"un ca-fe
con dios"
Rvdo. José L. Báez báez
Y viendo Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados. Marcos 2:5
Se había corrido la voz de que Jesús estaba en Capernaúm. No es cualquier noticia. No estaba en casa un doctor de la Ley sino el creador de todas las cosas. El lugar donde estaba Jesús se llenó y no cabía nadie más. Allí, Jesús, predicaba la palabra de Dios. Donde Jesús está se llena todo. Algunos necesitan de Jesús pero no pueden llegar y hay que hacerles llegar. El paralítico no podía entrar a donde estaba Jesús, pero la fe de unos amigos se encarnó cargándole hasta donde estaba Jesús. Los amigos hicieron un hueco en el techo y bajaron a su amigo hasta el lugar en que estaba Jesús. Jesús admirado de su fe perdonó al paralítico. Algunos se molestaron por lo dicho por Jesús por lo que Jesús actuó a favor del paralítico diciéndole que tomara su camilla, se pusiera en pie y se fuera a su casa. No hay imposible para Dios. No cabe duda en la acción milagrosa del perdón y la sanación que Jesús promulgó en quienes tenían y tienen fe en él. Ten fe en Jesús hoy porque no importando tu condición puedes acercarte a él. Ya no hay obstáculos, no hay murallas, no hay estructuras que detengan lo que Dios puede hacer contigo. Hoy es un nuevo día y aquello que no permite que te levantes está bajo la palabra de Jesús: Entonces Jesús miró al paralítico y dijo: «¡Ponte de pie, toma tu camilla y vete a tu casa!». Ponte de pie, mujer, joven, soltera/o, divorciado/a, anciano/a. Es tiempo de acercarte a Jesús. No permitas que las parálisis en el corazón sigan manteniendo tu camilla. Hoy, Jesús te ofrece perdón y salud. ¡Levántate! Oremos: Dios, tu amor por mi es más grande que cada parálisis que pueda tener mi corazón. Tengo la seguridad de tu amor y tu misericordia. Ya no tengo que romper el techo para presentar delante de ti la necesidad de quienes necesitan de ti. Es suficiente irrumpir en tu presencia desde la oración. Así que Dios si hay algo paralítico en alguien en esta mañana, lo presento ante ti para que le sanes. En tus manos estamos todos y todas y confiados en que ya la cruz rompió el velo que no permitía que nos acercáramos a ti. En tu nombre he orado, amén.
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"Sé para mí una roca de refugio, adonde recurra yo continuamente. Tú has dado mandamiento
para salvarme, Porque tú eres mi roca y mi fortaleza". Salmo 71.3 Todos necesitamos un refugio. La roca que brotó agua en el desierto era vista como si fuera Jesucristo. Era una roca que saciaba la sed pero de ella manó agua por los golpes que le dieron. En Jesús manó vida y salvación. Ese lugar de refugio es donde vamos los que hemos estado vulnerable, los que nos sentimos desprotegidos, etc. Las situaciones del creyente son diarias por eso el salmista dice: "a donde recurra yo diariamente". Dios tiene una palabra para ti hoy: "hay mandamiento para salvarte". No tienes porque seguir corriendo a otros refugios si el de Dios tiene un fin salvífico. "NO dejes de acudir a Dios en medio de tus flaquezas porque será tu roca y tu fortaleza". NO estés gastando el tiempo pensando cómo el diablo te va a destruir, mejor pasa invirtiendo el tiempo en lo que Dios tiene para ti. Ya está bien de que la gente esté pensando demasiado en lo malo que le va a ocurrir mejor ubícate en el refugio eterno y Dios sea tu fortaleza. Oremos: Dios tú eres mi refugio de generación en generación. Siempre recurro a ti porque sé que ere mi roca y fortaleza. Mi pensamiento eres tú Señor y mi salvación es una promesa que ya tengo en mi corazón desde que te conocí. En el nombre de Jesús, amén. “Jehová cumplirá su propósito en mí.” Salmo 138:8.
