"un ca-fe
con dios"
Rvdo. José L. Báez báez
¡Aparta de mí esta copa! Pero no lo que yo quiero, sino lo que tú quieres. Marcos 14:36
Siempre que hablamos de apartar, en la jerga cristiana hablamos de santidad. Apartar, separar implica aislamiento. Eso ocurre cuando nos vamos a buscar esa presencia de Dios. Nos apartamos para que nada nos distraiga. También nos apartamos cuando estamos tristes. Es ese momento en el que no queremos que nadie nos moleste porque la tristeza nos ha embargado el alma y estamos triste y doloridos. Este aspecto de tristeza es del que estoy hablando. Jesús estaba triste y dolido. Sin embargo, debo aclarar que es por haber hecho lo correcto que tenía tristeza. Son esos momentos en que no queremos hacerlo pero hay que hacerlo. Ese momento lo vi con mis propios ojos: Viviendo en Comerío tuve la experiencia de ver un momento triste pero necesario. Fue el momento en que vi un padre entregar a su hijo a la policía. El rostro de aquel padre sacudía el corazón de cualquiera. Era por el bien de su hijo. Este hombre no quería a su hijo víctima de las drogas y muerto en las calles sino vivo. El amor de un padre va por encima de lo que vemos a simple vista. Hoy aquel momento duro y triste tuvo como consecuencias un hijo que hoy tiene una familia y anuncia la justicia del Reino de Dios. Esa historia que viví tiene el mismo proceso del de Jesús. El padre tuvo que vivir y ver un momento triste pero necesario. Sufrir por hacer lo correcto tiene sus recompensas. Jesús se aisló en el huerto de Getsemaní y el pensar en la cruz lo estremeció. Sus palabras habían sido realizar la voluntad del Padre. En ocasiones le decimos al Señor que haremos su voluntad y cuando ello choca con algo que normalmente hacíamos y no podemos volver a hacer nos encontraos en esta misma posición de Jesús. Cuando nos encontremos en momentos en los que nos confronta la voluntad de Dios y la nuestra vayamos al huerto de oración y allí descubriremos el secreto de lo correcto. Hay una gran distancia en hacer lo correcto vs querer hacerlo. El que quiere hacerlo batalla con su voluntad pero quien lo hace ha recordado su compromiso con Dios y eso lo lleva al huerto de la oración. Getsemaní significa, en griego, "lagar de aceite". Eso es una máquina para exprimir las aceitunas y sacarle el aceite. Allí fue que llegó Jesús, ¿ahora entiende? Es el momento en que Jesús está siendo exprimido por la voluntad del Padre. ¿Te exprime la voluntad de Dios? ¿Estás dispuesto a hacerla? No olvide, puede causar tristezas, pero trae sus recompensas. Hacer la voluntad de Dios nos permite caminar en la experiencia de la obediencia. Cuando nos enfrascamos en la obediencia y la misma provoca tristeza no olvidemos que es necesario porque estás en la prensa de aceite. En ocasiones se trata de hacer la voluntad de Dios o la de nuestros amigos, familiares, etc. Vencer toda presión por la voluntad de Dios es ir rumbo a la prensa de aceite. Ese es nuestro Getsemaní. Puedes repetir, "pasa de mi esta copa y que ..." Te toca terminar la oración delante del Señor. Oremos: Dios de todo cuanto existe. Estamos delante de ti y con la copa en las manos. Ayúdanos a discernir tu voluntad. Nuestro Getsemaní jamás se compara con el tuyo. En ti es posible llegar al huerto y orar. Permite que nuestra voluntad sea crucificada por la obediencia a tu Palabra y llamado. En tus manos estamos cada día. Hoy estoy en la prensa de aceite y mi oración es que sea como tú quieres. En tu nombre, amén.
0 Comments
Leave a Reply. |
AutorPastor José Báez Báez Categorías
All
Archivos
September 2017
|