"un ca-fe
con dios"
Rvdo. José L. Báez báez
“Entonces os dije: No temáis, ni tengáis miedo de ellos. Jehová vuestro Dios, el cual va delante de vosotros, él peleará por vosotros...”, Dt 1.29-30.
Si Dios dice que no tengas miedo, no tengas miedo y si dice que va al frente así será y si dice que peleará por ti no lo dudes. Esta palabra es poderosa. Si Dios ha estado hasta aquí contigo no dudes que estará hoy mañana. Cuando Dios le da esta palabra al pueblo estaban llenos de miedo. Creer en Dios no es cantarlo cuando todo está bien sino cuando el momento difícil llega. Creerle es seguir porque va al frente. No puede ir al frente en quien no crees, en quien no confías, a quien no conoces. Mucha gente dice que es cristiana pero no siguen a Cristo. La gente dice que cree en Dios pero no le sirve. Solo aquellos que sepan en quién ha creído y le sirvan sabrán quién anda con ellos. Muchos le sirven a Dios cuando no tienen más alternativas en sus vidas. Dios les ayuda y desaparecen. Otros quieren que Dios les ayude siempre y ellos no dan nada de sí mismos. Esos son egoístas porque todo es dame y dame pero no son capaces de llegar a la casa de Dios y decirle a Dios, “Señor hoy vengo a darte la gloria a través de mi adoración porque tú has sido bueno”. Dios no es una vara mágica. No dejes de creer porque las promesas de Dios son reales. Algunos se cansan de caminar y esperar por lo que Dios va a ser. Hermano y hermana quiero decirle que Dios es Dios y no actua por nuestros caprichos sino por su voluntad. Dios peleará por ti pero tienes que seguir caminando detrás de sus pasos. NO te apartes, no te distancies. Hay gente que envejece en su casa porque no tienen más nada que hacer en lugar de servirle a Dios. Otros tienen tanto trabajo que no pueden llegar a la casa de Dios y cuando llega la prueba están llenos de miedo porque solo conocen el trabajo, conocen sus amigos, pero no conocen a Dios. Si queremos que la promesa de Dios en nuestra vida se cumpla debemos creerle, debemos seguirle y él hará. No temas porque Dios peleará por ti. Oremos: Dios bueno. NO temeré mal alguno porque tú estarás conmigo. Tú vas delante de nosotros y confío en que pelearás por nosotros. Nos has sacado de los lugares más duros de nuestra vida para una vida abundante. Ya no queremos vivir en servidumbre sino en tú libertad. En el nombre de Jesús, amén.
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"Fortalézcanse" (Efesios 6.10). NO es algo que podamos hacer por nosotros mismos. Cuando hablamos de “fortalézcanse” es meritorio reconocer que se trata de lo que Dios hace en nosotros. El único que puede darnos fuerzas de manera continua es Jesucristo. El tiempo de la palabra “fortalézcanse” es presente porque no es un acto que culmina sino que continúa. Fortalézcanse en el Señor es conocer sus fuerzas y tomarlas para seguir. Es acercarnos más a él. Dios nos ha revelado la grandeza de su poder en Cristo Jesús, pues, ¡utilízala! Ya sabes de dónde tomar fuerzas. Así que ¡adelante! Habrá asechanzas del enemigo pero jamás podrán detener el propósito de Dios en ti. Dios no desampara la obra de sus manos y cumple sus propósitos. Oremos: Dios bueno. Nuestras grandes batallas están en tus manos. Estaremos firmes porque tú eres quien nos fortalece. Hoy renueva nuestras fuerzas y llévanos en confianza. Llénanos de tu paz y que podamos caminar en fe contra toda adversidad. Tomamos de tus fuerzas y nos revestimos de tus fuerzas para los días venideros. En el nombre de Jesús, amén. “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”, Filipenses 4.13 En Cristo encontramos fortaleza. Sin él nada podemos hacer decía Juan. Solo en Cristo podemos encontrar alegría. Nadie es tan fuerte como para no necesitar de Dios. El apóstol Pablo sabía esto. Para alcanzar la victoria debemos descansar en el Señor y depender de él. Si faltan las fuerzas solo hay una fuente inagotable y se llama Jesús. Las situaciones de hoy no pueden brindarnos apoyo porque dependen de los humanos pero en Jesús siempre tenemos espacios para apoyarnos. Si nos apoyamos en Jesús no hay obstáculo que se interponga en nuestra victoria. Oremos: Dios bueno. Todo es difícil pero no imposible si tú estás conmigo. Ayúdame a seguir en el camino y déjame encontrar en ti cada día la fortaleza para seguir. En el nombre de Jesús, amén. NO está tarde la reflexión fue intencional. Estar en el foso implica que ya no hay alternativas para Daniel pero si Dios está contigo, etonces, todo es posible.
