"un ca-fe
con dios"
Rvdo. José L. Báez báez
Tu valor incalculable
"Porque a mis ojos eres de gran estima, eres honorable y yo te he amado..." (Isaías 43.4) Crecemos en una sociedad que en sus palabras nos dice el valor que tenemos. Sin embargo discrepo totalmente de lo que pueda decir la gente. Yo no valgo por lo que me diga alguien, no valgo por lo que haya alcanzado, no valgo por los estudios que tenga, no valgo por lo que poseo, sino que tengo valor por lo que Dios me ha dado. Si Dios nos atesora no existe empresa que pueda hacer o decir que nuestro valor está degradado. Así como le hicieron al crédito de Puerto Rico. Nadie puede degradar a lo que Dios le ha dado valor. Porque seas una ama de casa, que dicho sea de paso es un trabajo arduo, o porque no consigas empleo, etc., no quiere decir que eres menos. Nadie tiene derecho a desprestigiarte porque "a los ojos de Dios eres de gran estima". Estimar significa "colocar valor a una persona". Quiere decir que a los ojos de Dios ya tienes un valor y eso no te lo quita nadie. Tu imagen te la dio el Dios de los cielo y para él no eres ni feo ni fea, ni estás gordo ni flaca, ni estás bajito ni alto, etc. Dios no mira por lo que ve sino por lo que eres y "eres honorable". La palabra "honorable" significa que mereces respeto. Los ojos de Dios dicen que eres honorable por qué vas a escuchar a uno/una que te dice: "feo/fea, no te ves bien, quien te dijo que estás linda, yo trabajo y tú no aportas, etc.", esos son maltratantes y cuando se expresan de esa manera reflejan lo que son. Si no te respetan a ti tampoco respetan a Dios quien ha dicho que te respeten. ¡Alaba! Finalmente Dios te "ha amado". Dios te tiene en estima y en lugar honorable y por ello te ama. Si quien dice que te respeta, que eres de estima y que te ama pero luego te insulta y te maltrata es un falso/falsa. Dios jamás te mentiría y es por ello que a sus ojos eres de estima, honorable y te ama. Quien quiera cambiar eso no está en su juicio cabal. NO lo olvides: "eres de estima, eres honorable y Dios te ama" y eso no lo cambia nadie. Tu valor no se define por lo que la gente crea sino por lo que Dios ya te ha dicho. Oremos: Señor y Dios de la vida. Muchos están en constante tensión porque hay un demonio que les insulta y les hace sentir menos, que les hace sentir desvalorizadas, que les insulta con palabras que destruyen sus emociones, que, incluso, son capaces de menospreciarles porque no trabajan o porque tienen alguna condición, a esos demonios o a ese diablo lo reprendemos en el Nombre que es sobre todo nombre, en el nombre de Jesús. No permitas que esos engendros diabólicos destruyan la imagen que tú hiciste, que tú creaste. El valor nuestro nos lo has dado tú y no lo vamos a perder por lo que diga cualquiera. Tú me diste valor y sentido y a ti adoro con alegría y devoción. En el nombre de Jesús, amén.
0 Comments
"Entonces uno de los doce, que se llamaba Judas Iscariote, fue a los principales sacerdotes, y les dijo: ¿Qué me queréis dar, y yo os lo entregaré? Y ellos le asignaron treinta piezas de plata. Y desde entonces buscaba oportunidad para entregarle". (Mateo 26.14-16).
