"un ca-fe
con dios"
Rvdo. José L. Báez báez
Habacuc 3. 17-18 "Aunque la higuera no florezca, Ni en las vides haya frutos, Aunque falte el producto del olivo, Y los labrados no den mantenimiento, Y las ovejas sean quitadas de la majada, Y no haya vacas en los corrales; Con todo, yo me alegraré en Jehová, Y me gozaré en el Dios de mi salvación".
Que cortarán la luz, que cortarán el agua, que habrá huelga, que aumentará la gasolina, que todo está caro, que no hay quién compre, etc. Pareciera que no tenemos de qué sostenernos. Son días en los que no vemos mucho porque nuestro alrededor oscurece nuestra esperanza. Si en días como estos no guardamos nuestro corazón nuestra fe será sacudida y reducida a dudas e incertidumbre. Que tal si te digo que lo que veía el profeta era muy parecido a lo que estamos viviendo. Todo el alrededor era escases y faltaba todo. NO había fruto, no había ganado, no había provisión. Era un cuadro alarmante. ¿Qué acción tomar? ¿Cuál es nuestra postura? El profeta Habacuc determinó regocijarse en el Señor y tomar una postura de fe y esperanza. Es la postura de la confianza la que toma el profeta y el "aunque" plantea que haya o no haya "con todo se alegrará en el Señor. Eso me recuerda las palabras del profeta (Isaías 12.6) al decir: "regocíjate y canta... porque grande es en medio de ti el Santo de Israel". La experiencia de fe en cada uno de nosotros/nosotras no se enmarca en lo que vemos sino en lo que no vemos. No olvide (Hebreos 11.1) "la fe es la certeza de lo que se espera la convicción de lo que no se ve". Nuestra mirada está en el que hizo los cielos y la tierra, que da todo y siempre es fiel. Dios es Dios y nuestra necesidad la conoce toda. No medite en lo que no hay sino en cómo Dios ha estado cada día contigo. En Dios esperaremos pase lo que pase y nuestra fe se fortalece en el Dios de mi salvación. Oremos: Dios de los tiempos buenos y de los tiempos de crisis. Dios que camina sobre todas las cosas, sean abundante y escasas. Que mi fe se alegre en ti para alcanzar confiadamente lo que tú me das. Sé que me he tambaleado pero hubiera desmayado sino hubiese confiado en ti. Cuán hermoso es el día cuando lo caminamos en ti y qué liviana la escases cuando tú eres mi alegría. Aquí estamos tu pueblo para que nos guardes del día malo y nuestra fe tenga una comunión continua en ti. En el nombre de Jesús, amén.
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AutorPastor José Báez Báez Categorías
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September 2017
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