Daniel 6 Tener a Dios es tenerlo todo. Daniel había sido colocado como uno de los líderes más prominentes del reino de Darío. Lo que tenía Daniel no se consigue en la universidad y bajo ningún título: “Daniel tenía un espíritu superior”. Es decir, que Daniel era superior a muchos de los líderes de la época. Entonces, los demás buscaban ocasión para acusarle en lo relacionado al reino. Ellos buscaban la ocasión para acusarle, pero no podían porque Daniel era fiel y no hallaron ningún vicio ni falta fue hallado en él. Así que se metieron con la fe de Daniel. Buscaron la manera de destruir a Daniel por lo que creía. Por lo tanto, crearon un edicto para que el rey lo firmara y quien no adorara al rey fuera echado en el foso de los leones. Leones no eran los que estaban en el foso sino los que quieren destruir a otro/otra. Hay quienes andan con maldad, que solo están pensando en cómo hacerle daño a otro. Tienen problemas en el corazón. No necesitan un cardiólogo solo necesitan a Cristo en el corazón. ¿Por qué tanta guerra, para qué tanto rencor, etc.? Los del foso no le hicieron nada a Daniel porque el Dios de Daniel y el de los leones era el mismo. Detalle que olvidó el rey y todos aquellos que intentaron destruirle. Daniel hablaba con Dios tres veces al día. ¿Cómo? Sí, tres veces al día con Dios. Cuando vengan los leones es mejor que sepan que hablas con el Rey de reyes y Señor de señores, con el León de Judá. Hay firmas de reyes, gobernadores, líderes, de países que no pueden ser abrogadas pero si Dios está contigo no hay ningún edicto que pueda impedir que salgas victorioso. Cuando Dios está de nuestro lado nos libra. Para Daniel, a los ojos del rey, de los gobernadores, de las leyes, no había opciones, porque colocaron una piedra sobre la puerta del foso, lo sellaron con el anillo del rey, con el anillo de sus príncipes, para que nadie alterara el acuerdo contra Daniel. Ese acuerdo fue alterado por el Dios de los cielos. Nadie puede meterse con los hombres y mujeres de Dios. Un hombre y una mujer que oran tienen más poder que la armada más poderosa que pueda existir. Dios envió el angel que cerró la boca de los leones. Oiga hermano y hermana si hay leones que intentan hacerle daño Dios le cerrará la boca. Usted confíe en Dios y no tenga temor por lo que le puedan hacer. Si Dios te haya inocente nadie te encontrará culpable. NO temas por lo que te puedan hacer. NO temas por quienes pretenden llevarte al foso. El foso se convertirá en el lugar donde Dios te asistirá. La gente verá que Dios está contigo estando en el foso. Tú estarás en el foso pero Dios está contigo. Dios no está afuera del foso, de tu prueba, de tu situación, del ataque que enfrentas, sino contigo. ¿NO entiendes? Dios está contigo. Oremos: Dios bueno y de infinita misericordia. Ante ti porque ante ti es mejor estar. En esta hora, donde parece que no hay más opciones solo el que confía en ti sabe que tú llegas y no abandonas. Por ello, en tus manos, confío y afirmo mi esperanza. En el nombre del Señor, Jesús, amén. Marcos 8.3 “Jesús extendió la mano y le tocó…”.