Lo que Dios inicia, lo desarrolla y lo culmina. Eres hijo/hija y Dios ha iniciado un plan en ti. Es necesario que te fortalezcas en el poder de sus fuerzas. Ciertamente nada es perfecto pero el camino trazado nos lleva a aquel que es perfecto en todo. Nadie se puede perfeccionar por sí mismo pero Dios te da forma para que sigas siendo mejor ser humano. ¿Qué tal si Dios te abandona? Sería una vida sin rumbo y sin dirección, caminando al azar. Si hay un cumplimiento es porque en el camino Dios te preservará, es decir te cuidará para que lo que Dios ve sea realizable. No temas porque tu carácter sea difícil porque Dios lo perfeccionará, lo hará con tu actitud y con todo lo que deposites en sus manos. La obra que Dios ha iniciado en ti no se ha concluido así que camina porque largo camino te resta. Si Dios te llamó y estás corriendo es mejor que te detengas y respondas. Si Dios te comisionó para un ministerio y lo evades es mejor que respondas. Si Dios te ha dicho que hará en tu vida cosas grandes que tú no conoces es mejor que lo comprendas en la oración. Dios nunca deja de cumplir lo que determina sobre ti. Te puedes ir al desierto, te puedes esconder en un barco, te puedes introducir en una cueva, te puedes colocar en las estrellas y allí poner tu nido, te puedes ir a lo profundo del mar, te puedes ir a otro país y el propósito de Dios en ti se cumplirá. En Dios no hay tiempo para echar hacia atrás porque en él siempre se camina a la eternidad. Oremos: Dios, solo en ti está mi vida. Cuanto necesito de ti cada día. Mis debilidades están en ti para que las perfecciones cada día por el poder de tu amor. Si de algo estoy seguro es de tu presencia y si en algo estoy esperanzado es de que cumplas tu propósito en mi cada día. Nunca me abandones Dios porque sería como el barro que todavía no está en las manos del alfarero. Si propósitos la vida no tiene sentido. El sentido de mi vida lo das tú. En el nombre de Jesús, amén. Esperanza es la actitud renovadora frente a las circunstancias. Es saber caminar, caer, levantarse y no desfallecer. Quien vive esperanzado se sobrepone a toda adversidad, no porque sea más fuerte que los demás sino porque el fracaso, la frustración, el sufrimiento son espacios para superar y no para menguar. La resurrección de Jesucristo nos enseña que aún la muerte no es final sino puente para la mejor experiencia humana. 2 Corintios 4.16 "Por tanto no desmayamos". Vivimos a la luz de la fe. Esa luz ilumina toda circunstancia de nuestras vidas. Cuando esperamos en Dios no desmayamos. Si lo que ves ahora es gris y parece que te va a hundir, entonces, escucha: "no desmayes". La victoria no es de quien se desalienta en el camino sino de quien ve la meta.
