"un ca-fe
con dios"
Rvdo. José L. Báez báez
Mateo 9.23 "Jesús le dijo: "Si puedes creer, al que cree todo le es posible". [1]
Jesús no tiene problema con hacer las cosas, mas bien, nosotros tenemos problemas para creer. El llamado es creer y la respuesta es la posibilidad. No es creer algo sino a quién le creemos. ¿Crees en lo que Dios puede hacer? YO le creo a Jesús. Oremos: Dios y Señor de todo ser humano. Sé que no hay nada imposible para ti. Creo que todo es posible y afirmo que la imposibilidad no cabe en mi abecedario. En fe camino y no por vista porque creo. En el nombre de Jesús, amén. [1] Reina Valera Revisada (1995) Bible Text. (1998). (Mr 9.23–24). Miami: Sociedades Biblicas Unidas.
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No tenía Internet ... Disculpen, pero aquí está.. ¡Dios les hable!
Leer 1 Reyes 17.8-16 Elías se encontraba en medio de una crisis. La sequía había provocado que hasta el arroyo del que tomaba el profeta se secara. El profeta es enviado por la palabra de Dios a Sarepta. Lugar no perteneciente a Israel y ante una mujer no hebrea. Esta aclaración es importante para destacar la manera en que Dios obra sobre nuestras vidas. Ella, la viuda, necesitaba conocer la dependencia de Dios y el profeta a confiar en Dios. Ella por un lado, tenía agua y había sequía. Elías no tenía de dónde tomar porque el arroyo se había secado. Es necesario ver la forma en que Dios se revela a nuestra necesidad. Este tiempo es de escases y quizás muchos se rindan ante la realidad que vivimos. Sin embargo, lo que acontece con el profeta Elías es una forma de ver la manera en que somos sostenido de manera misericordiosa y real. La situación en la que se encontraba la mujer viuda no era la mejor. Ya escaseaba la harina y el aceite, pero ella siguió trabajando. Eso es lo que quiero recalcar, "ella siguió trabajando y recogiendo leña". Si vemos algo sigamos y si no vemos nada sigamos. NO es detenernos ante lo que se acaba es seguir porque cuando se acabe algo acontecerá en la vida nuestra. Los que tratamos con Dios vivimos por fe que no se le olvide. Oremos: Dios de todo cuanto existe, en Puerto Rico, escasean las horas de trabajo, el salario, los empleos y muchos quisieran dejar de hacer lo que hacen. Te suplico que inclines tu oído y suplas nuestras necesidades conforme a tus riquezas en gloria. NO hablo de las riquezas materiales sino de aquellas que cubren nuestra necesidad. Así como hiciste al profeta que lo sostuviste en todo tiempo. Si hay alguna casa que estén a punto de poseerla porque no pueden pagar, si están a punto de entregar el vehículo porque no pueden pagar, si no pueden pagar la renta, si son hostigados en sus trabajos, si se ha levantado el mismo infierno para destruir a alguien... delante de ti estamos porque como a la viuda, hoy, necesitamos que no mengue el aceite y no se acabe la harina... Señor que quien siga trabajando aunque vea al final el "tiempo del despido", compénsale, que quien siga trabajando y le hayan reducido las horas, prémiale, quien haga como la viuda, Señor, que deposite en tí su confianza sea bendecido por tu mano. Dios necesitamos que acudas a nuestra crisis porque quienes vivimos para ti sabemos que cualquier cosa es posible, aún cuando todo parezca contrario. En el nombre de Jesús, amén. ¿Alguna vez has mirado hacia atrás? En las carreras no es bueno mirar atrás porque ello retrasa tus pasos. ¿Vas a permitir que tu pasado controle tu mañana? ¿Vas a seguir viviendo en el pasado? Como maestro de historia siempre he dicho: "la historia no es para vivirla sino para contarla". Algunos viven en ella y esa es la razón por la que no pueden enfrentar sus deseos de soñar, de ver otras alternativas, de alcanzar sus metas. Incluso, algunos, no pueden recuperarse de una pérdida porque sus miradas siguen en lo que "pudieron hacer y no hicieron". La Escritura dice: " Nunca preguntes por qué todo tiempo pasado fue mejor. No es de sabios hacer tales preguntas". (Eclesiastés 7.10). ¿No te parece que es tiempo de tomar decisiones serias que repercutan para el bienestar de tu vida? No olvides la palabra de Jesús sobre el grano. "si el grano no cae a tierra y muere no puede llevar fruto". Es difícil alcanzar nuestros sueños sin pasar por momentos de dificultad. Tu pasado no te puede paralizar sino que debe impulsarte a no repetirlo. Quien no se atreve a vivir carece de fe. ¿Cuáles son tus prioridades? Me atrevo a decirte que cuando Jesús pasó por el lado de Bartimeo, este no miró su pasado sino su esperanza en Jesús; que la mujer del flujo de sangre no se enfocó en lo que había gastado sino en lo que Jesús podía hacer en ella; que Pedro había pescado toda la noche sin éxito pero en la palabra de Jesús volvió a lanzarla ... Es posible que hayas vivido demasiado en tu pasado, pero hoy puedes dejar atrás lo que no puedes ver porque de lo contrario puedes convertirte en estatua de sal. Si vuelves tu mirada se paralizarán muchos sueños, prosigue al blanco y no temas porque Jesús va al frente.
