"un ca-fe
con dios"
Rvdo. José L. Báez báez
"Señor busco tu rostro", (Sal 27,8). Contemplar su rostro era el mejor anhelo del salmista. Sabía que Dios había hecho "brillar su rostro sobre nosotros" (Sal 67,1). Jesús es el nuevo rostro que permite que nuestra vida sea alumbrada por su presencia. Sólo en el Hijo de Dios el ser humano llega a ser realmente hijo de Dios. Pedro le negó, pero lloró por haberlo hecho. Retomó el camino porque confesó que amaba a Jesús. "Tú sabes que te amo". Tomás pidió verle: "Si viera los huecos en la mano..., entonces creeré" y Jesús le mostró quien era. Por eso terminó de rodillas creyendo. Lo miró Pablo que lo encontró en el camino de Damasco y quedó impactado por él. Tuvo que decir: "Para mí la vida es Cristo, y la muerte una ganancia". Nosotros/nosotras también lo vivimos hoy. La Iglesia contempla su tesoro y su alegría. La búsqueda del rostro de Dios es lo que permite que la iglesia anuncie al mundo que El "es el mismo ayer, hoy y siempre". Dios nunca ha dejado de ser Dios. Tú y yo nunca dejemos de buscar su rostro.
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AutorPastor José Báez Báez Categorías
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September 2017
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