Somos puertorriqueños y cuando hablamos con la gente nos tocamos. Solemos estar muy cerca del que hablamos. Eso es parte de nuestra cultura. Jesús tocaba la gente y sanaba. La gente anda amargada y distanciada de sus seres queridos e incluso enojada con amigos, hermanos, padres por años. Si supieran que estar cerca sana y ayuda a no sentirnos solos. Hay gente que se les educa a no tocar, a nosotros también. Recuerdo que mami decía: “se toca con los ojos y se mira con las manos”. ¿Cómo olvidar eso? Cuando nos acercamos a alguien y se distancia es porque no hay confianza. Hay quienes si te acercas mucho se mueven. Esta sociedad necesita gente capaz de abrazar, agarrar el brazo, apretar la mano, extenderla, como Jesús. Sostener nuestro acto con la mirada para que ese contacto sea más poderoso. NO es simple tacto corporal es que sepan que estamos aquí. Se trata de estar más que de decir. Si hay una fuente de consuelo es el de la familia. Cuando estamos somos capaces de acompañar en medio de la crisis. Solo con tocar y dar una palmada estaremos comunicando mucho. Ve y abraza a tus hijos/as, amigos, compañeros porque quizás recojas su fragilidad y la fortalezcas. Un abrazo es capaz de hacer que la soledad huya y quien muere de sentimiento vuelva a la vida. Un abrazo sostiene en la debilidad y suele romper la distancia. En el abrazo y la extensión de mano solo imitamos a nuestro Salvador. Ora y busca a alguien a quien puedas darle un abrazo. Oremos: Dios bueno y de gran misericordia. Con amor eterno nos has amado y jamás permitiste que la soledad nos destruyera porque tu abrazo salvador nos acogió desde la cruz misma. Hoy ensanchas ese abrazo desde nosotros y solo te pedimos que nadie se siente solo/a. En el nombre de Jesús, amén. Marcos 2.1-13 ¿Cuántos amigos o amigas tienes que necesitan a Jesús? Sabes que están enfermos y necesitan a Jesús y no haces nada por ellos. ¿Qué tal si les ofreces la oportunidad de ir? Quizás ellos no saben qué quieren pero tú sabes qué necesitan. ¿No te parece que tu fe en Dios puede hacer algo por tu amigo? Hoy es tiempo de arriesgarnos por quienes amamos. Si su matrimonio va mal, su vida está sin esperanza, sino sabe a dónde ir, sino tiene un lugar para adorar, si se siente solo/a, si carece de buenas amistades, si lo que hace no le brindará una oportunidad de vida, entonces invítalo al templo. Normalmente el miedo tiene que ver con parálisis. Hubo un hombre en la Biblia que Jesús sana por la fe de sus amigos. La visión de quien está paralizada está desenfocada. Necesita un reenfoque en su vida. ¿Qué harás por él? Quien vive en pecado provocará que su meta sea errada. Si te equivocas en lo que haces te equivocarás en llegar bien a la meta. NO esperes que los errores o las imperfecciones no estén en ti para buscar a Dios. Busca a Dios por tus errores e imperfecciones y te pondrás de pie y seguirás el camino. ¿Serás tú quien está paralizado/a? Debes estar dispuesto a un milagro para ti y para los demás. Vamos a decirles a nuestros amigos que la reconciliación con Dios es un camino de esperanza que no podemos dejar de alcanzar. Si estamos dispuestos a modificar nuestra manera de vivir y revisar nuestras acciones comenzaremos a sanar. Reconozcamos quiénes somos y permitamos a Dios hacer en nuestra vida lo que no haremos con ella ni en esta vida ni en la venidera. Es tiempo de mirar a cuantos amigos puedes traer a la presencia de Jesús para ayudar a construir y edificar en sus vidas. Haz como aquellos amigos que trajeron a quien estaba paralizado a los pies de Jesús y Jesús hará con ellos. Oremos: Dios maravilloso, tú que perdonas y sanas. En esta hora toma las vidas que estén repitiendo esta oración y renueva sus fuerzas. Es tu tiempo y tu voluntad la que definen nuestras vidas. Que no me desespere al esperar sino que el esperar sea mi esperanza. Confío en ti y en lo que hagas. Tus planes son mejores que los míos y algo aprenderé en todo lo que me muestras en el nombre de Jesús, amén. ¡Resiste!