Oremos: Dios y padre de mi vida. Ciertamente la tentación de mirar atrás nos llega a todos. Mi fe es que en ti las cosas son hechas nuevas y las viejas pasan. Ayúdame a vivir en la esperanza de un nuevo mañana. Tú eres mi razón de caminar y confío en tu sustento. En el nombre de Jesús, amén. Leer Salmo 37.1-5
En ocasiones se nos hace difícil comprender, malhechores, prosperan y tienen "éxito". ¿Sabes lo que dice la Escritura? "No te impacientes" ... "ni tengas envidia". Parece que ellos triunfan y Dios no hace nada a favor nuestro. La envidia puede ser tal que muchos quieran volver a lo que eran con tal de disfrutar de ello. Vamos otra vez a repetir lo que dice "no te impacientes", "ni tengas miedo". Incluso, me atrevo proponer que no te alegres por su ruina (v.2). Tus ojos no deben estar en la gente sino en Dios. Los que crecen como la hierba ya sabemos que se marchitan. Todo es efímero. Se nos exhorta a vivir confiados en Dios. Quien vive en Dios es protegido de la impaciencia. Confiar en el Señor "es esperar, es reposar tranquilo" en la promesa del Señor. Dios "hará, actuará'' a favor tuyo. Cuando dice que encomiendes está destacando lo que no puedes hacer con tus fuerzas. Encomienda a Dios tu situación. Dios siempre hará lo que tú no puedes hacer. Ten paz ante toda adversidad porque tu compromiso es con Dios. Dios concederá las peticiones de tu corazón. La esencia del buen vivir no es tener sino confiar en Dios. No podemos hallar deleite en Dios si queremos vivir como nos plazca. Dios no mira la simpleza de las posesiones terrenales sino de las cosas profundas, de las que habitan en el corazón, de las que nadie puede comprar, ni nadie puede darte sino él. Cuando decimos encomienda a Dios, estamos diciendo "haz rodar hasta Dios tu camino". Coloca todo en las manos de Dios. Eso implica que lo que hayas puesto en las manos de Dios no necesariamente tiene un resultado para tu gusto pero sí para tu bien. Dios se enfocará en tu vida y te sacará de los apuros, de las crisis, de las situaciones, llámense como se llamen, pero conforme a su voluntad. Oremos: Dios y Señor de mi vida. Confiar en ti y mantenerme fiel es el horizonte por el cual mi caminar da sus pasos. En ocasiones me he cansado, pero tu mano me ha socorrido. En otras no he visto lo que quiero ver, pero siempre me doy cuenta que tu plan es mejor que el mío. Que no importa el tiempo que pase, si mi deleite eres tú, actúas para satisfacer el corazón con la paz y la certeza de tu presencia. Que nada me irrite y me impaciente en el diario vivir. Mi causa está en tus manos y la encomiendo conforme a tu tiempo. En ti espero Señor, en tu nombre, amén. La lengua y sus efectos
Una de las cosas más difícil de controlar es la lengua. La lengua tiene sus efectos. Veamos lo que relata Santiago: 3 Cuando ponemos freno en la boca de los caballos para que nos obedezcan, podemos controlar todo el animal. 4 Fíjense también en los barcos. A pesar de ser tan grandes y de ser impulsados por fuertes vientos, se gobiernan por un pequeño timón a voluntad del piloto. 5 Así también la lengua es un miembro muy pequeño del cuerpo, pero hace alarde de grandes hazañas. ¡Imagínense qué gran bosque se incendia con tan pequeña chispa! 