"un ca-fe
con dios"
Rvdo. José L. Báez báez
Las metas que nos trazamos son para alcanzarlas pero no para obsesionarnos con ellas. Si vamos a alcanzar una meta sepamos que atravesaremos diversas etapas. La vida está llena de procesos en los que cada etapa nos capacita para la próxima. Si la etapa que enfrentas no la entiendes camínala porque, de seguro, la entenderás después. No somos de los que retrocedemos en las etapas sino de los que nos levantamos en ellas para seguir adelante. En todo hay un proceso por el cual maduramos. En estos procesos dejamos muchas cosas atrás para lanzarnos hacia lo que nos depara la vida. La voluntad de Dios para nuestra vida es que aprendamos a superar los obstáculos y seamos capaces de seguir caminando. Esos obstáculos son el camino que nos lleva a la victoria. No porque en ellos esté la victoria sino porque desde ellos nos fortalecemos para alcanzarla.
¡Alcanza tu sueño y no desistas! Cada experiencia de vida solo nos aproxima a una nueva etapa. Si en tu vida no está Dios serán solo etapas de tu vida pero si en tu vida está Dios será una vida con Dios en tus etapas. No dejes de creer y aferrate al Dios que te guía y permite vivir cada día. 2 Corintios 5.17 Mas que agradecido por todo. ¡Dios no desampara, Dios ampara!
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El conformismo se define como la sumisión con resignación a cualquier circunstancia adversa. El conformismo desde una perspectiva negativa acarrea indiferencia ante lo que ocurre cotidianamente. Esa indiferencia, en muchas ocasiones, representa el miedo al fracaso y ello resulta en conformismo. Esa persona conformista tiene dejadez por lo que su expresión máxima es que “estoy bien”. No tiene un espíritu de lucha porque ya está en la conformidad. Hay una ausencia de enfrentar y se sumergen en una mediocridad de vida. Sabe que tiene que mejorar pero no quiere cambiar. En muchas ocasiones tiene que ver con la manera en que se criaron, vivieron y las cosas que enfrentaron. En otras ocasiones ese conformismo es producto de la falta de metas, logros, sueños alcanzados o por fracasos familiares, laborales etc. El conformista rechaza todo enfrentamiento social. Su actitud tiene una incapacidad de firmeza y se alimenta de una autoestima pobre. La opinión de otros les afecta y no se dan cuenta que sus vidas se pierden en el tiempo. He descubierto que no tienen identidad y que su mayor expresión es la inseguridad. No son capaces de enfrentar las cosas porque otros que no pueden producir los apresan. El conformista es un preso en sus propios pensamientos. Saben que no están bien pero no pueden cambiar porque se alimentan de una falsa imagen. Su apariencia es decir que están bien pero su verdad es que son incapaces de soltar la carga que les apresa emocionalmente. ¿Cuánto tiempo llevas en la conformidad de la vida? NO te conforme es un mandato bíblico. Este mandato es clave para que haya una vida transformada y no conformista. “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”. Romanos 12.2 1. Dios demanda de ti que seas transformado. Una vida que tenga un encuentro con Dios no puede ser conformista. NO tengas malas compañías porque corrompe tus buenas costumbres. Corrompen tu buen carácter. Sino tomas esta Palabra como un alerta serás preso o presa del conformismo. 2. El medio para esa transformación es la renovación de tu entendimiento. Sin un cambio en tu interior no habrá transformación. Si en tu interior no lo entiendes y solo lo dices de labio carecerás de fuerzas para que haya una transformación. El medio es la renovación de tu comprensión. Deja que Dios te transforme y no las personas que no te permiten ser tú. Dios quiere que seas renovado. 