"un ca-fe
con dios"
Rvdo. José L. Báez báez
¿Cómo pretendemos tener perfecta comunión con Dios? 1 Juan 1.7 “Si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros y la sangre de Jesucristo, su Hijo, nos limpia de todo pecado. La luz revela las cosas, mientras las tinieblas las esconde. Lo que revela quiénes somos es la luz. La luz lo manifiesta todo. Mientras cualquier cosa que hagamos, digamos, callemos con el fin de esconder lo que somos o lo que hacemos se traduce en tinieblas. Lo primero que hace el pecado en nuestras vidas es ocultar las cosas de los demás. No querer que nadie sepa lo que somos verdaderamente. Es por ello que nuestros primeros padre (Adán y Eva) cuando pecaron se escondieron entre los árboles. Desde entonces andamos escondiéndonos. Andamos inculpando y excusándonos. Eso nos hace personas de doble ánimo, hablando cuando debemos callar y callando cuando debemos hablar. No andemos en tinieblas porque la luz verdadera, Jesús, quiere que salgas de entre los árboles. Dios es luz y no hay ninguna tiniebla en él. Dios no tiene nada en tinieblas que compartir. NO propone compartir en las más insignificantes sombras de mi oscuridad o encubrir mi pecado. Dios quiere que seamos luz en la totalidad de nuestras vidas. NO se trata de andar con un poco de oscuridad sino de no tener oscuridad. Si hay algo de tiniebla en nuestras vidas, entonces, les dejo saber que hay un muro que separa la comunión de Dios con la nuestra. Oremos: Dios y Padre de todo ser humano. Perdona nuestro pecado. Aquellas áreas en las que tengamos sombras que no permitan que tengamos comunión contigo alúmbralas hoy. Queremos vivir en ti porque tú eres luz. Tu luz nos ilumine y nos haga caminar como el día. Tu amor y perdón lo recibimos y me enlisto para servirte. Prometo no tener más sombras en mi vida con tu ayuda Jesús. En el nombre de Jesús, amén.
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Si queremos hablar de avivamiento el punto de partida es el quebrantamiento. Nuestro vivir puede pasar por el fracaso y la adversidad pero jamás por la derrota porque el poder de Dios no tiene límites. Si queremos ver, el poder del Señor Jesús, tengamos una relación poderosa con él. Debe ser vivido en el corazón y ser visto en nuestras vidas. Si queremos vivir una vida de poder en Jesús debemos aprender a dejar nuestra voluntad quebrantada y sometida a la suya. El inicio del avivamiento es el quebrantamiento. Es ser “No yo, sino Cristo”, Gálatas 2.20. Hablar de quebranto no es otra cosa que los golpes que recibe nuestro corazón. Es la manera en que “los golpes echan”. ¿Será que habrá cosas en nosotros que deben ser echadas?
El “yo” tiene que doblegarse ante Cristo. ¿Cómo? Que el “yo” tiene que doblegarse a Cristo. Para que Dios obre en nosotros y Cristo viva plenamente en nosotros debemos hacer morir el “yo”. Ese “yo” duro y soberbio, que se justifica, que quiere hacer siempre su voluntad y busca su propia gloria, tiene que bajar la cabeza ante la voluntad de Dios. Ese “yo” debe admitir errores y rinde su voluntad ante la de Dios. Es entregar nuestros derechos a Dios para que toda la gloria sea para Dios. ¿Cuánto de tu propio “yo” hay en ti? Cuando los yo nuestros se interponen son irritables, envidiosos, se resisten, critican, se incomodan y preocupan a los demás. Si vives en tu “yo” y actúas de la manera anterior esquivas, eres egoísta y reservado. ¿Dónde está tu “yo”? Si estás de esa manera debes ser quebrantado. Deja que el Señor saque a golpes lo que no te deja tener una relación poderosa con Dios. Mientras tu “yo” tenga el control no pretendas estar lleno de quien debe habitar en ti. Volvemos “No yo, sino Cristo