6 También la lengua es un fuego, un mundo de maldad. Siendo uno de nuestros órganos, contamina todo el cuerpo y, encendida por el infierno, prende a su vez fuego a todo el curso de la vida. Santiago 3.3-6 [1] Estamos ante una metáfora del fuego en relación con la lengua. Desde los antiguos se dice: "en los labios hay como un fuego abrasador", Prov. 16.27. "La muerte y la vida están en el poder de la lengua, y los que gustan de usarla comerán de su fruto", Prov. 18.21. Por lo tanto, dependiendo de cómo utilices la lengua o das vida o muerte. Dice Santiago, que la lengua es "un mundo de maldad" y lo plantea de dos maneras: 1. Contamina o mancha todo el cuerpo - es decir que puede salpicar o infamar. Mancha la persona y toda su personalidad. Mancha lo que somos. Para Santiago es de donde se origina toda la personalidad. Es como si dijera que lo que decimos es lo que somos. Se acuerdan de Jesús al decir: "no contamina lo que entra sino lo que sale". Contaminación total de la persona. 2. La lengua, además, prende fuego al curso de nuestra vida. Si es un fuego "flogizo" quema y hace arder, encender. Tiene un dominio destructor. Sin embargo si ese mismo dominio se utiliza para bien se torna en creativa. El rumbo de la vida es dirigido por la lengua. ¿Cuántos hoy son lo que son por lo que le dijeron? Tal vez te dijeron que eras un loco y eso hiciste vivir como loco, o que eras incapaz de alcanzar tus sueños y eso ocurrió, que vives por ahí porque piensas que es así. Realiza tus sueños no por lo que te diga la gente sino por lo que te diga Dios. Si lo que diga la gente no edifica solo deja que siga su curso pero no lo lleves a tu corazón porque sino marcará el rumbo de tu vida. Oremos: Dios y Padre. Gracias por un nuevo día. Estamos ante tu presencia y meditando en tu Palabra. Tú siempre tienes palabra de esperanza para nuestras vidas. Hablas bien y no mal. Diriges el curso de nuestra vida con fines victoriosos. Que ninguna voz destructiva tenga más valor para mí que la voz del Dios que me ha dicho que puedo vencer, que puedo levantarme, que puedo triunfar, que puedo vivir y sobre todo que puedo ser más de lo que soy. En tu nombre, Señor, Jesús, amén. [1] International Bible Society. (1979). Nueva Versión Internacional (Stg 3.3–12). East Brunswick, NJ: Sociedad Bı́blica Internacional. Entonces Asa clamó al Señor su Dios: «¡Oh Señor, nadie sino tú puede ayudar al débil contra el poderoso! Ayúdanos, oh Señor nuestro Dios, porque sólo en ti confiamos. Es en tu nombre que hemos salido contra esta inmensa multitud. ¡Oh Señor, tú eres nuestro Dios; no dejes que simples hombres prevalezcan contra ti!». 2 Crónicas 14.11
Clamar es pedir con vehemencia o desesperación. Es un grito de auxilio. Así lo hizo Asa. En primer lugar reconocemos que Dios es quien puede ayudar al débil. Es probable que la batalla que estemos enfrentando nos haya debilitado. La debilidad puede traducirse como cansancio pero no como derrota. Si acudimos a Dios el salmista dice: "Dios tú me ayudas"; "Señor escudríñame", Pedro clamó "Señor Sálvame". ¿Cuál es tu clamor? El Señor le dijo al profeta "clama a mí y yo te responderé". Asa había comprendido que su vida estaba