3. ¿Estás haciendo la voluntad de Dios? La respuesta a esta pregunta será la comprobación de que hay en ti una transformación. La transformación es una obra del Espíritu Santo pero solo ocurre cuando le permitimos que lo haga. Si solo lees la Palabra para sentirte en paz pero no tiene efectos transformadores en ti solo has permanecido en el conformismo y la voluntad de Dios en tu vida está arrestada. Deja a Dios obrar en ti y permítele renovarte para que hagas su voluntad agradable y perfecta. Oremos: Dios de infinita misericordia. Te doy gracias por la oportunidad de un nuevo día. Así como cada mañana tus misericordias son nuevas te suplico me permitas renovar mi entendimiento. NO quiero ser un conformista a causa de lo que viví y de pensar que no tengo opciones para seguir cuando tú nos dejas claro que no hay espacio para el conformismo. Sacude el corazón de quien vive en el conformismo de la vida y permítele experimentar tu presencia para que viva en tu voluntad de manera agradable y perfecta. YO quiero colocar mi vida una vez más en tu voluntad. Te pido Dios que, a través de tu Espíritu Santo mi vida sea renovada y cada día pueda hacer tú voluntad Dios. Te pido por mis amigos en conformismo y abre su entendimiento para que no mueran poco a poco sin alcanzar el propósito que tienes para sus vidas. En el nombre de Jesús, amén. Juan 11. La situación de Lázaro no era la mejor. Quizás la tuya sea igual. Jesús lo sabía pero la mirada de Jesús no es igual a la tuya y mía. Su muestra divina no se define por lo que le pidamos. Sin embargo, mientras más pasa el tiempo menos oportunidad de hacer algo en la vida de Lázaro. Jesús dijo que mientras veamos la luz no tropezaríamos. Creo que este nuevo día es una nueva oportunidad para que no dejes de creer. Jesús hará conforme a su voluntad en lo que ya no tiene vida en ti. Si algo ha muerto y no ves esperanza solo confía en lo que Dios hará y no en lo que tú esperas. Pídele a Dios que te deje ver con sus ojos lo que tú no ves con los tuyos. Si creemos y no dudamos veremos su gloria y su plena voluntad en lo que vivimos. No olvides que tu tiempo no es como el de Dios y creer es lo que no puede faltar en ti. No dejes de creer y afirma tu fe en medio de tus crisis. Oremos: Dios bueno. Es de día y solo quiero que tu luz ilumine mi corazón. Déjame ver con tus ojos lo que no puedo ver con los míos. Solo ayúdame a confiar cada día en lo que harás. En el nombre de Jesús, amén. Pedro sale del grupo y no sabe qué hacer. Se leja poco a poco y se rezaga a sí mismo. La cabeza de Pedro solo tiene un pensamiento “no cantará el gallo hasta que me niegues tres veces”. Sigue convencido de que eso no es así. El traidor es otro y Juan sabe quién es pero no se lo dijo. Jesús es su amigo y no pretende negarlo jamás. Es tan amigo que está listo para dar su vida por la de él. Se siente que es piedra porque así le ha llamado su Señor. Siente que nada de lo que dijo Jesús le ocurrirá a él. Pedro está convencido que Jesús se equivoca porque ya sabe quién es y le ha llamado el Mesías de Dios. Ciertamente, Simón es Pedro, pero de lo que no está consciente es del mal de piedra. El mal de piedra es causado por la humedad y la contaminación. Es por ello que la piedra se desmorona. Pedro no lo sabe pero le ha tocado el mal de piedra y cuando llegue la hora habrá negado a su amigo. ¿Negar un amigo? Jesús sabe que llegará la prueba y para ello debemos ser de piedra. Advierte: “Velad y orad para no sucumbir a la prueba”, Mt 26.41. Velar y orar están sólidamente unidos. En la oración vigilamos y es la actitud que debe tener la oración. Nuestra oración debe ser una de vigilancia en la que no “caigamos en la tentación”, Mc 13.18. Solo con la ayuda de Dios se puede salir airoso de la tentación que viene del Enemigo. No somos piedra pero la oración provocará que ningún disturbio destruya nuestra fe. La noche, tiempo de oscuridad, y pierde luz fue el tiempo en que Pedro salió. Jesús le pide que velen para que no sucumban y se dejen envolver por el peso de las tinieblas, pero ellos solo han dormido. ¿Te estás durmiendo cuando te corresponde orar? Cuando la noche se hace más oscura la luz se convierte en recuerdo y es tiempo de prueba. Comienza la duda, el miedo, el desconcierto, la soledad. Es un tiempo en el que es fácil perder el camino. También es tiempo de tentación. Aquella noche Pedro ni