¡NO te rindas! Si Dios tienes propósito contigo, en Dios experimentarás momentos duros o de quebrantos. Es por ello que David aprendió a vivir con un corazón quebrantado. Si quieres tener un corazón íntegro la prueba y la aflicción serán tu mejor crisol. Serán la prueba y la aflicción vitales para la firmeza que Dios quiere crear en ti. NO olvides que tú estás en las manos del alfarero y es por ello que cada día estás en la rueda. El salmista decía: “Escudríñame, oh Dios y conoce mis inquietudes, conoce mi corazón, pruébame y ve si hay en mi camino malo guíame en el camino eterno”, Salmo 139. Dios conoce el corazón que permite latir. Es por ello que ser conforme al corazón de Dios requiere que sus manos sean las que escudriñen, como quien busca en una caja. En el quebrantamiento, viene la envidia, el celo, engaño, el foso de los leones, el moverte en el área de trabajo, procurar sacarte del trabajo, la persecución, sufrir, incluso, la búrla en tu trabajo, etc., pero lo que no puedes olvidar es que Dios está preparándote para que seas un hombre o mujer firme. Ese momento de quebranto será el fundamento para tu integridad. Pasarás de ser un simple religioso a vivir una nueva experiencia de fe y vida en Dios. A quien Dios quiere utilizar aprende a fortalecerse en los más duros quebrantamientos. 1 Samuel 30.6-7 “Y David se fortalecía en el Señor su Dios”, “Y David consultaba con su Dios”. David sabía que no se trataba de estar en las manos de la gente sino en las manos de Dios. Tenía claro que Dios pelearía por él. ¿Tienes claro que Dios pelea por ti? ¿NO sabes? Te exhorto a que lo digas: “Dios pelea por mi porque yo me fortalezco en el Señor”. Entonces, ¡Resiste! Lo que vives hoy solo aumenta tu fe y provocarás que vivas una nueva dimensión en él. Oremos: Dios de infinita misericordia. Sé que vivir en tus manos es confiar en todo tiempo. Ayúdame a vivir y confiar en tu palabra. Solo en ti estoy confiado y el quebranto es el proceso en el que me purificas. Solo quiero resistirlo para ser mejor cristiano. En el nombre de Jesús te lo suplico, amén. 1 Reyes 19.5 “Y echándose debajo del enebro, se quedó dormido...”.
Ciertamente hay momentos en que las fuerzas pueden faltar. Los ataques del enemigo son directo. Sin embargo, ¿qué hacemos? Nos colocamos bajo el Enebro como Elías. Eso nos suele pasar y nos privamos de encontrarnos con Dios porque estamos inmersos en nuestra propia circunstancia. Cuando estamos encerrados y sin la posibilidad de ver a Dios nos encontramos en una posición inadecuada. Estamos bajo el Enebro juzgando y viendo todo desde nuestra posición. Ahí se inicia la indiferencia y la falta de visión. En condiciones de indiferencia y debilidad no se le puede hablar a nadie. Es momento de hablar con Dios. Dios nos restaurará, nos devolverá la visión y nos dejará ver que no es el Enebro a donde nos llamó. Puede que estés bajo el Enebro pero Dios no te quiere ahí. No todo está perdido. Es tiempo de mirar a Dios. ¿Vas a seguir bajo el Enebro? Dios le dijo a Elías “Vé, vuélvete por tu camino”. Es decir, que tu propósito no se ha terminado. Ese es el momento en que retiramos la renuncia y asumimos la firmeza. No te quedes dormido y levántate para que Dios cumpla su propósito en ti. Oremos: Dios bueno y de infinita misericordia. Solo en ti espero y confío. Me he sentido así y me has levantado. He permanecido bajo el Enebro pero has dado tu Palabra y he seguido. Ayúdame a no permanecer dormido, permíteme ver tu mano en medio de mi imposibilidad. La sombra del Enebro no puede ser mi último paso. Hoy quiero afirmarme en ti y en buscar tu presencia. No seguiré bajo el Enebro sino bajo tu presencia. En el nombre de Jesús, amén. Lucas 12.16-21
La vida tiene sentido cuando la vivimos con propósitos. ¿De qué nos vale la vida sino caminamos para que en ella descubramos la eternidad? Jesús narra la vida de un hombre que lo tenía todo. Al menos eso parecía. El único problema es que estaba lleno de avaricia. Creía que la vida consistía en la abundancia de bienes. Es por ello que le refiere esta parábola: “...La heredad de un hombre rico había producido mucho.17 Y él pensaba dentro de sí, diciendo: ¿Qué haré, porque no tengo dónde guardar mis frutos? 