Oremos: Señor, Jesús, tu palabra dice: "He abierto ante ti una puerta que nadie puede cerrar" (Ap. 3.8). Eso lo puedes hacer tú que eres El Resucitado. Lo que hoy veo de una manera quiero verlo con esperanza desde tu mirada. En tu nombre, amén. “... Jehová levanta a los caídos.” Salmos 146:8
La promesa para tu vida es "derribados mas no destruido". ¿Estás en el suelo? ¿Caído? Es tiempo de invocar esta promesa para ti "Dios levanta a los caídos". NO importa lo que te turba lo que Jesús ha realizado desde la cruz es para levantarte. ¿Piensas que la caída es tan grave que Dios no te puede levantar? Cristo puede levantarte y librarte de la situación en la que estás. El, Cristo, te dará descanso. Si estás afligido, hoy, Dios te levanta y te sostiene para darte la victoria. La caída no es agradable pero las manos de Jesucristo levantándote son la experiencia más maravillosa que se puede experimentar. Oremos: Dios que sostienes mis días. Las caídas siempre traen experiencias que marcan nuestra vida. Solo te pido que hoy tu mano levante y sustente a quien no puede levantarse. Tus manos levantan y eso sí es esperanza. En tu nombre, amén. La verdad es lo que no está oculto. La palabra griega es alétheia (verdad) es sinceridad. Para los hebreos es aquello que se mantiene. Es decir, aquello que es constante. Cada creyente, verdadero creyente, actúa siempre en la verdad. Un cristiano que no actúa en la verdad ha salido del camino verdadero. Jesús dijo: "yo soy el camino, la verdad ...". Quien anda en la verdad anda con Jesús. Jesús es la fuente de la verdad. ¿Será posible que haya cristianos/as que vivan desde la mentira/engaño? Si viven de esa manera no han conocido a Cristo. El diablo es padre de mentira y quien las vive no vive con Dios sino con él. Hay que comenzar a identificar las mentiras para andar libres.
“Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”. (Juan 8:32). Oremos: Dios de toda vida. Tú eres verdad. Ayúdanos a vivir en tu verdad. Que nuestra vida se sustente en ti para que la verdad de tu presencia nos permita ser libres. En tu nombre, Jesús, amén. "y pelearán contra ti, pero no te vencerán; porque yo estoy contigo para guardarte y para defenderte dice: Dios". Jeremías 15.20
A cada instante somos desafiados en el frente de batalla de la vida. Todos y todas estamos enfrentando los días con fe. Los anuncios de hoy son: "no tienes trabajo el mes que viene"; "tengo pocas horas"; "te cambié el horario"; "estás enfermo"; tu condición es más grave", etc. Eso nos lleva a estado de desánimo, de incertidumbre, de dolor, de angustias, etc. ¿Qué es lo que estamos librando? Estamos en el campo de batalla de cada día. En esas batallas hay una promesa "pelearán contra ti, pero no te vencerán". ¿Entiendes? Si un boxeador recibe una promesa como esta antes de entrar a la pelea estoy seguro que lo hará en confianza. Si al final de la batalla Dios dice "no te vencerán". Entonces no puedes detenerte. Dios está contigo para guardarte y para defenderte. Eso es asombroso. Me imagino a Dios al frente mío evitando que cada golpe llegue a mí. No temas porque la promesa de Dios también es para ti. Oremos: Dios que visita nuestras vidas cada día. Ante ti nos presentamos en medio de esta batalla porque tú la pelearás por nosotros. Dios gracias porque tú me defiendes contra cualquier ataque. En tu nombre, amén. "Me mostrarás el camino de la vida, me concederás la alegría de tu presencia y el placer de
vivir contigo para siempre". Salmo 16.11 Hoy puedes encontrar varios caminos. Incluso, te puedes encontrar en uno, dicho sea de paso, todos estamos en uno hoy. Sin embargo en Dios podemos encontrar el camino de la vida. La vida te mostrará muchos caminos pero en ellos encontrarás emociones efímeras. Es cierto que lo terrenal cautiva las conciencias pero lo eterno la libera. Es por ello que la alegría o el gozo del salmista tenía como motivo la presencia de Dios. Su placer no era lo cotidiano, lo que constantemente se ve atractivo, lo que es simplista, ni lo que se compra con dinero, ni la ostentación de poder, sino vivir para siempre con su Dios y Señor. Oremos: Dios ya tengo claro que tú eres mi camino. Mi vida camina tras de ti para alcanzar la alegría o el gozo que se tiene en tu presencia y llegar a vivir contigo para siempre. Dios de toda bondad y gozo que revelas el camino en Jesús para el encuentro eterno te doy gracias. En ese Nombre que es sobre todo nombre, en el de Jesús, Amén. "Dios estaba con José..." (Génesis 39.23)