en mi”. Si queremos que Dios nos quebrante debemos oir su voz porque es su Palabra la que alumbra nuestro camino. Así tendremos un espíritu dispuesto a ser redargüido por Dios mismo. Ello nos llevará a una relación profunda con Dios y en comunión plena. Cuando Dios nos muestra “nuestro yo” nos volvemos soberbios o más bien inclinamos nuestra cabeza, nos arrepentimos y decimos: “Sí Señor”. Cada día vivamos en proceso de quebrantamiento y el resultado será que Cristo crecerá en nuestra manera de vivir. La cruz es el crisol para el quebranto. Allí fue que se demostró lo que es recibir golpes para quebrantar y obtener la victoria. Siempre tendrás muchas cosas para hacer y escoger pero morir al yo no lo encuentras en el supermercado, ni en las tiendas, ni en las redes, ni se compra, ni está en otro/otra. Si quieres morir al “yo” debes mirarte tú porque te pertenece a ti. Ese morir al “yo” es permanente. Mientras más profunda sea el canal que haya calado en ti el quebrantamiento mayor será y más profunda tu relación con Dios. La vida que agrada a Dios es la que vivimos en Cristo, de ninguna manera la nuestra, no importa cuánto nos esforcemos para agradarle. ¿Qué tienes que decirle a Dios en oración? Yo le diré: Dios de la vida. Rómpeme cada día. No soy digno de que me tomes en consideración para tan hermoso llamado. Tus cuerdas me cayeron en lugares deleitosos. Es hermosa la heredad que me ha tocado. Mi “yo” está en tus manos porque quiero que Cristo viva en mi y yo solo viva su voluntad. En el nombre de Jesús, amén. Mateo 7.16 “Por sus frutos los conoceréis”...
Hay acciones de algunos/as con pretensiones aparentemente buenas y plausibles. Sus acciones nos pueden engañar. Es necesario estar sobre aviso. Parecen ovejas pero son lobos. No nos dejemos engañar por sus vestidos. Es necesario pedirle a Dios mucha sabiduría para enfrentar sus apariencias. Sus acciones pueden ser útiles, son mansos, se cubren con vestidos de engaño. Sus errores pueden ir con capas de santidad y devoción. Ya sabemos que el propio Satanás se vistió de ángel de luz (2 Corintios 11.13-14). Su objetivo es servir pero con un fin destructor. Solo están interesados en sus propios beneficios. Están interesados en puestos y codearse de quienes les pueden dar algo. Su amistad, incluso, es frívola y morbosa porque está sujeta a intereses. Guardémonos de ellos porque corrompen la amistad, corrompen la Iglesia, corrompen las familias, etc. Lo que distingue a un cristiano no es el cargo o llamado que ostente sino su fruto. La persona falsa miente, engaña y es capaz de servir para dar aparentes frutos. No nos engañemos porque Dios no puede ser burlado. NO tienen ni verdad ni luz porque su interior es oscuro. Tienen capacidad para hacer creer que son buenos pero realmente no lo son. El falso es encantador, suele ser amable pero realmente está haciendo su juego. Jesús nos convida a ver los frutos. ¿Qué fruto estás dando? ¿Verdadero o falso? NO te define lo que digas sino lo que hagas. Es tu fruto lo que señala lo que eres. No permitamos que nuestras iglesias estén llenas de lobos vestidos de oveja. Pidámosle al Señor que nos guíe y nos ayude a enfrentar a quien pretende engañar la Iglesia. El Espíritu de Dios nos guiará a toda verdad. Cofia en el Señor porque nuestro fruto será la señal que nos revele. Oremos: Dios que afirmas la vida. Dios que salva y sostiene. Ayúdanos a identificar al falso en medio de la congregación y encamina nuestros pasos al fruto verdadero. En el nombre de Jesús, amén. Salmo 32.7