18 Y dijo: Esto haré: derribaré mis graneros, y los edificaré mayores, y allí guardaré todos mis frutos y mis bienes; 19 y diré a mi alma: Alma, muchos bienes tienes guardados para muchos años; repósate, come, bebe, regocíjate. Este hombre no era tan malo. Jesús no dice que era adúltero, ni que era asesino, ni blasfemador, etc. Mucha gente piensa que solo hacer esas cosas les hace distantes de Dios. No son solo esas. Hay otras cosas que nos hacen profanos y distantes de Dios. Vivir para ti y no para la gloria de Dios te distancia de Dios. Muchos creen que la vida otorgada por Dios es para vivirse en libertinaje. ¡No! Hermano y hermana ¡No! El ser humano debe vivir para la gloria de Dios. Si no tienes la actitud correcta y no respondes al verdadero y vivo Dios serás un insensato. Enfocarte en tus propios deseos, tus propios valores, tus propios deseos, tus propias visiones te distanciará de Dios. Debemos agradar a Dios en vez de a nosotros mismos. A mí me mueven los intereses que me acercan a Dios. Cuando solo nos movemos por nuestras visiones y preceptos nos auto-adoramos pero no adoramos a Dios. El hombre descrito en Lucas 12 era un ególatra. Tenía sus propias normas, valores, y estaba enfocado en lo que quería. Tenía un plan muy sencillo para su vida: Comer, Beber, y Ser Feliz. A lo mejor suena como mucha gente que conoces. El mundo te dirá que este hombre estaba viviendo la vida al máximo. Pero la Biblia tiene un mensaje distinto: 20 Pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será? 21 Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico para con Dios”. A eso yo le llamo tener la visión equivocada y el dios equivocado. Lo que tiene valor y es incalculable es la salvación. Estás viviendo en lo temporal y si quieres alcanzar lo eterno solo hay que vivir ricos en Dios. Este hombre buscaba su propio reino y ¿tú? ¿Si Dios viene esta noche a buscar tu alma qué ocurriría? Oremos: Dios bueno y de la vida. Que no se me olvide que un día habrá un final de jornada en esta tierra. Que mi construcción sea en ti y no fuera de ti. Que el dinero no sea la razón que mueva mi corazón sino que me mueva siempre tu voluntad. Vivir para ti es mi alegría y solo tu bondad me permite entender que la Salvación es lo único que tiene valor eterno. En el nombre de Jesús amén. Enfrentando lo desconocido con Dios
“Yo sé que mi Redentor vive, y al fin se levantará sobre el polvo; y después de deshecha esta mi piel, en mi carne he de ver a Dios; al cual veré por mi mismo, y mis ojos lo verán, y no otro, aunque mi corazón desfallece dentro de mí”. Job 19:25–27 Enfrentar implica no rendirse. Las circunstancias de hoy son un examen que hay que pasar. No podemos fracasar. El espacio del fracaso es para los que no tienen esperanza. Ciertamente lo que vemos puede derrumbar nuestra fe. Sin embargo, la mirada contemplativa de lo que es la bondad y misericordia de nuestro Redentor será lo que no permitirá que nos desanimemos. Ese mirar fue el de Moisés “miró al invisible”, el de Pedro cuando “caminó sobre las aguas”, y Pablo al decir “prosigo al blanco”. Quitar la mirada de Dios será un fracaso seguro. Lo que Job enfrentó fue una vida sin bienes terrenales, sin siervos, sin sus diez hijos, sin amigos, sin respeto, sin reputación, etc. Lo único que le quedó a Job fue Dios. Job no pasó su tiempo contemplando lo que había perdido, lo que no tenía, o cómo sería la vida sin esas cosas. No se sentó a sacar cálculos de cómo recuperaría sus bienes o todo lo que tenía. Job afirmó su fe en quien creía y declaró en su nombre que se levantaría sobre el polvo y en medio del desecho vería a Dios. Job por su fortuna pudo hacer muchas cosas pero solo declaró “he de ver a Dios” y decía “aunque mi corazón desfallece dentro de mí”. Vean que no era de hierro y mucho menos un súper hombre. Entonces Job se levantó, y rasgó su manto, y rasuró su cabeza, y se postró en tierra y adoró, y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito. En todo esto no pecó Job, ni atribuyó a Dios despropósito alguno (Job 1:20–22). Job contempló a Dios y enfrentó sus circunstancias tormentosas con la esperanza en Dios. En estos momentos en que nuestro país vive tiempos de tormentas. Tiempos de crisis y de ajustes imprevistos debemos acudir a Dios con la esperanza de que nos levantará. Nuestra inquietud no debe llevarnos a demandarle a Dios un por qué, sino a confiar ante la adversidad. Job no buscó la razón de las cosas sino al Dios de la esperanza. Hay valles que harán que salgan nuestras lágrimas pero también nuestra mejor adoración. Job afirmó su fe en medio de sus llantos porque sabía que Dios le iba a levantar. Solo mirar a Dios provocará que mi mirada sea esperanzadora. Oremos: Dios que haces el valle y la montaña; Dios que camina con nosotros; Dios que no nos deja y no nos olvida; Dios que sabe mi necesidad; a ti miran mis ojos. Ante toda tormenta solo te busco a ti. Aunque desfallezca mi alma solo esperaré en ti y me levantaré en tu nombre. Amén. |
AutorPastor José Báez Báez Categorías
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September 2017
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