"un ca-fe
con dios"
Rvdo. José L. Báez báez
Juan 16.33 "Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo".
Las verdades declaradas en este texto son extraordinarias. El mismo Jesús lanza consuelo para la vida en sí mismo. Si de algo estoy seguro es que Jesús es el único que proclama y declara que hay paz en sí mismo. ¿Entendió? Jesús afirma que en él es que tenemos paz. ¿Tenemos a Jesús? Entonces en él tenemos paz. Sin embargo esa paz no es garantía de no tener aflicción. Es decir que Jesús nos garantiza la paz y a la vez nos dice que habrá aflicción. Descartado cualquier espíritu de triunfalista. No vivimos en una burbuja, no vivimos en un lugar no visto, sino en el mundo en el que la aflicción es parte del diario vivir. "... pero confiad, yo he vencido al mundo". La aflicción es la tribulación, la pena, la adversidad. Está ligada al proceso de exprimir las uvas o el fruto del olivo en un lagar. Entonces me toca confiar en medio del momento en que estoy viviendo. Aunque me estén exprimiendo mi confianza está en que venció todas las cosas. No importa cuán grande sea tu desierto confía porque el Señor ha vencido al mundo. El mundo provocará aflicciones en nuestra vida pero la confianza en el Señor nos dará paz. Oremos: Señor Jesús. Tu eres mi paz. La aflicción es pasajera pero trastoca mi fe. Es por ello que te pido que en medio de mi aflicción seas mi paz. Mi confianza no se sostiene en mis fuerzas sino en que tu paz es la garantía en la que yo venceré. Tú venciste al mundo y contigo venceré. Ninguna aflicción anulará la confianza que tengo en ti. En el nombre de Jesús, amén.
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Filipenses 4.13 "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece".
Si la debilidad ha tocado a tus puertas puedes decir que todo lo puedes en Cristo que te fortalece. Si vez que la duda zarandea tus sueños puedes decir que todo lo puedes en Cristo que te fortalece. Cuando la angustia asoma su cara y el temor nos susurra al oído en el corazón puedes decir que todo lo puedes en Cristo que te fortalece. Lo pesado del trabajo no tiene espacio cuando todo lo podemos en Cristo que nos fortalece. Si el compañero de trabajo es diferente a ti y no quiere dirigirte la mirada puedes decir que todo lo puedes en Cristo que te fortalece. Si te sientes caminando en la soledad y no tienes ánimo para continuar puedes decir que todo lo puedes en Cristo que te fortalece. Mirar que otros alcanzan sus sueños y tú no divisas tu lugar puedes decir que todo lo puedes en Cristo que te fortalece. Si la enfermedad es parte de tu vida puedes decir que todo lo puedes en Cristo que te fortalece. Si has comenzado algo y no lo has terminado porque no sabes qué hacer puedes decir que todo lo puedes en Cristo que te fortalece. Hoy no dudes en echarle mano a la vida, no dejes de creer en tus sueños, no pretendas dejar lo iniciado. En Cristo todo tiene esperanza porque llena de fuerzas para poderlo todo. Anda, levántate, sacúdete, camina, levanta tu cabeza, no sigas en el mismo lugar y proclama a los cuatro vientos que todo lo puedes en Cristo que te fortalece. Oremos: Señor Jesús, tú eres Dios y puedo decir que todo lo puedo en tí que me fortaleces. Me levanto en tu nombre, camino en tu nombre, sonrío en tu nombre, creo en tu nombre, vivo en tu nombre, confío en tu nombre, afirmo tu nombre y es en tu nombre que puedo decir que todo lo puedo. En el nombre de Jesús, amén. Salmo 126. 5-6 "Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán. Irán andando y llorando el que lleva la preciosa semilla; Mas volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas".
