"un ca-fe
con dios"
Rvdo. José L. Báez báez
"Entonces uno de los doce, que se llamaba Judas Iscariote, fue a los principales sacerdotes, y les dijo: ¿Qué me queréis dar, y yo os lo entregaré? Y ellos le asignaron treinta piezas de plata. Y desde entonces buscaba oportunidad para entregarle". (Mateo 26.14-16).
Judas Iscariote, el traidor, era uno de los doce. ¿No le parece curioso? ¿Se imagina que también seamos contado entre los cristianos y también tengamos ese mismo espíritu de Judas? ¿No se defienda, al menos por ahora. Ninguna iglesia es perfecta, ninguna sociedad y mucho menos algún sistema. En medio de toda una civilización hay alguien que cobra el nombre de diablo. Por favor, no me trivialice el comentario. Lo que quiero decir es que siempre habrá alguien que será capaz de hacerse diablo. Digo esto de quien traiciona. Jesús los escogió y entre ellos había un diablo. No diablo desde lo que usted piensa como figura mítica, sino con acciones en sí mismo. Lo que somos por dentro definirá nuestras acciones. Aún la amistad se ve empañada cuando por dentro se lleva o se tiene o se es diablo. Hoy hay quienes son capaz de negociar lo que creen por cualquier idea contemporánea y efímera. Muchos líderes religiosos hablan de mil teorías y de mil ideas y de yo no sé cuántas posturas teológica ... y han cuestionado la integridad del mismo Jesús como hijo de Dios, como Dios, etc. ¿No les parece demasiado con mucho? ¿No les parece traicionar lo que creemos y a quién le creemos? ¿En qué lugar queda que Jesús es nuestra verdad? ¿Qué es lo que le queremos enseñar a la gente que todo es bueno y no hay pecado? NO confundamos la libertad con libertinaje. Entonces hoy hacemos la misma pregunta: "¿Qué me queréis dar, y yo os lo entregaré?". ¿Entregaremos lo que creemos? Me es muy curiosos que muchos utilicen el altar desde donde se alimentan y los espacios en los que dan conferencias para desprestigiar la iglesia. ¿NO es hacer lo mismo que Judas? Quiero aclarar que todos hemos hecho algo en lo que hemos traicionado a Jesús. "El que esté libre de pecado que arroje la primera piedra". Estamos actuando de la misma manera que Judas. Le hemos puesto, en este tiempo, precio a lo invaluable. Nuestras propias acciones son las que entregan sin que los demás nos lo exijan. Ellos no fueron donde Judas a ofrecerle sino Judas a ellos. Judas entregó a Jesús a oscuras, como decía mi abuelo. Es preciso ver la manera explícita en que se desprestigia la iglesia o la comunidad cristiana. Si crees diferente a las posturas de tu iglesia pues no hay problema pero no le hagas daño entregándola cual Judas. ¿De qué sirve? Pasarle factura a la Iglesia por los actos históricos que ha realizado la iglesia es un acto inconsciente. Claro que no olvidamos los eventos pasados, pero darle lugar hoy para arruinar la fe de hermanos y hermanas, para lastimar el liderato de la iglesia, para asumir posturas contrarias sin fin alguno y con planes estériles no vale la pena. La traición nos convierte en Judas. Quien se deja conducir por el diablo no encontrará dificultad para que le dirija. Ya me he dado cuenta que hay quienes están a favor de los político y no de sus principios. NO podemos olvidar que los poderes políticos podían matarle pero sólo quienes lo seguían podían traicionarle. Judas no tenía testimonio contra Jesús por eso no pudo ser testigo para los religiosos, pero sí podía entregarle porque era inocente. La traición no fue por necesidad sino por amor al dinero. No fue para comprar ropa, ni casa, ni comodidades, ni lujos, etc. sino para saciar su ambición sobre el dinero. Lo que le ofrecieran estaba bien. Las treinta piezas de plata solo eran la compra de un esclavo pero jamás la del hijo de Dios. Fue el valor para aquel hombre inocente. Lo compraron por el valor de un esclavo y lo entregaron con un beso. Desde el momento del negocio la preocupación de Judas era el dinero y no el Señor. Eso son los síntomas de una traición inaudita. Era una traición que se sostenía en las malas interpretaciones de quienes se conducen por el diablo. Judas creía que el reino de Jesús sería terrenal y cuando se da cuenta que no puede sacar provecho para ello, entonces arremete en la oportunidad para sacar dinero. Ciertamente la codicia es uno de los pecados mencionado en el decálogo. ¿Cuánto vale lo que creemos y en cuánto lo vamos a dar? Que ese espíritu de Judas no se apodere de nuestros líderes hoy. Los valores del Reino de Dios no tienen precio. NO traicionemos a quien le creemos y seamos honestos con nosotros mismos. Ser diferente no implica ser Judas. Ser diferente no es traicionar. La diversidad de pensamiento está ejemplificada en la selección de discípulos de Jesús. Jesús tiene claro que pensamos diferente y también tiene claro quién es quién le traiciona, incluso antes de mojar el pan con él en la mesa. Oremos: Dios y padre de toda vida. Perdóname por las veces que he fallado a tu lealtad. No quiero que mi vida se torne en una de codicias y ambiciones. Quiero amarte y seguirte con sinceridad. Por favor Señor, Jesús, quita de mi cualquier espíritu de traición y permíteme siempre andar en tu verdad. En tu nombre he orado, amén.
0 Comments
Leave a Reply. |
AutorPastor José Báez Báez Categorías
All
Archivos
September 2017
|