Judas Iscariote, el traidor, era uno de los doce. ¿No le parece curioso? ¿Se imagina que también seamos contado entre los cristianos y también tengamos ese mismo espíritu de Judas? ¿No se defienda, al menos por ahora. Ninguna iglesia es perfecta, ninguna sociedad y mucho menos algún sistema. En medio de toda una civilización hay alguien que cobra el nombre de diablo. Por favor, no me trivialice el comentario. Lo que quiero decir es que siempre habrá alguien que será capaz de hacerse diablo. Digo esto de quien traiciona. Jesús los escogió y entre ellos había un diablo. No diablo desde lo que usted piensa como figura mítica, sino con acciones en sí mismo. Lo que somos por dentro definirá nuestras acciones. Aún la amistad se ve empañada cuando por dentro se lleva o se tiene o se es diablo. Hoy hay quienes son capaz de negociar lo que creen por cualquier idea contemporánea y efímera. Muchos líderes religiosos hablan de mil teorías y de mil ideas y de yo no sé cuántas posturas teológica ... y han cuestionado la integridad del mismo Jesús como hijo de Dios, como Dios, etc. ¿No les parece demasiado con mucho? ¿No les parece traicionar lo que creemos y a quién le creemos? ¿En qué lugar queda que Jesús es nuestra verdad? ¿Qué es lo que le queremos enseñar a la gente que todo es bueno y no hay pecado? NO confundamos la libertad con libertinaje. Entonces hoy hacemos la misma pregunta: "¿Qué me queréis dar, y yo os lo entregaré?". ¿Entregaremos lo que creemos? Me es muy curiosos que muchos utilicen el altar desde donde se alimentan y los espacios en los que dan conferencias para desprestigiar la iglesia. ¿NO es hacer lo mismo que Judas? Quiero aclarar que todos hemos hecho algo en lo que hemos traicionado a Jesús. "El que esté libre de pecado que arroje la primera piedra". Estamos actuando de la misma manera que Judas. Le hemos puesto, en este tiempo, precio a lo invaluable. Nuestras propias acciones son las que entregan sin que los demás nos lo exijan. Ellos no fueron donde Judas a ofrecerle sino Judas a ellos. Judas entregó a Jesús a oscuras, como decía mi abuelo. Es preciso ver la manera explícita en que se desprestigia la iglesia o la comunidad cristiana. Si crees diferente a las posturas de tu iglesia pues no hay problema pero no le hagas daño entregándola cual Judas. ¿De qué sirve? Pasarle factura a la Iglesia por los actos históricos que ha realizado la iglesia es un acto inconsciente. Claro que no olvidamos los eventos pasados, pero darle lugar hoy para arruinar la fe de hermanos y hermanas, para lastimar el liderato de la iglesia, para asumir posturas contrarias sin fin alguno y con planes estériles no vale la pena. La traición nos convierte en Judas. Quien se deja conducir por el diablo no encontrará dificultad para que le dirija. Ya me he dado cuenta que hay quienes están a favor de los político y no de sus principios. NO podemos olvidar que los poderes políticos podían matarle pero sólo quienes lo seguían podían traicionarle. Judas no tenía testimonio contra Jesús por eso no pudo ser testigo para los religiosos, pero sí podía entregarle porque era inocente. La traición no fue por necesidad sino por amor al dinero. No fue para comprar ropa, ni casa, ni comodidades, ni lujos, etc. sino para saciar su ambición sobre el dinero. Lo que le ofrecieran estaba bien. Las treinta piezas de plata solo eran la compra de un esclavo pero jamás la del hijo de Dios. Fue el valor para aquel hombre inocente. Lo compraron por el valor de un esclavo y lo entregaron con un beso. Desde el momento del negocio la preocupación de Judas era el dinero y no el Señor. Eso son los síntomas de una traición inaudita. Era una traición que se sostenía en las malas interpretaciones de quienes se conducen por el diablo. Judas creía que el reino de Jesús sería terrenal y cuando se da cuenta que no puede sacar provecho para ello, entonces arremete en la oportunidad para sacar dinero. Ciertamente la codicia es uno de los pecados mencionado en el decálogo. ¿Cuánto vale lo que creemos y en cuánto lo vamos a dar? Que ese espíritu de Judas no se apodere de nuestros líderes hoy. Los valores del Reino de Dios no tienen precio. NO traicionemos a quien le creemos y seamos honestos con nosotros mismos. Ser diferente no implica ser Judas. Ser diferente no es traicionar. La diversidad de pensamiento está ejemplificada en la selección de discípulos de Jesús. Jesús tiene claro que pensamos diferente y también tiene claro quién es quién le traiciona, incluso antes de mojar el pan con él en la mesa. Oremos: Dios y padre de toda vida. Perdóname por las veces que he fallado a tu lealtad. No quiero que mi vida se torne en una de codicias y ambiciones. Quiero amarte y seguirte con sinceridad. Por favor Señor, Jesús, quita de mi cualquier espíritu de traición y permíteme siempre andar en tu verdad. En tu nombre he orado, amén. ¡Aparta de mí esta copa! Pero no lo que yo quiero, sino lo que tú quieres. Marcos 14:36