Las lágrimas y el quebrantamiento son espacios para disfrutar la victoria. Las lágrima forma parte de los procesos de crecimiento espiritual. Muchas de nuestras batallas se dan llenas de lágrimas. Sin embargo, en la cosecha habrá regocijo. Lo que permitirá que haya regocijo es la esperanza de que lo sembrado no está en las manos del sembrador sino de Dios mismo. Dicen los expertos que hay lágrimas de pena y sufrimiento, de gozo, de compasión, lágrimas de desesperación, de agonía, o de parto, lágrimas de arrepentimiento. Así que la pasión es necesaria en el diario vivir. Sin embargo, también es meritorio entender que la batalla del creyente tiene un fin victorioso. Cuando recojas la cosecha habrá regocijo. No te des por vencido sino que vence el desánimo con tu persistencia. Ninguna lágrima cae en vano ante nuestro Señor Jesús. Quien ha vivido la dura experiencia en lágrimas tendrá una victoria inmensa y "será como los que sueñan y sus bocas se llenarán de risas, y nuestra lengua de alabanza... y dirán grandes cosas ha hecho Dios con estos", Salmo 126.1-2. Oremos: Dios y Señor de mi vida. En ocasiones trabajamos y los momentos son duros y difíciles. Tan fuerte es la siembra que las lágrimas afloran. Enjuga toda lágrima Dios y sostén a tu pueblo, a tus hijos, a tus hijas y no dejes desamparada la lucha de nuestras vidas. Aquí estamos Dios esperando que la cosecha en nuestras manos se llene de tu gloria. En el nombre de Jesús, amén. Jueces 14-16
Todos hemos escuchado de la forma en que Sansón perdió su cabello largo. Claro está, más que un mero cabello largo, perdió la gracia, rompió el pacto o promesa, pero sobre todo, decidió hacer lo que le llevó, incluso a la muerte. En las caídas de Sansón se distingue lo siguiente: 1. Lo que agrada no necesariamente edifica. 2. No se sigue el consejo. 3. Tiene lugar la mentira y la manipulación 4. Hay enojos que pueden costar la muerte, incluso a familias enteras. 5. Estuvo escondiéndose y huyendo. 6. Procuraban matarle. 7. El engaño y la debilidad se unen para destruir. 8. La presión de cada día (para revelarle el secreto de sus fuerzas) redujo su vida a angustias. 9. Dios se apartó de Sansón. 10. Fin de la caída es la muerte. Toma en serio esto que te digo. No lo tomes en poco. El enemigo no viene sobre nosotros de manera imprevista. Sus ataques son para destruir y matar. Sansón fue seducido y llevado poco a poco hasta ser destruido. No dejes que aquello que parece agradar sea más grande que lo que Dios es para ti. No dejes tu bendición por lo efimero. Tienes familia, tienes a Dios. No pierdas lo que luego te lamentarás. Presenta tu situación a Dios y no dejes que lo que es atractivo te confunda. Si tu esposa o esposo está contigo es porque te ama no importa como seas. Atesora lo que tienes para que luego no seas destruido a causa de tus propios pasos. Oremos: Dios y Señor de la vida. Nuestras familias están en tus manos. Nuestros pensamientos y nuestras acciones. Ayúdanos a combatir toda tentación. Líbranos del mal. Que no pasemos por la experiencia de Sansón. Socorre las familias y guíanos siempre. Jamás te apartes de nosotros. En el nombre de Jesús, amén. Marcos 14.22-33
Jesús ora. Los discípulos tienen miedo. El lago es profundo. La tempestad se levanta. La barca se hunde. ¿Qué hacer? ¿Timonear? La orilla, única esperanza, a quien navegan, está lejos. Los vientos no cesan. Desde allí, el monte, Jesús continúa orando, pero se da cuenta de lo que ocurre en la barca. No olvide que antes de la barca estar en medio de la tempestad Jesús oraba por los discípulos. Jesús los observa y se dirige a ellos. Los vientos y las olas no son los que impiden que Jesús se acerque a los humanos sino nosotros mismos. No confundamos al Emanuel "Dios con Nosotros", con un fantasma. La barca no se hunde porque los vientos la sacudan. Nos hundimos nosotros cuando nuestra mirada es quitada de Jesús. No tengas miedo y pon tu mirada en Jesús. De seguro ni tú, ni la barca, ni los demás se hundirán porque Jesús no lo permitirá. Oremos: Jesús, tú el "yo Soy". Que enseñas que eres así. Te acercas en medio de nuestras pruebas. Nos socorres cuando nos hundimos. Miras nuestra dificultad y nos cuidas. A ti te pedimos que no permitas que los vientos y las olas nos amedrenten. Nuestros ojos en ti son nuestra mayor esperanza. Aumenta mi fe para que cuando llegues cerca de mi no diga que veo un "fantasma" sino el "Emanuel", Dios con nosotros. En el nombre de Jesús, amén. 1 Corintios 13.1 "Si yo hablase lenguas humanas y angelicales, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o como címbalo que retiñe".
