"un ca-fe
con dios"
Rvdo. José L. Báez báez
Isaías 61.10-11 Tener placer en el Señor es deleitarse, tener felicidad, pero sobre todo gozarse. La relación que Debemos tener en el Señor es una en la que disfrutemos el camino. El que cuando estemos con el Señor revelemos que tenemos una amistad. Sin embargo, eso se logra consagrando nuestra vida y confiando en él. 1. Cuando digo que es una relación consagrada es separada. En ella permitimos que Dios nos examine nuestros planes y deseos. Aceptamos que nos hable, que nos dirija, etc. Esto va duro, aceptamos que el Señor cambie todo lo que no corresponda con su propósito o plan para nuestra vida. 2. Ese deleite también es confianza. Yo no pondré mi fe en cualquier cosa. Yo pondré todo lo que creo en el Señor. El que no dejó sin castigo a su hijo fue Dios para que tú y yo tuviéramos lo que necesitamos. 3. Deleite es descansar. No se impaciente. Las circunstancias pueden ser adversas y dar temor, pero Dios te vistió con vestiduras de Salvación. Te rodeó de manto de justicia. Así qué descansa en él. Oremos: Dios tú sabes que recibes mi adoración. Sólo tú conoces el tiempo perfecto para que se cumpla tu voluntad en nuestra vida. Una relación contigo me hace fuerte aunque esté débil, confiado aunque las circunstancias digan lo contrario, esperanzado aunque flaquee mi fe. Permite que me goce en tu presencia. En el nombre de Jesús. Amén.
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Ellas también madrugaron
Lucas 24,1-12 María Magdalena y la otra María habían madrugado. No a la "venta del madrugador". Sino que estaban buscando a Jesús. Fueron bien de mañana a ver el sepulcro. Aquel lugar comenzó a temblar, no por la gente que se agolpaba a comprar y buscar especiales, sino porque "un angel del Señor descendiendo del cielo, llegando, removió la piedra". No fue que abrieron la tienda sino que movieron la piedra y "se sentó sobre ella". Fue una madrugada especial para aquellas mujeres. Ellas estaban buscando algo en la madrugada, pero lo que buscaban era "a Jesús crucificado". 1 Tesalonicenses 5, 18 "Da gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús".
Job 42,1-2 Respondió Job a Dios, dijo: "Yo conozco que todo lo puedes".
No hay nada que Dios no pueda hacer. Dios es omnipotente. La primara parte (omni) significa "todo" y la segunda (potente) significa "poderoso" o "efectivo". Dios no tiene limitaciones para obrar en tu vida. No necesita aprobaciones y no enfrenta obstáculos que estorben su actividad en modo alguno. Es por ello que las acciones de Dios son completas y efectivas. El poder de Dios jamás se agota. El sustenta la vida sin necesidad de ayuda. Nada altera el plan de Dios para tu vida. "Dios cumplirá su propósito en ti". Sólo Dios es maravilloso. A través de la Escritura vemos que no hay imposible para Dios. Salmo 37,23-24
La vida está llena de sorpresas y trampas del diablo. El pecado, la tentación, la rebeldía, la murmuración, la altivez de espíritu, suelen ser, algunas, de las circunstancias en las que podemos caer. Eso hace que nuestros pasos se desordenen. Que lo que buscamos se tuerza. No digo que el fin se tuerza sino los pasos que damos. Un descubrimiento del salmista es que "Dios ordena nuestros pasos", y por la misericordia de Dios, "aprueba nuestro camino". Apocalipsis 22.2-4
En un principio la humanidad se privó a sí misma del árbol de la vida. La causa fue el pecado. No importa la culpabilidad. Es mejor acercarnos a Dios con un corazón humilde y perdón que con actitudes rebeldes. Apocalipsis 22,1 "Después me mostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero".
Zacarías 4,6 Ningún ejército está capacitado, con todo arsenal, para las batallas que enfrentamos los creyentes. El pueblo de Israel tenía que construir el templo, pero no con su ejército. Nuestras batallas no son carnales sino espirituales. Es por ello que no debemos armarnos como cualquier ejército porque somos más que eso, somos el pueblo de Dios. No es tiempo de hacer caso a cuanta amenaza nos haga el enemigo. No dejes que la obra de Dios se paralice en tu vida por los temores. Cuando Dios convoca es porque puedes lanzarte sobre las aguas que se harán piso para que camines. Nuestra misión es obedecer, Dios hará el milagro. Las fuerzas se acaban. Las capacidades humanas son limitadas. No es tiempo de estar escondido/escondida sino de levantarte porque Dios te dice que es "con su Espíritu". Siempre el Espíritu de Dios construye, fortalece, vivifica, consuela y levanta. Su Espíritu Santo nos dará la victoria y volveremos a construir donde las ruinas existen, donde el fracaso imposibilita. Oremos: Dios de toda fortaleza. Asiste a tu pueblo y tu Espíritu nos levanté para construir en las ruinas de nuestra casa, de nuestra vida, de nuestra familia, pero sobre todo de nuestro pueblo. En tu nombre, Amén. "Señor busco tu rostro", (Sal 27,8). Contemplar su rostro era el mejor anhelo del salmista. Sabía que Dios había hecho "brillar su rostro sobre nosotros" (Sal 67,1). Jesús es el nuevo rostro que permite que nuestra vida sea alumbrada por su presencia. Sólo en el Hijo de Dios el ser humano llega a ser realmente hijo de Dios. Pedro le negó, pero lloró por haberlo hecho. Retomó el camino porque confesó que amaba a Jesús. "Tú sabes que te amo". Tomás pidió verle: "Si viera los huecos en la mano..., entonces creeré" y Jesús le mostró quien era. Por eso terminó de rodillas creyendo. Lo miró Pablo que lo encontró en el camino de Damasco y quedó impactado por él. Tuvo que decir: "Para mí la vida es Cristo, y la muerte una ganancia".
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AutorPastor José Báez Báez Categorías
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September 2017
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