Tú eres mi refugio, es decir, escondedero para mí. Dios te guardará de todo mal. El guardará tu alma. Ningún mal puede asecharme cuando tengo a Dios cerca. Me guardarás de la angustia. No importa cuán grande sea el ejército del enemigo Dios te guardará. La angustia puede distorsionar y ser insalvable. La angustia es el alejamiento del ser humano a Dios. En la angustia podemos volvernos a Dios. En la angustia hay arrepentimiento delante de Dios. Con cánticos de liberación me rodearás. Oremos: Dios y Padre que eres refugio. Guárdame de la angustia y escóndeme por tus misericordias. En los cánticos encontraré liberación porque eres tú el que canta y eres tú el que me rodea. En el nombre de Jesús, amén. Éxodos 17.8-12
8 Después vino Amalec y peleó contra Israel en Refidim. 9 Y dijo Moisés a Josué: —Escoge a algunos hombres y sal a pelear contra Amalec. Mañana yo estaré sobre la cumbre del collado con la vara de Dios en mi mano. 10 Josué hizo como le dijo Moisés y salió a pelear contra Amalec. Moisés, Aarón y Hur subieron a la cumbre del collado. 11 Y sucedía que cuando alzaba Moisés su mano, Israel vencía; pero cuando él bajaba su mano, vencía Amalec. 12 Como las manos de Moisés se cansaban, tomaron una piedra y la pusieron debajo de él. Moisés se sentó sobre ella, mientras Aarón y Hur sostenían sus manos, uno de un lado y el otro del otro; así se mantuvieron firmes sus manos hasta que se puso el sol[1] Amalec provocó al pueblo de Dios. Amalec era descendiente de Esaú quien ya había aborrecido a su hermano Jacob. De manera que en el entre líneas esta guerra es hereditaria. El ataque fue inminente e hirieron a los más débiles. Atacaron la retaguardia. Ciertamente se atrevieron atacar al pueblo de Dios. ¿Quién es capaz de atacar a alguien que anda con Dios? Moisés asumió la postura del verdadero creyente. Cuando somos atacados por el enemigo nos refugiamos en el monte con Dios. Dios se habrá de encargar de nuestras batallas. Moisés subió a la cumbre y mientras levantaba las manos el pueblo de Israel ganaba pero cuando se le cansaban y estaban abajo perdían. Cuando levantamos las manos en medio del monte de Dios, en medio de la presencia de Dios, ganamos nuestras batallas porque habrá alguien que levante nuestros brazos. Cuando estés en la batalla procura que Dios esté de tu lado. Definitivamente cuando el enemigo ataca y estamos en la presencia de Dios sus ataques son vanos. Dios te protege en medio de tus batallas. Mientras nuestras batallas sean con el favor de Dios obtendremos la victoria. Oremos: Dios de los Ejércitos. Tú que refugias a los tuyos. Que sostienes nuestros brazos cuando se cansan. Sé tú guiando mis días y cuida mis pasos para que cuando llegue el ataque pueda soportarlo en tu presencia con los brazos delante de ti. En el nombre de Jesús, amén. [1] Reina Valera Revisada (1995) Bible Text. (1998). (Éx 17.8–12). Miami: Sociedades Biblicas Unidas. Marcos 16.1-6
¿En qué consiste la vida nueva? En que la vieja manera de vivir ya no nos asombra pero la que encontramos en Jesús nos deslumbra. El temor invadió a las mujeres porque se encontraron con el resucitado. No fue una conmoción de fe y de del amor sino el Señor viviente que provocó la fe y el amor. La fe no es fruto de nuestra humanidad porque proviene de la vida, es decir de Jesús. NO es la fe fruto de la carne y la sangre, sino de la Gracia. Ellas tuvieron libertad porque palparon la resurrección. El varón o ángel le dijo: "no está aquí ha resucitado". Es la expresión y la experiencia de la libertad. El interior de aquellas mujeres se descompuso a causa de lo jamás visto. Por el temor tuvo lugar la vida. Lo experimentado por aquellas mujeres les invita a pregonar e invitar a los discípulos a la resurrección de Jesús. El temor ya no existe pues se convirtió en misión. Aquel temor