mejor en las manos de Dios. Es por ello que hacía lo recto delante de Dios y procuraba presentarse a Dios aprobado. Para eso quitó toda idolatría de delante de Dios. ¿Qué tienes todavía que quitar de delante de Dios? ¿Sabes que había en aquellos tiempo un descuido en el altar? Todo era realizado en el templo, pero había descuido en el altar. El descuido era porque había muchos dioses y muchos altares. Lo voy a decir otra vez "había muchos dioses y muchos altares". Tuvo que quitar esos altares y esos dioses para volver el rostro de los sacerdotes y el pueblo al Dios de su padres. Dios no obra por medio de instrumentos sino por sus fuerzas. Asa ha entendido esto y grita "Ayúdanos, oh Señor nuestro Dios, porque sólo en ti confiamos". El sabe que Dios es su Dios y no otro. Creo que debemos meditar en las simplezas pero profundas palabras que acabamos de decir. ¿Quién es nuestro Dios? Asa no se fortalece en su ejército sino en su Dios porque Dios es su confianza. Asa depende de Dios ¿y tú? No olvide que el enemigo está invadiendo a Asa y en lugar de salir gritando a cualquier lugar se acerca a Dios gritando que solo él puede ayudarlo porque no tiene otro Dios en quién confiar. Asa salió en el nombre de su Señor y señala que quienes vienen contra él son solo simples mortales. Cuanto lo sentimos por quienes se levantan contra nosotros, pues las batallas del cristiano no son nuestras sino de Dios. Cualquiera que se enfrente a nosotros peleará con Dios y perderá. No prevalecerá quien contra los hijos/hijas de Dios se levanten. Si quieres que Dios sea quien pelee tus batallas entonces quita cualquier cosa que haya cobrado sentido de dios y de altar en tu vida. Pon tu confianza en el Dios tuyo. El Dios tuyo a quien tú continuamente sirves nadie le ha vencido jamás. Acudir a Dios desde nuestro clamor es reconocerle como nuestro Dios y Señor. Dios vencerá en nuestras batallas y ningún mortal por fuerte que se sienta es capaz de soportal la mano de Dios. Oremos: Dios de toda fuerza y poder. Perdona las veces que hemos creado altares y dioses donde solo debes ir tú. Perdona las veces que nuestras oraciones solo han revelado nuestra debilidad pero jamás el Dios que nos defiende. Dios perdona los momentos en que desconfiamos en que puedes hacer las cosas. Aquí estamos porque tú, Señor, Jesús, eres nuestro Dios y fuera de ti no hay quien salve. Eres mi Dios y delante de tu presencia presento mi causa porque en ti confío. Para ti no hay nada imposible. Acude a nuestra necesidad porque ningún mortal podrá hacerte frente y solo tú puedes ayudarnos a vencer. En el nombre de Jesús, amén. Lázaro significa "Dios ha socorrido". Es de entenderse su significado desde su propia experiencia. Es quien tuvo el honor de ser resucitado, después, de la desesperanza última, que es la muerte. Jesús es avisado por las hermanas de éste sobre la enfermedad, pero Jesús no reaccionó inmediatamente. Lázaro cayó enfermo, murió y fue sepultado, mientras Jesús estaba ausente. Yacía hacía cuatro días cuando Jesús llegó. La tristeza de Marta y María revelaban su angustia al ver a Jesús con expresiones de desesperanza. Nos parece muy familiar el cuadro cuando pasamos por las mismas crisis.