Siempre que hablamos de apartar, en la jerga cristiana hablamos de santidad. Apartar, separar implica aislamiento. Eso ocurre cuando nos vamos a buscar esa presencia de Dios. Nos apartamos para que nada nos distraiga. También nos apartamos cuando estamos tristes. Es ese momento en el que no queremos que nadie nos moleste porque la tristeza nos ha embargado el alma y estamos triste y doloridos. Este aspecto de tristeza es del que estoy hablando. Jesús estaba triste y dolido. Sin embargo, debo aclarar que es por haber hecho lo correcto que tenía tristeza. Son esos momentos en que no queremos hacerlo pero hay que hacerlo. Ese momento lo vi con mis propios ojos: Viviendo en Comerío tuve la experiencia de ver un momento triste pero necesario. Fue el momento en que vi un padre entregar a su hijo a la policía. El rostro de aquel padre sacudía el corazón de cualquiera. Era por el bien de su hijo. Este hombre no quería a su hijo víctima de las drogas y muerto en las calles sino vivo. El amor de un padre va por encima de lo que vemos a simple vista. Hoy aquel momento duro y triste tuvo como consecuencias un hijo que hoy tiene una familia y anuncia la justicia del Reino de Dios. Esa historia que viví tiene el mismo proceso del de Jesús. El padre tuvo que vivir y ver un momento triste pero necesario. Sufrir por hacer lo correcto tiene sus recompensas. Jesús se aisló en el huerto de Getsemaní y el pensar en la cruz lo estremeció. Sus palabras habían sido realizar la voluntad del Padre. En ocasiones le decimos al Señor que haremos su voluntad y cuando ello choca con algo que normalmente hacíamos y no podemos volver a hacer nos encontraos en esta misma posición de Jesús. Cuando nos encontremos en momentos en los que nos confronta la voluntad de Dios y la nuestra vayamos al huerto de oración y allí descubriremos el secreto de lo correcto. Hay una gran distancia en hacer lo correcto vs querer hacerlo. El que quiere hacerlo batalla con su voluntad pero quien lo hace ha recordado su compromiso con Dios y eso lo lleva al huerto de la oración. Getsemaní significa, en griego, "lagar de aceite". Eso es una máquina para exprimir las aceitunas y sacarle el aceite. Allí fue que llegó Jesús, ¿ahora entiende? Es el momento en que Jesús está siendo exprimido por la voluntad del Padre. ¿Te exprime la voluntad de Dios? ¿Estás dispuesto a hacerla? No olvide, puede causar tristezas, pero trae sus recompensas. Hacer la voluntad de Dios nos permite caminar en la experiencia de la obediencia. Cuando nos enfrascamos en la obediencia y la misma provoca tristeza no olvidemos que es necesario porque estás en la prensa de aceite. En ocasiones se trata de hacer la voluntad de Dios o la de nuestros amigos, familiares, etc. Vencer toda presión por la voluntad de Dios es ir rumbo a la prensa de aceite. Ese es nuestro Getsemaní. Puedes repetir, "pasa de mi esta copa y que ..." Te toca terminar la oración delante del Señor. Oremos: Dios de todo cuanto existe. Estamos delante de ti y con la copa en las manos. Ayúdanos a discernir tu voluntad. Nuestro Getsemaní jamás se compara con el tuyo. En ti es posible llegar al huerto y orar. Permite que nuestra voluntad sea crucificada por la obediencia a tu Palabra y llamado. En tus manos estamos cada día. Hoy estoy en la prensa de aceite y mi oración es que sea como tú quieres. En tu nombre, amén. “Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros.” Santiago 4:8.
Cuando nos acercamos a alguien es por la confianza que le tenemos. Sin la confianza no hay manera de acercarnos a nadie. En cuanto a Dios nos acercamos porque creemos en él. Acercarnos a él implica que se revele a nosotros. Por otro lado, Dios es nuestra oportuna ayuda. Es por ello que te invito a que te acerques a +Dios, que nos espera con gozo y lleno de gracia. Siempre está dispuesto a acercarse a nosotros. ¿Viste lo que dice Isaías 58.9? Es la disponibilidad de Dios para los suyos. Es un momento increíble porque "invocarás y te oirá Dios; clamarás y dirá él: heme aquí...". ¿NO le parece extraordinario? Dios está esperando por ti. Es como si Dios dijera: "Aquí estoy esperando por ti para bendecirte. No dudes en acudir a él. Quien acude a Dios recibe perdón, restauración, consuelo, ayuda, etc. Nuestra vida debe, cada día, acercarse a Dios. La manera en que te acerques a Dios será vista por los demás y tu testimonio será tu predicación. Oremos: Dios que escucha. A ti me acerco confiadamente porque sé que estás. Acercarme a ti me permite caminar en la fuerza de tu espíritu. Clamaremos y tú nos responderás porque eres Dios. Gracias Señor porque estás dispuesto a escuchar y a socorrernos en todo tiempo. En el nombre de Jesús, amén. Veremos lo que trae el tiempo ...
