidar, que significa, "dejar de lado, borrón y cuenta nueva, que es no volver a mirar las cosas de la misma manera, debemos extendernos a lo que está delante. Cuando nos extendemos lo hacemos para el frente y no para atrás. ¿Quién quiere cambiar lo que pasó? ¿Por qué seguir insistiendo en lo que no tiene arreglo? Enfrenta tu día con la capacidad de olvidar y no con la de arrastrar. Si arrastras no podrás extenderte. ¿Qué es lo que está delante de ti? ¿Por qué mejor no olvidas y te extiendes a lo que está delante ? Oremos: Dios y Señor. Ha sido un año difícil pero te doy gracias porque me has dado vida. Estoy de pie porque tú eres real en mi vida. Gracias por cuidar de los míos, por estar conmigo en medio de la crisis, por estar conmigo, cuando me tropecé, por estar cuando se me sacudió el alma, por estar conmigo, cuando lloré, cuando reí, cuando me faltaron las fuerzas, por estar conmigo, en cada paso, por estar en medio de la enfermedad, por estar en medio de la iglesia, por estar conmigo cuando las promesas se cumplieron y por estar ahora que sigo esperando en tus promesas... Gracias y mil gracias. Señor Jesús, amén.
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Estamos en el umbral de un nuevo año. ¿Quién lo diría? Los pasos por diversos caminos pavimentaron la experiencia que tenemos hoy. ¿Qué dejamos de hacer? ¿Con quién estuvimos? ¿Somos de los que enfrentarán el nuevo año de la misma manera que el nuevo? Enfrentar un nuevo año nos confronta con lo desconocido. El nacimiento de Jesús nos revela que habrá una nueva experiencia. Un nuevo tiempo, unos nuevos caminos, una nueva etapa, unas nuevas metas, etc. Caminemos con aquel, Jesús, que dice que está con nosotros hasta el fin. El año viejo brinda espacio al nuevo. Hay quienes quieren seguir viendo las cosas de la misma manera, con las mismas crisis, en las mismas circunstancias porque nada nuevo nace en ellos. Viven en su pasado sin levantar la cabeza porque prefieren sentirse mártires de la vida que pregonar una nueva experiencia. No se toman un minuto para compartir, ni para dejar atrás lo que los mantiene atrás. Quien no es capaz de levantarse tampoco es capaz de enfrentar nuevos desafíos. No vivamos de recuerdos y crisis que no tienen solución. ¿Te levantas y naces a lo nuevo o te quedas con lo viejo y lo arrastras? Muchos seguirán arrastrando sus crisis viejas porque no permiten que Cristo nazca en sus corazones. Cuando Cristo nace en el corazón humano nos levantamos afirmando que en él siempre habrá una nueva experiencia. Determinar cómo nos levantamos está en ti, cómo enfrentamos está en ti, caminar está en ti, pero si no tienes determinación nada ocurrirá. Dios siempre acompañará los procesos en nuestra vida. Si las cosas viejas son más fuertes que las nuevas te entiendo, pero si Cristo está en ti te recuerdo "las cosas viejas pasaron". Hoy es opción para determinar, para enfrentar, para cambiar, para caminar en el nombre de Jesús para descubrir nuevas experiencias. ¿Qué vas a hacer?
PD. El próximo domingo es el primero del año y puedes determinar como inicias tu año. Oremos: Dios y padre de nuestras vidas. Cuando te conocemos inician nuestras nuevas experiencias. Ayuda a quienes prefieren vivir en las viejas y no permiten que tu crezcas en ellos/ellas. Enfrentar este nuevo año en tu nombre es saber que nos acompañarás. En el nombre de Jesús, amén. Y la Señal será que encontrarán al niño envuelto en pañales. La señal del pesebre siempre nos sorprende. No hay señal en este mundo que haya alcanzado tantas vidas como la del pesebre. Ninguna telefónica con todo su alcance puede llegar a donde llega la Señal del pesebre. La Señal del Pesebre sigue siendo una dirección para la humanidad. Una Señal que hermana, que acompaña, que da calor, que consuela, que restaura, que fortalece, que muestra la vulnerabilidad humana y la manera en que Dios le quiere abrazar.