revela la manera en que enfrentamos lo desconocido pero la resurrección nos muestra que lo que Dios tiene para nosotros es más grande que nuestro temor. Es por ello que la vida nueva consiste en abrirnos a lo que Dios tiene para nosotros/as. Cambia la vida por que donde la muerte reinaba Jesús entronó la vida. El encuentro con Jesús viviente provoca vivientes de nueva vida. ¿Cómo estás viviendo? El temor que tienes para enfrentar la vida no tiene espacio porque "ha resucitado". Oremos: Dios de la vida. Dios que transformas en cada encuentro. Nuestra vida nueva está en dejar que tus palabras iluminen nuestro camino. Tú eres liberador. Cuanto más me aferro a ti más libre y fortalecido me siento. Permite que quienes continúan viendo el temor sean transformados. Abre camino a la vida para quienes sienten que el temor es más grande. Sé que nuestro temor nos detiene pero confío en que tu mano liberadora derrotará todo temor y nos hará regocijarnos porque la resurrección es real en nuestra manera de vivir. En el nombre de Jesús, amén. Romanos 14, 19 Por lo tanto, sigamos lo que contribuye a la paz y a la mutua edificación.[1]
Apartarnos del mal y hacer el bien. (Salmo 34.14) Buscar la paz y seguirla (Salmo 34.14) Estar en paz los unos con los otros/otras (Romanos 12.18) Agrade al prójimo en lo que es bueno (Romanos 15.2) A paz nos ha llamado Dios (1 Co 7.15) Todo me es lícito pero no todo conviene (1 Co 10.23) Todo es lícito pero no todo edifica (1 Co 10.23) Estamos ante los desafíos más grandes social y espiritual. Hay otros desafíos. ¿Qué está bien o que está mal? Ahora nada está mal. Ya no hay pecado. Entonces, ¿Como nos apartamos de lo que no existe? Todos/todas quieren hacer el bien. Eso si no toca sus cosas, sino tiene desafíos, sino no me toma mucho tiempo, sino arriesgo nada. Así cualquiera hace el bien. Constantemente estamos airados, enojados y acalorados. La gente está vulnerable y sensible. Encontrar la paz es quedar iguales y no dejar las diferencias a un lado. Buscar la paz es fuente de edificación social y espiritual. ¿Quiere la gente la paz? La gente quiere sentirse cómodo y que saciaron sus inquietudes pero no la paz. Si ellos no tienen paz que nadie la tenga. ¿Así se edifica una sociedad? No se tiene paz consigo mismo/a y esa es la razón por la que no la tienen con los demás. Por otro lado, se quiere agradar a todos y todas en cualquier cosa. No puede ser así. Más bien se trata de lo que es bueno. No podemos agradar cuando nuestros valores están en juego. Estamos llamados a agradar en lo que es bueno y no en lo que es malo. Todo se puede hacer. No se equivoquen. Eso está debidamente claro. ¿Hasta dónde si no edifica? ¿Construye lo que hago en la sociedad? ¿Construye en mi vida? ¿Edifica en mi familia? Todo lo puedes hacer pero no todo conviene y mucho menos edifica. Oremos: Dios que permites que el día sea día y la noche sea noche. Tú que permites que haya lluvia para todos y todas. Tú que no eres, desde algunas perspectivas inclusivo porque separaste las cosas: "la luz de las tinieblas", "el agua salada de la dulce", "la tierra del agua", "la noche del día", etc., eres mi Dios. Dios que ha hecho inclusiva la salvación. No me toca juzgar quien se salva o se pierde pues eso no edifica. Sí me toca decir que todos tenemos la misma oportunidad. A ti Señor y Dios Padre me honro en servir por los siglos de los siglos, amén. [1] Reina Valera Revisada (1995) Bible Text. (1998). (Ro 14.19). Miami: Sociedades Biblicas Unidas. "Estad quietos, y conoced que yo soy Dios; Seré exaltado entre las naciones. Jehová de los ejércitos está con nosotros; Nuestro refugio es el Dios de Jacob", Salmo 46.10-11.