Había una vez un campesino chino, pobre pero sabio, que trabajaba la tierra duramente con su hijo. Un día el hijo le dijo: -¡Padre, que desgracia! Se nos ha ido el caballo. -¿Por qué le llamas desgracia? - respondió el padre- veremos lo que trae el tiempo... A los pocos días, el caballo regresó acompañado de otro caballo. -¡Padre, que suerte! - exclamó esta vez el muchacho -Nuestro caballo ha traído otro caballo. -¿Por qué le llamas suerte? - repuso el padre- Veamos qué nos trae el tiempo... En unos cuantos días más, el muchacho quiso montar el caballo nuevo, y éste, no acostumbrado al jinete, se encabritó y lo arrojó al suelo. El muchacho se quebró una pierna. -¡Padre, que desgracia! - exclamó ahora el muchacho -¡Me he quebrado la pierna! Y el padre retomando su experiencia y sabiduría, sentenció: -¿Por qué le llamas desgracia? Veamos lo que trae el tiempo... El muchacho no se convencía de la filosofía del padre, sino que gimoteaba en su cama. Pocos días después pasaron por la aldea los enviados del rey buscando jóvenes para llevárselos a la guerra. Vinieron a la casa del anciano, pero como vieron al joven con su pierna entablillada, lo dejaron y siguieron de largo. El joven comprendió entonces que nunca hay que dar ni la desgracia ni la fortuna como absolutas, sino que siempre hay que darle tiempo al tiempo, para ver si algo es malo o bueno. Las experiencias de la vida nos sirven para crecer. En muchas ocasiones nos enfocamos en lo que nos ocurrió y no en lo que aprendemos de ello. Los tiempos que vives te deben enseñar algo. Descubre lo que tus tiempos te enseñan y no dudes en echarle mano. "Todo tiene su tiempo..." Eclesiastés 3.1. Este es nuestro tiempo para caminar en el nombre del Señor. Oremos: Dios y Señor. Mis tiempos están en tus manos y lo que traigan vendrá con tu voluntad. NO temo al mañana porque está en tu poder el que la misma exista. Cada experiencia que vivo me hace caminar con esperanza. No me dejes ver las circunstancias como cosas de la suerte sino como lecciones de vida. Ayúdame a no cometer los mismos errores. En el nombre de Jesús, amén. LA Ilustración es anónima ... Salmo 31.14-15 "Mas yo en ti confío... digo, Tú eres mi Dios, en tu mano están mis tiempos..." Mateo 5.21-22
Jesús advierte :"el que mate será culpable de juicio". Eso ya lo sabemos desde el Antiguo Testamento. Lo nuevo es lo Jesús nos presenta: 1. "Cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio". Es decir, un enojo irreflexivo que equivale a un asesinato. Hay sus momentos de enojos legítimos, pero el que se tiene sin razón es pecado. El enojo sin fundamento, sin razón o sin causa proporcionada es vano y hace daño. Es probable que ese enojo pueda llegar a matar. 2. "Cualquiera que diga "necio", a su hermano, será culpable...". Quien utiliza su boca para llamar necio o imbécil se hace un asesino con la lengua. Muchas personas no vuelven a ser los mismos después de palabras de esa índole. Así no se puede llamar a nadie. Ni padres a hijos, ni hijos a padres. Es inaudito. El desprecio nace del odio. Quien haga a alguien indigno del amor de Dios y lo sella con esas palabras entra en tal necedad mental. 3. "Cualquiera que le diga "fatuo", quedará expuesto al infierno de fuego". Es decir que cualquiera que diga que alguien va para el infierno debe ser expuesto al mismo juicio. Eso esta fuerte. Hermanos y Hermanas ya tenemos muchos asesinos en esta tierra no se haga ud uno más con palabras que lastiman, hieren y obstaculizan el sueño de otros y otras de vivir. Hay esposos maltratantes que humillan constantemente a sus esposas, que las hieren, que las critican, etc. Nuestras palabras serán medidas por el Señor. Oremos: Dios y padre de nuestras vidas. Cuantas veces pueda evitar decir algo que ofenda así lo haré. En tus manos está nuestra vida. Todo lo que decimos es nuestra responsabilidad y por ello te pedimos que sustentes cada una de nuestras vidas. NO queremos hacer algo que luego nos cueste la vida. En tu nombre reprendo todo hombre, padre, madre, etc. o familiar maltratantes. Pon tu mano en el corazón herido y permíteles entender que no son como les han dicho sino que somos como tú nos has dicho. En el nombre de Jesús. Amén. ¿Salvación y Perdición?