Oremos: Dios que mi vida siempre sea la señal que revele que tú has nacido en mi. Envuélveme en tu presencia. En esta Navidad quiero que quien estuvo envuelto en pañales se la señal de mi vida. No fue la estrella, ni la vaca, ni el burro, ni el ovejo, ni los pastores, ni los ángeles, sino tú envuelto en pañales fuiste y serás la mejor señal para la vida del ser humano. En el nombre de Jesús, amén. Nuestra queja, como cristianos/as, ante la degradación de la Navidad a meras fiestas son numerosas. "Los símbolos cristianos, como el tradicional "nacimiento", están siendo sustituidos por símbolos de otras procedencia, con frecuencia de origen pagano, como el árbol..." (Velasco 2012). Presionados por una abrumadora publicidad nos enfrentamos a un impulsivo y desproporcionado consumismo. Queda olvidado, para algunos, el fundamento de la Navidad, "que ha nacido el Salvador". No podemos reducir nuestra fiesta a meras comidas, bebidas, entremeses, etc. También nos quejamos del clima superficial y "artificial de ternura de encargo que se reduce al intercambio vago y pasajeros deseos de felicidad y de regalos" (Velasco 2012).
Quisiera unirme a la expresión en defensa, de Juan Martin Velasco, a favor de la celebración de la Navidad en nuestras sociedades secularizadas, aun a sabiendas de que no es perfecta. En tiempos de pluralismo y posmodernismo como los nuestros, de constante intercambio y contacto cultural, "es inevitable que se produzca una especie de ecumenismo de los símbolos y que la estrella, el "Belén" y el árbol convivan en nuestras calles, y que en nuestros hogares se mezclen villancicos tradicionales con músicas populares de otros rincones del mundo o cantos recientes más o menos logrados" (Velasco 2012). No olvidemos que la misma fecha de la celebración de la Navidad el 25 de diciembre es el resultado de un sincretismo que unió la fiesta pagana del Sol invicto con la conmemoración del nacimiento de Jesús. Es por ello que por este tiempo de Navidad tenemos relaciones más o menos hoscas. Tenemos Centros de Trabajos agresivos, todo un año, que toman espacios para celebrar la Navidad con fiestas y buena comida; Que las familias, alejadas en gran manera, aprobechan para reunirse y expresarse en cariños, en deseos, felicitaciones lo que no habían podido hacer. Ahí afloran sentimientos amables, de reconciliación, de buenos deseos, etc. y se atribuye a que es Navidad. Si todo el año se creyera que es Navidad tendríamos una sociedad naciente, solidaria, amable, llena de buenos deseos, de grandes celebraciones familiares, de reconciliaciones constantes, de abrazos indescriptibles ... ¿Qué si fuera Navidad todo el año? No por dejar de trabajar sino porque las relaciones implique el nacimiento verdadero en el corazón de cada ser humano. Bueno, quizás lo que planteo es una utopía, pero no dejamos de soñar quienes vivimos de la fe y la esperanza de una vida de mejores relaciones humanas. Aunque echemos de menos esos valores en las celebraciones de muchos, aceptemos con alegría, que una vez al año, nuestra sociedad celebra un poco de alegría que el Nacimiento del Salvador quiso traer al mundo. Oremos: ¡Dios! Gracias porque de esta manera tan dinámica celebramos la Navidad. Que se torna en espacio de solidaridad, de fraternidad, y paz entre los hombres y las mujeres del mundo. Que bueno que celebrar tu nacimiento es hacer habitable nuestra sociedad. En el nombre de Jesús, Salvador, Amén. Velasco, Juan Martín. ¡Ojalá Escuchéis hoy su voz! Madrid: PPC, 2012. "Orar siempre, y no desmayar" Lucas 18.1
¿Qué hizo la iglesia? ¿Las promesas del Señor se cumplen? ¿Es posible una esperanza sin desmayar? ¿Cuánto tiempo hay que esperar? Pudieran ser muchas más las preguntas y miles más las respuestas. Por años caminó Abraham para llegar a la tierra prometida, por años caminó el pueblo a la tierra prometida, fueron siglos los que pasaron para que Jesús llegara, etc. Nuestra problemática no es la promesa sino que nuestro tiempo y el de Dios solo conjugan en su voluntad. La Iglesia tiene un desafío y es a no desmayar. Desde que llegué a la Iglesia Cristiana (Discípulos de Cristo) en Guaraguao Abajo escuché que el terreno que está a su lado Dios se lo había prometido. Cuando se le preguntaba a los hermanos desde