El amor en la vida del creyente no es un mero sentimiento. El amor es la vida misma de cada creyente. Nuestra vida cotidiana debe existir en amor a través de una praxis y no desde una mera moralidad. El amor no tiene lugar en lo incomprensible, "lenguas angelicales", sino en el ser humano. Es por ello que el amor traslada al creyente, de ser "metal que resuena o címbalo que retiñe", al campo de la verdad. Nuestro amor no puede hacer ruido porque su realidad está en la demostración. Demuestra lo que eres por amor y no digas que tienes amor si no eres comprendido. La realidad es que si tenemos amor somos capaces de comprender y ser comprendidos. Desde dicha expresión el amor no será mera apariencia sino una realización que no resuena ni retiñe. En fin que el amor sea una expresión comprensible. Oremos: Dios, que por definición, eres amor. El amor es la base de todos los dones porque nace en ti. NO te comprendería si no hubieses revelado tu amor desde la encarnación misma en Jesucristo. Tú eres Dios de amor y vida. En ti quiero mostrar cada día que mi amor no grita. En el nombre de Jesucristo, amén. Habacuc 3. 17-18 "Aunque la higuera no florezca, Ni en las vides haya frutos, Aunque falte el producto del olivo, Y los labrados no den mantenimiento, Y las ovejas sean quitadas de la majada, Y no haya vacas en los corrales; Con todo, yo me alegraré en Jehová, Y me gozaré en el Dios de mi salvación".
Que cortarán la luz, que cortarán el agua, que habrá huelga, que aumentará la gasolina, que todo está caro, que no hay quién compre, etc. Pareciera que no tenemos de qué sostenernos. Son días en los que no vemos mucho porque nuestro alrededor oscurece nuestra esperanza. Si en días como estos no guardamos nuestro corazón nuestra fe será sacudida y reducida a dudas e incertidumbre. Que tal si te digo que lo que veía el profeta era muy parecido a lo que estamos viviendo. Todo el alrededor era escases y faltaba todo. NO había fruto, no había ganado, no había provisión. Era un cuadro alarmante. ¿Qué acción tomar? ¿Cuál es nuestra postura? El profeta Habacuc determinó regocijarse en el Señor y tomar una postura de fe y esperanza. Es la postura de la confianza la que toma el profeta y el "aunque" plantea que haya o no haya "con todo se alegrará en el Señor. Eso me recuerda las palabras del profeta (Isaías 12.6) al decir: "regocíjate y canta... porque grande es en medio de ti el Santo de Israel". La experiencia de fe en cada uno de nosotros/nosotras no se enmarca en lo que vemos sino en lo que no vemos. No olvide (Hebreos 11.1) "la fe es la certeza de lo que se espera la convicción de lo que no se ve". Nuestra mirada está en el que hizo los cielos y la tierra, que da todo y siempre es fiel. Dios es Dios y nuestra necesidad la conoce toda. No medite en lo que no hay sino en cómo Dios ha estado cada día contigo. En Dios esperaremos pase lo que pase y nuestra fe se fortalece en el Dios de mi salvación. Oremos: Dios de los tiempos buenos y de los tiempos de crisis. Dios que camina sobre todas las cosas, sean abundante y escasas. Que mi fe se alegre en ti para alcanzar confiadamente lo que tú me das. Sé que me he tambaleado pero hubiera desmayado sino hubiese confiado en ti. Cuán hermoso es el día cuando lo caminamos en ti y qué liviana la escases cuando tú eres mi alegría. Aquí estamos tu pueblo para que nos guardes del día malo y nuestra fe tenga una comunión continua en ti. En el nombre de Jesús, amén. Mateo 6.25 "Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir, ¿No es la comida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta, ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? ".
