¿En quién están los tiempos?

Salmo 31.14-15 "Mas yo en ti confío... digo, Tú eres mi Dios, en tu mano están mis tiempos..."

Hace un tiempo compartía con alguien sobre la muerte de uno de sus familiares. En ese diálogo hablamos de la brevedad de la vida. Ella me decía que había que tener a Dios y yo le dije: "Quien no tiene a Jesús, que es el camino, no puede decir "que me lleve quien me trajo", porque si no tienes a Cristo "te lleva quien no te trajo". Nuestro caminar está lleno de situaciones desesperantes, de crisis constantes, de angustias emocionales pero ese no es el fin. Si tenemos al Dios de la vida podemos sostenernos confiados/as. El Salmista expresó su confianza y todo lo que tuviera que ver con su futuro al decir: "en tus mano están mis tiempos". Nuestra fe no es en el vacío, sino que se remite a la confianza que tenemos en nuestro Dios, por lo tanto  no hay lugar para la "suerte". Podemos tener el peor escenario ante nuestros ojos pero el enemigo no está al dominio de todo sino Dios. ¿Qué es lo que pasa con el creer? Lo que acontecerá está en las manos del Dios de la vida. Todo lo que tiene que ver conmigo está en las manos de Dios. "Mis tiempos" mi salud, mi vida, mi matrimonio, mi familia, mis dolencias, mis malhumores, mis altibajos, mis tiempos están en las manos de aquel en el que no hay "sombra de variación". Los tiempos cambian pero Dios es "el que era, el que es y el que vendrá". Todo lo que puedo decir es que no importa cuáles sean los tiempos y cómo sean las circunstancias Dios está por encima de ello. Quien coloca los tiempos en la mano de Dios sabe que sus días se sostienen de esas manos (voluntad) y no desde nuestras propias fuerzas (voluntad).

Oremos: Dios, en ti confío. Mi confianza no está en los tiempos sino en el Dios de los tiempos que eres tú Señor. Tú que eres el único capaz de decir al viento que se calme. Mis tiempos no son míos sino tuyos que los cambias cuando quieres y haces cumplir tu voluntad. No importa la dinámica de los tiempos al final nos darás la victoria. En el nombre de Jesús, amén.