cuándo esa promesa está realizada dicen que "desde que tengo memoria". En ello hay una expresión de incertidumbre y desesperanza mezclada con "eso dijo Dios". Por otro lado decían: "vamos a ver que pasa" y quienes también aludían a una expresión certera "eso es de nosotros". Todo ello es símbolo de una Iglesia que espera sin desmayar porque ora sin cesar. Hoy nos sostenemos que las promesas de Dios no caen a tierra porque su Palabra está por encima de las palabras humanas. ¿Qué hizo la Iglesia? La iglesia declaró en el nombre de Jesús que ese terreno que le prometió el Señor le pertenecía pero sin poseerlo ante las leyes civiles sino ante las leyes de Dios que se remiten a la fe. Hoy la promesa de más de 30 años sigue tan siendo tan real como el terreno. La iglesia hizo lo que tenía que hacer y ello consistía en orar sin desmayar. Ya para hoy, 23 de diciembre de 2014 la tierra es nuestra y con escrituras en manos afirmamos que el Dios que promete cumple. Cuando hacemos lo que tenemos que hacer y no desmayamos veremos realizarse todo cuando Dios ha dicho. Le pedimos a Dios que antes que se acabara el año esas escrituras estuvieran en nuestras manos y hoy nuestra petición se hizo realidad en el cumplimiento de la promesa de Dios. ¡A Dios sea la gloria! ¡A Dios sea la honra! ¡A Dios sea el poder! Dios, nuestra iglesia en Guaraguao está más que agradecida porque mientras algunos pensaban que la cerrarían hoy celebramos no que la cierran sino que la expandes. Nadie dude de la promesa de Dios porque lo que Dios promete lo cumple pero sino desmayamos en hacer lo que tenemos que hacer. Traiga sus tinajas que Dios hará el milagro. Como le compartía a un amigo en estos días "nuestros esfuerzos no son un milagro pero lo propician. Haz tu parte porque Dios siempre hace la suya. Oremos: Dios, gracias, Dios, Gracias y Dios gracias. Nuestra emoción se desborda con alegrías y cantos de gratitud. La Iglesia Cristiana (Discípulos de Cristo) en Guaraguao Abajo te da gracias. Gracias a quienes colocaste en el camino para ser bendición y provisión. Gracias por nuestro pastor General Esteban González Doble y por la Iglesia Cristiana (Discípulos de Cristo) en Puerto Rico. Nuestras 105 Iglesia ahora tenemos más tierras para seguir trabajando y cultivando en la voluntad de Dios. En el nombre de Jesús, amén. "Enséñame, oh Jehová, tu camino; caminaré yo en tu verdad; afirma mi corazón para que tema tu nombre ... has conmigo señal para bien...". Salmo 86.11;17
Aunque sabemos el camino, debemos pedirle a Dios todos los días para que nos enseñe a estar en él. En el camino del Señor caminamos en su verdad. Quien está dispuesto a aprender del Señor es capaz de afirmar su corazón delante de su presencia. En el nombre de Dios afirmamos nuestra fe y le pedimos que haga con nosotros señal de bien. Oremos: Dios de infinita misericordia, inclina tu oído y atiende mi aflicción. Sigue enseñándome el camino para que en tu verdad camine. A ti clamo porque tú eres bueno, perdonador, y grande en misericordia para todos los que te invocan. Yo sé que tú me respondes porque solo tú eres Dios. Sé mi fortaleza en mis caminos y pueda ser una señal para bien. En el nombre de Jesús, amén. "...y postrándose, lo adoraron ..." Mateo 2.11
Adorar a Dios es hacer reverencia. En griego "adoración" se traduce de cuatro formas. Aquí utilizaremos solo "proskuneo" que significa "besar la mano de", "hacer cortesía", "homenaje", etc. Joseph H. Thayer plantea que "de aquí que los orientales, en especial los Persas, "caer sobre las rodillas y tocar el piso con la frente con expresión de profunda reverencia. Esa expresión de ("pros", hacia, y Kuneo, "besar") implica una reverencia y obediencia. Por lo tanto, la adoración a Dios no se limita por ninguna definición de adoración. En la adoración se cae, se rinde, se ubica todo acto y postura ante aquel a quien tenemos que agradecer la vida. Postrarnos ante Dios se remite a adorarle. Rendirnos a Dios permite que le reconozcamos como el Señor de nuestras vidas. Adorarle es abrir el corazón a la grandeza que revela su presencia. Cuando caemos de rodillas y adoramos a Dios solo mostramos nuestra humildad. Cada momento en el que oras, te rindes y te postras has comenzado tu adoración. Oremos: Yo sé lo que adoro, porque lo que adoro no es algo sino alguien. Su Grandeza de un misterio que había estado oculto por tanto tiempo ya tiene nombre y propósito, se llama JESÚS. A él me postro y a él adoro. Amén. "He aquí la sierva del Señor hágase conmigo conforme a tu palabra ..." Lucas 1.38