No te afanes "dividir en dos partes", es una distracción, una preocupación con cosas que causan ansiedad, tensión y presión. Dios está atento a nuestras necesidades como lo está de las aves cada día. En días de crisis y de tensión social, sin saber qué ocurrirá en Puerto Rico cabe hacernos muchas preguntas. Sin embargo, la Palabra de Dios nos fortalece al decirnos que no nos afanemos porque hay cosas más importante que lo que comemos, bebemos y vestimos. Dios está atendiendo la simpleza de una ave, lo que hace y no deja de hacer siendo ave. ¿Te imaginas lo que hará por tí? La actitud de afán no es parte de la vida del creyente. El afán es infructífero. Considerar a Dios en medio de nuestra crisis es comprender que lo que sea nuestra verdadera necesidad será atendida porque somos más que un ave. El valor de lo que somos delante de Dios hace que sus ojos estén sobre nosotros/nosotras. Nuestra ansiedad está en las manos de aquel, (Dios), que es capaz de alimentar las aves y provocar que cada día sea la señal de una nueva esperanza. Confiar en su provisión es un acto de fe que afirma nuestra paz. Oremos: Dios y Señor Jesucristo. Ante tu presencia estamos confiados. Sí, no puedo negar que han llegado momentos en los que la ansiedad agota mi fe, pero hoy me afirmo en que de ti mana la vida. Tú conoces todos mis caminos y ninguno te es oculto. Mi necesidad está en tu agenda. Mi angustia es temporera y mi fortaleza proviene de ti. Yo sé que valgo más que un ave y que no me dejarás en medio del sequedal. En tu nombre, Jesús, amén. Efesios 4.20-24
Si hemos aprendido y oído a Cristo no podemos decir que lo aprendimos por un tiempo. Estar en Cristo no se trata de quitarse una ropa y ponerse meramente otra sino de una transformación genuina. Nuestro estilo de vida no puede llevarnos a los viejos engaños en los que andábamos. Es por ello que no es meramente un cambio superficial. Aprender, del sentido profundo de aprendiz. Lo que hemos aprendido de Cristo nos transforma lo que éramos en la pasada manera de vivir nos deforma. Los deseos parecen llevarnos a momentos felices pero no se engañe solo culminan corrompiendo nuestra relación con Jesús. Entonces, debe existir en cada ser humano una nueva experiencia que desemboque en una realización profunda de lo que es como cristiano/cristiana. Cabe preguntarnos ¿cuál es nuestra forma de vivir como cristianos? ¿Vivimos como creados por Dios o según nosotros? Oremos: Dios y padre de nuestro. Eres grande y maravilloso. He oído de ti y he aprendido a vivir en ti. No permitas que los atractivos deseos del mundo sean la trampa en que mi vida vuelva a lo que era antes. Cuida mis pasos y guíame en todo momento. Líbrame de la trampa enemiga y hazme caminar en rectitud. Que lo que soy te agrade de tal manera que pueda vivir según tu creación. En tu nombre, amén. Joel 3.14 "Muchos pueblos en el valle de la decisión; porque cercano está el día de Jehová en el valle de la decisión".
Imprescindible es la Palabra para nuestras vidas en este tiempo. Me parece que todos y todas entendemos que estamos en el valle de la decisión. Los valles a través de la historia han sido lugares de grandes batallas. Esto nos remite a la decisión. Cuando decidimos hacer algo hemos optado por excluir y por incluir. Una buena decisión puede llevarnos al triunfo, pero una mala decisión es vía para el fracaso. Asumir posturas en la vida también es decidir. Hay quienes prefieren decidir hacer nada y eso es una decisión. Muchos puertorriqueños están en el "valle de la decisión". Para muchos empleados de diversas labores gubernamentales es el tiempo de decidir. Por un lado se deben acoger a unos beneficio y por otro los pierden. Quedar sin empleo o continuar por varios años más son encrucijadas que podemos llamar "valle de la decisión". Son momentos de tensión y de mucha inquietud. Son estos espacios en los que el valle toma lugar y los caminos o alternativas no son muchos. ¿Qué hacer? ¿Qué decidir? Es un momento determinante y crucial para quienes pasan por dichas amenazas. Todo se trastoca y no sabemos a quién preguntar. Todos están turbados y se hace difícil tomar la mejor decisión. Entonces, nuestra esperanza es que Dios está cercano al valle de la decisión. Lo que implica que quien en el valle asuma el alineamiento con Dios oirá su voz y será su esperanza. En tu "valle de decisión" permite que Dios esté cercano. Hoy es día de decisiones importantes y no puedes darte el lujo de hacerlo sin Dios. Estamos en tiempos en los que nuestras decisiones son cruciales. Actúa y decide desde el alineamiento con Dios y tu fortaleza y tus días serán alumbrados por la esperanza de quien has creído. No tomes livianamente las decisiones porque el día de Dios está cercano. ¿Cuál es tu decisión? Ora, ayuna y espera porque Dios hablará y tu decisión será la mejor porque lo hiciste consultando al que conoce los días de mañana. Oremos: Señor y Dios de mi vida. Sé que eres la fuente de esperanza para cada ser humano. Hoy nos volvemos a ti reconociendo que la mejor decisión se toma cuando nos acercamos a oír lo que nos dices. Discernir tu voz en medio de un mundo de voces es mi desafío pero confío en que no dejarás a tu pueblo en medio de este "valle de decisiones". Siempre has estado cercano a nuestras decisiones y no permites que ellas sean erradas. Cualquiera sea la que tomemos hoy vaya endosada por tu Espíritu que nos guía a toda verdad. En tu nombre, Amén. |
AutorPastor José Báez Báez Categorías
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September 2017
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