veló ni oró. El cansancio puso de manifiesto su fidelidad a Dios. Pedro creía que no cantaría el gallo pero cantó. ¿Seremos distintos a Pedro? Oremos: Dios y Padre nuestro. Hoy puedo llamarme Pedro, pues reconozco las veces en que te he fallado. No soy como una piedra pero te suplico que mientras puedas no me dejes caer en tentación. Es tiempo duro y de mucha debilidad pero si tú estás conmigo podré vencer toda prueba. En tu nombre, amén. No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia. Isaías 41.10 Dios siempre nos ayuda. En muchas ocasiones pensamos que Dios nos ayuda si resuelve nuestros problemas. Sin embargo, también nos ayuda cuando nos capacita para enfrentarlos. Es por ello que el profeta nos presenta una palabra poderosa en esta mañana, no te acobardes, no te intimides, no te estremezcas a causa de las situaciones. Es decir, confía en Dios. ¡Dios está contigo! La presencia de Dios es la certeza de caminar sin entender cómo lo hacemos. Vivir momentos duros y complicados y no desmayar es saber que Dios: 1. Es, Dios, quien te da la capacidad para esforzarte, para que sigas adelante. No te has dado cuenta que puedes volver a levantarte y enfrentar tus situaciones. Por cuanto Dios es tu Dios te esfuerza. 2. Dios nos ayuda siempre, es decir nos asiste, está cerca de ti, no te abandona, si tu caminas va contigo y nunca te deja solo. 3. Dios te sustenta, es decir, te agarra. No te deja caer, no te suelta y cuando te sostiene se une a ti firmemente. Dios te ayudará hasta que obtengas la victoria, ¡No temas! Dios está contigo aunque no entiendas, aunque no veas, aunque no sepas qué va a pasar mañana y ello es suficiente para seguir caminando. Oremos: Dios de toda misericordia. Yo sé que las noticias turban el corazón, pero hoy me refugio en ti y en tu promesa. NO dejaré de creer en tu amor y bondad. Sé que estás conmigo aunque no entienda, aunque no vea, aunque no sepa qué va a pasar mañana. Tú eres mi Dios y ello es suficiente para mí. En el nombre de Jesús, amén. 28De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama está tierna, y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca. 29Así también vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas. 30De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca. 31El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. Marcos 13.28-31 Hoy vivimos uno de los tiempos más complicados. En el mundo, hay guerras, disturbios, destrucciones, pérdidas, ataques químicos, pueblos sumidos en ataques y otros privados hasta de los elementos más básicos (medicina, pan, servicios públicos). No es un juego de control, lo que hemos visto, sino ataques televisados. Son bombardeos serios y no podemos cerrar los ojos a esto. La señal de la higuera nos dicta que algo se acerca, en este caso, el verano. De igual manera cuando ocurran estas cosas debemos saber que está a las puertas. Las generación pasan pero la Palabra de Jesús no pasará. Tengamos estas palabras como nota firme. No hagamos de estas expresiones mesiánicas unas simples palabras. Cristo viene y eso es ineludible. Sabemos que Jesús en aquella ocasión hablaba de Jerusalén, pero nos señala aquella expresión “vendré”. La higuera enseña algo y no debemos pasarlo por alto. Es tiempo de que la iglesia se mantenga en oración. Hoy más que nunca seamos portavoces de la Palabra que no muere sino que perdura para siempre. Oremos: Dios bueno. Tú eres quien guía nuestras vidas. Hoy vivimos momentos muy duros. Nuestras crisis económicas, falta de empleo, recortes en las universidades, cesantías - todavía existentes - nos sacude. Sin embargo, nuestra fe se sostiene por tu Palabra. Hoy más que nunca te necesitamos. Queremos mantenernos firmes ante todo lo que acontece y ser instrumentos en tu nombre. Hoy levantamos nuestras manos en tu nombre y te suplicamos por cada situación vivida. En el nombre de Jesús, amén. |
AutorPastor José Báez Báez Categorías
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September 2017
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