¿Sabes, contigo, Dios también puede hacer conforme a su palabra? No importa las limitaciones, las veces que te hayan dicho no puedes, las voces que trataron de tronchar tu sueño, los que no creyeron en ti etc., Dios puede hacer cosas grandes contigo. Deja a Dios actuar en tu vida. Permite a Dios hacer contigo conforme a su palabra y podrás prevalecer ante la adversidad. Cumplir la voluntad de Dios se remite a dejarle hacer en tu vida. María no lo dudó y portó en ella la mayor de las experiencias que puede vivir un ser humano. Oremos: Dios, para ti no hay nada imposible. Solo necesitamos ser humildes y dejarnos abrazar por ti. Tu presencia siempre es fortaleza y ayuda. Así como María permitió que tu palabra actuara en ella también yo te digo: "hágase conmigo conforme a tu palabra". En el nombre de Jesús, mi Salvador, amén. "Y cuantos lo oían, se maravillaban" (Lucas 2.18)
Yo decidí oír lo que verdaderamente maravilla la vida... Que ¡ha nacido un Salvador, Jesús el Señor! ¿Qué nos maravilla hoy? ¿Una Ipad, tabled, Ipod, casa, carro, dinero etc.? ¿Realmente eso asombra? A mí me parece que lo asombroso es lo que provoca que yo "glorifique y alabe a Dios" como los pastores. ¿Qué es lo que oímos? ¿Lo que oímos nos maravilla o más bien nos asusta? Puerto Rico llora constantemente porque constantemente hay muertes a granel. Lo mejor que yo he oído en mi vida es que Jesús nació en el pesebre. Ese Jesús es la razón por la que yo sigo maravillado el día de hoy. No hay ni habrá alguien que me maraville más que Jesús. ¿A ti que te maravilla? Yo he oído muchas cosas en mi vida, pero ningunas como cuando escuché de aquel que nació en el pesebre. Su nacimiento es y seguirá siendo motivo para glorificar y exaltar a Dios. Oremos: Dios y Señor Jesucristo. Los pastores se maravillaron porque oyeron y vieron lo que aconteció en el pesebre. Te doy gracias porque todavía esa noticia sigue siendo esperanza para nuestras vidas. Hoy más que nunca la buena noticia de tu nacimiento, Jesús, es motivo de asombro, de incredulidad, de estupefacción, pero sobre todo de maravilla. Grande eres Dios porque llegaste a nosotros/as de manera sencilla y frágil, porque llegaste a un mundo de injusticia en justicia, a un mundo de guerra para ser paz. Que tu nacimiento siga maravillando a todos cuantos lo escuchan. En el nombre de Jesús, Emanuel, amén. "Eviten toda amargura, enojo, gritos, insultos y cualquier tipo de maldad. Sean amables y compasivos unos con otros. Perdónense unos a otros, como Dios los ha perdonado en Cristo". Efesios 4.31-32
En tiempos de navidad (adviento) ¿qué vamos a hacer? El escritor de Efesio nos da unas claves para las relaciones de unos y otras. La vida que sigue a Jesús expresa una alternativa en la manera de vivir. Hay una "humanidad" frente a la "vieja". Quien quiera permanecer justificando sus actitudes y aptitudes para continuar en su propia condición realmente no ha permitido que haya un nuevo nacimiento en su vida. Por ello para volver a relacionarnos y mirar la vida, no desde la enajenación, sino desde la capacidad para relacionarnos hay que meditar en estas Palabras: 1. Eviten toda amargura, gritos, insultos y cualquier tipo de maldad. 2. Sean amables y compasivos unos con otros. 3. Perdónense unos a otros, como Dios nos ha perdonado. Oremos: Dios y Señor que nos perdonaste. Queremos imitarte y ser como tú. En este tiempo en que hablar de paz, de amor, de armonía, de reconciliación es muy teórico, permite que podamos vivirlo desde la vida misma. Ampara nuestra vida bajo tu presencia para que pueda evitar todo lo que contamina mi corazón de manera que pueda ser amable y compasivo como lo fuiste conmigo en tu perdón. En este tiempo que celebramos que ha nacido el Salvador permite que nazca en mi para ser mejor persona cada día. En el nombre de Jesús, amén. |
AutorPastor José Báez Báez Categorías
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September 2017
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