¿Ha entendido lo que le ocurre? La probabilidad de no entenderlo es humano. José fue víctima de la esposa de Potifar. Ella mintió y éste lo llevó a la cárcel. Era, Potifar, un hombre adinerado y con poder por lo que coloca a José en la cárcel donde estaban los presos del Rey. Lo que no pudo nunca entender Potifar fue que "Dios estaba con José". Cuando Dios está con nosotros "extiende su misericordia y nos pone en gracia". Si Dios está con nosotros las circunstancias que enfrentamos están en su voluntad. Dios estaba con José y estaba preso. Es asombroso. Hay quienes puedan pensar que si está preso por santo no es. Sin embargo, podemos ver el ejemplo de José donde la injusticia no prosperó. Parecía que sí porque pasaron varios años pero al final la victoria fue para José. Lo que vives hoy no es el fin. Si Dios está contigo "no temas" pues te dará la victoria. La justicia de Dios siempre está por encima de la humana. José no tuvo la victoria frente a Potifar pero sí frente a Dios. No dejes a Dios y Dios nunca te dejará a ti. Dios te hará justicia y no te impacientes por el tiempo que pase porque José estuvo varios años preso pero Dios nunca lo dejó. Es decir, que José nunca estuvo preso porque en su vida siempre hubo libertad pues Dios estaba con él. Es preferible tener a Dios que ser preso del pecado y de lo que nos rodea. Dios es nuestra justicia y en él está el redimirte. Oremos: Dios y Señor que nunca nos falte tu presencia. Que tu amor y bondad nos guíe en toda circunstancia. No permitas que nuestros ánimos decaigan a causa del tiempo. Danos fuerzas para continuar nuestro caminar aunque no lo entendamos. En el nombre de Jesús, amén. "He aquí que en las palmas de las manos te tengo esculpida...", Isaías 49.16
Cuando hablamos de esculpir nos referimos a "cortar". Ese cortar no es otra cosa que dar forma. Quiere decir que Dios te esculpió en sus propias manos. El viento esculpe las rocas llevándose sus partes más blandas y transportándolas a otros lugares. Quiero que sepas que este verso 16 es una respuesta a la incredulidad del pueblo en cuanto a Dios. Ellos decían "Dios me ha abandonado; el Señor se ha olvidado de mi". ¿Le has dicho eso a Dios? La respuesta de Dios al pueblo fue que aún una madre es capaz de dar a luz y olvidar a su hijo, pero "yo no te olvidaré". Es por ello que responde: "he aquí te llevo en la palma de mis manos esculpida...". Es cierto que el temor nos angustia y nos hace cambiar hasta de parecer, pero Dios no te olvidará. Dios no es como el día de hoy que no vuelve. Cada mañana extiende su misericordia y te brinda una nueva esperanza. Que el temor no te perturbe porque en las manos de Dios estás. En esas manos esculpida de manera especial. Si las circunstancias te hacen ver que Dios no está lo entiendo pero no estoy de acuerdo. Dios te ha esculpido en sus manos y ahora te toca entender que aquello que está recibiendo forma tendrá que recibir cortes. Imagínate a Dios cincelando o esculpiendo sobre tu corazón la manera en que quieres que seas. Dios no te ha olvidado sino que te ha grabado en sus manos. ¡Adórale! y ¡exáltale! "Prefiero estar esculpido/a en tus manos (Dios) que sin forma fuera de ellas" JLB Oremos: Dios y padre. Gracias por esculpir nuestras vidas en tus propias manos. Haz como el viento en la roca llévate aquello que debilita nuestro caminar, aquello que nos entristece, lo que nos lastima, lo que nos hiere, lo que no permite que me des forma. Mi vida está en tus manos y yo sé que eso significa que habrá cortes que no me gusten pero prefiero estar esculpido en tus manos que sin forma fuera de ellas. En tu nombre Jesús, amén. |
AutorPastor José Báez Báez Categorías
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September 2017
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