Jesús dijo: "Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y mucho son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan". (Mateo 7.13-14). A Jesús le hicieron la siguiente pregunta: ¿Son muchos los que se salvan? Jesús habló de la puerta angosta/estrecha. "muchos procurarán entrar y no podrán". El Señor dijo con respecto a los que se supone que conocía: "no sé de dónde sois", "apartaos de mi todos vosotros", "hacedores de maldad". "allí será el crujir de dientes", "cuando veáis allí a los profetas y vosotros estéis excluidos". (Lucas 7.22-30). Hay muchos considerando que el pecado no es una cosa seria. Que la puerta al cielo es ancha. Quisiera pensar lo mismo, pero Jesús fue claro y contundente. "El camino que lleva a la perdición es espacioso". Es ancho y no es discutible. No estemos decorando las palabras de Jesús. Hay salvación y perdición y eso no cambia. Por más que trates de buscar ideas presentes para justificar condiciones de vida no dijo que había tres caminos, tres puertas, tres entradas, sino que había uno ancho y uno estrecho. ¿Por qué queremos seguir justificando nuestro pecar? Tenemos que esforzarnos por entrar por la puerta angosta. ¡Esforzarnos! Si queremos encontrar el camino de la vida debemos entrar por esa puerta porque Jesús dice: "pocos son los que la hallan". En estos tiempos de tanta ideología, de justificaciones y excusas ¿qué camino tomaremos? Sería muy triste que a cualquiera de nosotros Jesús nos dijera "no sé de dónde sois". Tampoco que nos dijera: "hacedores de maldad" apártense de mi". Nos guste o no hay salvación y hay perdición. No hay otras alternativas. Esto lo fundamento en lo que creo y en lo que afirmo. Jesús expresa que habrá "un crujir de dientes" y que "veremos a los profetas" y lo triste sería que estuviéramos "excluidos". No tardes en reconocer el camino que te lleva a la vida. No dejes para después lo que puedes hacer hoy. ¿Por qué camino vas? ¿Está Jesús en ese camino? No se trata de miedo y terror religioso sino de una vida que afirme lo que creemos. Si la gente no llega a servirle a Dios es por nuestro mal testimonio. Eso no justifica el que no venga al templo, pero la gente mira lo que tiene de frente. Tampoco te quedes en tu casa porque la gente que va a la iglesia es mala o más pecadora. Creo que no tienen necesidad de médico los que están sano sino los que están enfermos". ¿Tenemos que vivir pensando en lo que hacen los demás o en nosotros? No dejes de buscar al Señor Jesús por lo que dicen, hacen, o viven los demás, pues al fin Dios hará tu propio juicio. Es tiempo de volvernos a Jesucristo. Oremos: Señor y Salvador, Jesús. Tus palabras siempre me confrontan, me desafían y me llaman. Estoy haciendo mi esfuerzo por entrar por la puerta estrecha y solo pido que seas mi fortaleza en este caminar. No soy perfecto, pero mi condición humana no justifica que viva haciendo de ella un mundo de pecado. Guíame a toda verdad y susténtame mientras estemos en esta tierra. Sólo quiero hacer tu voluntad. En tu nombre, amén. Romanos 6.23 "Porque la paga del pecado es muerte, mientras que la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, nuestro Señor". [1]
¿Cuáles son tus prácticas? La paga del pecado es muerte. Las prácticas que dan vergüenza están en el camino de la muerte. Si lo que haces te da vergüenza y el Espíritu Santo te redarguye estás en el camino para enderezar tus pasos o dejarlos rumbo a la muerte. ¿Qué estás haciendo? ¿Vas a seguir en aquello que no agrada a Dios? Si hoy estás de pie es por su misericordia. El regalo de Dios es vida eterna en Jesús, nuestro Señor. Todos somos pecadores, pero podemos cambiar nuestro rumbo de vida si le permitimos al Señor entrar en nuestro corazón. Deja que Jesucristo obre en tu corazón. Para ellos debes dejar que Jesús haga su voluntad sobre la tuya. Realmente es un cuento el que digas yo cambio poco a poco. Eso es una justificación para seguir viviendo en pecado. La vida que se tiene en