¿Para dónde vas? ¿Cuál es la prisa? Estad quieto/a y conoce a Dios. Estar quietos es dejar que Dios obre. Permite que la mano de Dios se haga real en tu vida. No tomes decisiones que puedan acarrear malos resultados. Todo lo que se espera en Dios resulta en victoria. ¿Cuál es el miedo si Dios está con nosotros? Puede haber ejércitos contra ti pero nosotros no tenemos ejército sino el Dios de los ejércitos a nuestro favor. Nada temas porque Dios es nuestro refugio. Oremos: Dios de toda misericordia. Dios de los Ejércitos. Mi vida y toda nuestra familia confía en ti. Tú eres y serás mi refugio. NO temeré lo que me puedan hacer porque mi seguridad no es lo que ocurrirá sino que tú estás conmigo. En el nombre de Jesús, amén. Juan 7.37-39 37 En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: —Si alguien tiene sed, venga a mí y beba. 38 El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior brotarán ríos de agua viva. 39 Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyeran en él, pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado. [1] Esta agua es mejor que la que brotó de la peña, que las bendiciones de la tierra prometida, que todo la tierra poseída, es mejor que el agua del estanque de Siloé, es agua que brota del interior. Es agua viva y se obtiene en el CREER. Esta agua es más que tiempos de refrigerio porque es permanente. No brotará una quebrada, un riachuelo sino ríos de agua viva. Esta agua es metáfora del Espíritu Santo en nuestras vidas. En tiempos de calor y sequedad el Espíritu Santo nos mantiene refrescados. Las fuerzas que nos brinda están en la frescura de sus propias palabras, "si alguien tiene sed, venga a mí y beba". No nos dejemos engañar y dejemos los cuentos de camino para los ingenuos. Cristo es la fuente de vida y es la fuente de la cual brota toda esperanza. NO hay otro que haya dicho que si vienen a él que beban. Eso solo lo dijo Cristo. Cada quien piense lo que quiera o adore lo que quiera pero Jesús ha sido enfático al decir que nuestra sed se sacia en él. No es que solo saciará tu sed sino que provocará que de tu interior brote un río de agua viva. Estás llamado/a a compartir y dar lo que has recibido de Dios por medio de su Espíritu Santo. ¡No sigas con sed! ¡Aleluya! Para hablar de una declaración como esta Jesús se puso en pie y alzó la voz. Jesús te dice en voz alta: ¡SI TIENES SED VEN A MI Y BEBE! ¿Cómo se llama tu sed? Nada en esta tierra satisface al ser humano. Los vacíos son constantes y profundos. Dios en Jesús te deja saber que él sacia la sed llámese como se llame. ¿A dónde buscas saciar tu sed? Solo Cristo es y nadie más. Beber el agua de Cristo es igual a creer en él. Si crees ya de tu interior comienza a brotar el río de agua viva. Si crees de tu interior correrá el río de agua viva. Oremos: Dios de la vida. Gracias por un día más. Estamos delante de ti porque ya hemos creído. Te creemos y sabemos que de ti, fuente de vida, toda nuestra sed es saciada. Te afirmamos en nuestras vidas porque en ti nuestra sed es saciada. Nadie como tú. Tú eres el Gran YO Soy. Sacia la sed de quien ha reflexionado en esta mañana conmigo. En el nombre de Jesús, amén. Pd. Te invitamos a nuestros cultos en la ICDC en Guaraguao Abajo (www.icdcguaraguao.org) [1] Reina Valera Revisada (1995) Bible Text. (1998). (Jn 7.37–39). Miami: Sociedades Biblicas Unidas. Salmo 23
¿Quién no ha escuchado este salmo? ¿Quién no lo ha cantado? ¿Quién no lo ha aprendido desde temprana edad? Es uno de los salmos más famosos. Es uno de los salmos más profundos. Entre los elementos principales basta en pensar en su inicio para darnos cuenta de lo maravilloso que es. "Jehová es mi pastor y nada me faltará". Eso implica que si tenemos a Dios no necesitamos nada más. Si Dios es mi pastor tengo todo lo necesario. Dios sacó a David de en medio del rebaño. ¿Sabe que Jesús dijo que era el buen Pastor? También dijo que su vida daba por las ovejas. Para que vivamos la experiencia de su acompañamiento debemos hacer de Dios nuestro pastor. Sin embargo, lo que me es curioso es que Dios no consideró nuestro pecado para hacernos sus hijos/as. ¿Me dejé entender? Ya Dios te hizo su hijo a través de Jesús. En Jesús habita toda cifra de perdón. Una oveja tiene lo que el pastor le da. Por otro lado, el pastor que tú tengas determinará tu seguir y caminar. YO tengo a Dios como mi pastor y Señor. En él tengo mi confianza. YO tengo a Jesús como pastor. ¿Y tú? Jesús es el buen pastor y su vida ya dio por ti. No hay León o serpiente que pueda tocarte porque ya Jesús libró tu vida. Oremos: Dios y padre de toda creación. Tú eres Dios que guía y conduce nuestra vida. Tú eres mi pastor y nada me falta. En ti estoy completo. En el nombre de Jesús, amén. |
AutorPastor José Báez Báez Categorías
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September 2017
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