"un ca-fe
con dios"
Rvdo. José L. Báez báez
"...y postrándose, lo adoraron ..." Mateo 2.11
Adorar a Dios es hacer reverencia. En griego "adoración" se traduce de cuatro formas. Aquí utilizaremos solo "proskuneo" que significa "besar la mano de", "hacer cortesía", "homenaje", etc. Joseph H. Thayer plantea que "de aquí que los orientales, en especial los Persas, "caer sobre las rodillas y tocar el piso con la frente con expresión de profunda reverencia. Esa expresión de ("pros", hacia, y Kuneo, "besar") implica una reverencia y obediencia. Por lo tanto, la adoración a Dios no se limita por ninguna definición de adoración. En la adoración se cae, se rinde, se ubica todo acto y postura ante aquel a quien tenemos que agradecer la vida. Postrarnos ante Dios se remite a adorarle. Rendirnos a Dios permite que le reconozcamos como el Señor de nuestras vidas. Adorarle es abrir el corazón a la grandeza que revela su presencia. Cuando caemos de rodillas y adoramos a Dios solo mostramos nuestra humildad. Cada momento en el que oras, te rindes y te postras has comenzado tu adoración. Oremos: Yo sé lo que adoro, porque lo que adoro no es algo sino alguien. Su Grandeza de un misterio que había estado oculto por tanto tiempo ya tiene nombre y propósito, se llama JESÚS. A él me postro y a él adoro. Amén.
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AutorPastor José Báez Báez Categorías
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September 2017
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