Jesús no se cambia por el placer más extraordinario. Nada se compara a la experiencia de volver a sentirse que la vida vale la pena. No permitas que las cadenas del pecado te aten. ¿Qué es mejor, caminar a la vida eterna o morir en pecado? ¿Aceptas al Señor? ¿Te reconcilias con él? Presenta tu debilidad en su presencia en este momento. Un minuto de oración puede cambiar tu vida para siempre. Levántate, no temas, camina, enfrenta, triunfa, ten fe, porque la dádiva de Dios es vida eterna. Acércate a Dios. Dios siempre responde a la honestidad de nuestro corazón. Oremos: Dios de la vida. Dios de amor y misericordia. Gracias por tu perdón. Tu amor y tu bondad son la razón por la que me levanto. Mi pecado, mis malos pensamientos, mis angustias, mis crisis, mi dolencia, mis debilidades, todo traigo a ti. Yo me entrego, solo a Cristo con el fin de serte fiel. Aquí estoy Señor. En tu amor y tu perdón habita la vida y eso no lo dejaré por nada de este mundo. En el nombre de Jesús, amén. Si entregaste tu corazón al Señor, si te reconciliaste con el Señor y hoy quieres servirle cuenta conmigo. Déjanos saber (envía un texto al (787) 640-0053) y oraremos por ti. DTB. [1] International Bible Society. (1979). Nueva Versión Internacional (Ro 6.23). East Brunswick, NJ: Sociedad Bı́blica Internacional. «Es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o pensamos» (Ef. 3:20).[1]
Mifiboset se consideraba a sí mismo un perro muerto e indigno de ser llamado por nadie. Era un príncipe que sentía que era un animal. Eso puede pasarnos a todos. En momentos nos sentimos que no somos dignos de nada, que no merecemos que se nos trate como se nos trata. ¿Cómo te quiere tratar Dios? Dios tiene pensamientos de bien y no de mal, dice el profeta. Dios hace todo mucho más abundantemente. Vean esto: “Y le dijo David: No tengas temor, porque yo a la verdad haré contigo misericordia por amor de Jonatán tu padre, y te devolveré todas las tierras de Saúl tu padre, tu comerás siempre a mi mesa” (9:7). Esa es la palabra para Mefiboset en voz del Rey. El temor a la muerte es disipado por "no tengas temor". Es el mensaje de confianza y seguridad, pero sobre todo de vida. El temor distorsiona nuestra nuestros pensamientos y nuestras palabras impidiendo que veamos la mano de Dios para darnos la victoria. Quien te insulta y te hace sentir menos que un ser humano solo revela que no está en su juicio cabal. NO dejes que el temor destruya tu capacidad para alcanzar tus sueños y llegar a la victoria. Cierto, que políticamente Mifi-boset no merecía nada, igual que nosotros por nuestro pecado, pero la realidad es que quien hace misericordia es David, el Rey. La misericordia es una expresión del amor quien la impulsa a perdonar, amar, restaurar etc. En Jesús fuiste perdonado, en Jesús hay restauración, en Jesús no eres un animal, eres un ser creado a su imagen. Nadie puede decirte otra cosa. David le dijo a Mifi-boset "y te devolveré". Dios te quiere devolver la dignidad que te ha quitado quien no tiene dignidad. David sabía que Mifi lo había perdido todo. En ocasiones lo hemos perdido todo y pensamos que ya no se puede hacer nada, pero realmente la misericordia de Dios es mucho más abundantemente de lo que tú piensas. Dios quiere que comas a la mesa del rey. ¿Qué honor? Quien cree que está olvidado, como Mefi, en las manos de Jesús, jamás será olvidado. Oremos: Dios, tu misericordia y bondad siempre es más grande de lo que yo puedo pensar. Gracias porque sin merecer nada me diste honor. Quien se sienta que lo ha perdido todo y que no hay esperanza hazle saber que en tí volvernos a sentarnos a la mesa. Tu amor y misericordia, fueron el fundamento que te llevó a la cruz para que yo pudiera sentarme contigo en la patria celestial. En tu nombre, Jesús, amén. [1] Vila, S. (2001). 1000 bosquejos para predicadores (p. 731). Viladecavalls (Barcelona) España: Editorial CLIE. |
AutorPastor José Báez Báez Categorías
All
Archivos
September 2017
|