No desde la muerte en toda su expresión sino desde otras cosas en nuestra vida que enferman, mueren y las sepultamos. Quizás, y muy probable, porque la esperanza se haya perdido o porque no comprendemos el obrar de Dios. El escenario en el que te encuentras, como las hermanas de Lázaro, puede ser el mismo. ¿Qué se ha enfermado en ti? ¿Qué se ha enfermado en tu familia? ¿Qué se ha muerto? ¿El amor, la amistad, la hermandad, el compartir, el afecto? El tiempo ha pasado y Jesús no llega donde Marta y María. Jesús se acerca y Marta le increpa. No dudes nunca de la Palabra de Jesús porque en ella siempre hay vida. Cuando Jesús se acerca la muerte salta a la vida. Jesús es nuestra esperanza de vida. Lo enfermo, lo sepultado, lo muerto, incluso, puede vivir. ¿Crees esto? Entonces, si lo crees puedes declarar la palabra "Lázaro" que significa "Dios ha socorrido" en la esperanza que tus simples ojos no pueden ver. No que socorrerá sino que ya lo ha hecho. Oremos: Dios y Padre de toda vida. Dios que asistes nuestra necesidad aunque nosotros pensemos que no. A ti acudo cual nombre de Lázaro porque sé que tú eres mi socorro. Dios, mis tiempos no los interpreto como tú y solo te suplico que me ayudes a vivirlos en esperanza. Tu mano me sustente para que no me desespere yo, aunque las cosas hayan perdido la esperanza, pues tú acudes y todo salta a la vida. En el nombre de Jesús, amén. "Pero cuando en su tribulación se volvieron al Señor, Dios de Israel, y lo buscaron, él les permitió que lo hallaran", (2da Crónicas 15.4). [1]
La tribulación proviene del griego (thlipsis) "apretura", opresión", "aflicción" y "angustia". [2] La tribulación es ese espacio de pruebas en las que nuestra vida está apretada, oprimida etc. ¿Quién no ha tenido aflicciones o tribulaciones? Son esas dificultades, de persecución, de luchas, etc., una realidad en nuestras vidas. Las tribulaciones no son la razón para vivir cabizbajos, para retraernos en la casa, ni para pelear con los que amamos. Las tribulaciones contribuyen a nuestro carácter. Realmente no hay experiencias negativas, sino experiencias y todas se suman y forjan nuestro carácter. La manera de enfrentar las tribulaciones será definida por la manera en que aprendes de ellas. Hay una promesa para ti en "este mundo tendremos aflicciones, más confiad yo he vencido al mundo" Jesús. Estas tribulaciones son momentáneas y en el creyente producen la capacidad de vivir desde la misma fe. No enfrentarlas es no confiar en el Dios que sostiene la vida. Tenemos vida aunque las tribulaciones parezcan el final de nuestra vida. NO te des por vencido/a porque saldrás llena/o de aprendizaje y fortalecido/a en Dios. «Entonces clamaron a Jehová en su angustia, y los libró de sus aflicciones» (Sal. 107:6).[3] Siempre hay esperanza en nuestras aflicciones. Oremos: Dios de toda vida. Cada momento de aflicción sea en nuestras vidas la capacidad para caminar a la victoria. Yo sé que tú, Jesús has vencido por favor ayúdame a vencer. Tú eres la razón por la que estoy de pie. No dejaré de confiar en ti aunque mis aflicciones nublen mis días porque tú eres el sol que disipa toda nube. Tu presencia es mi victoria. En el nombre de Jesús, amén. [1] International Bible Society. (1979). Nueva Versión Internacional (2 Cr 15.4). East Brunswick, NJ: Sociedad Bı́blica Internacional. [2] Ventura, S. V. (1985). En Nuevo diccionario biblico ilustrado (p. 1168). TERRASSA (Barcelona): Editorial CLIE. [3] Vila, S. (2001). 1000 bosquejos para predicadores (p. 736). Viladecavalls (Barcelona) España: Editorial CLIE. ¡Dios es mi salvación! Confiaré en él y no temeré. El Señor es mi fuerza,
el Señor es mi canción; ¡él es mi salvación!» (Isaías 12.2). [1] Dios es Salvación nuestra. No tengo duda de las implicaciones, que hoy, tiene la palabra "liberación". Este aspecto, a mi entender, ha sido trivializado. Yo quiero decirle que para nosotros, los cristianos, la liberación es mucho más profundo de lo que señalan algunos. La liberación está vinculada a la salvación. Esa liberación es profunda, es del pecado, de la angustia, de la crisis, de enfermedades, etc. Cristo es nuestro Salvador. Confiar y no temer es el resultado de afirmar que Dios es mi salvación. Por lo cual es restaurada mi fuerza. Dios restaura tu fuerza porque su salvación irrumpe en tu debilidad y en tus temores para que confíes en el Dios de tu Salvación. Oremos: Dios que libera y provoca en dicha liberación la salvación. Confiar y no temer es la seguridad de que tú eres mi Dios. Hoy quiero afirmar mi vida en ti y decirte que tú eres mi salvación y no temeré. En el nombre de Jesús, amén: Eres mi canción y por eso te canto: // Fortaleza mía, a ti cantaré Porque eres oh Dios mi refugio El Dios de misericordia // Yo cantaré de tu poder, y alabaré de mañana Tu misericordia, tu misericordia Porque has sido mi amparo Y refugio en el día de angustia Yo cantaré Señor, de tu poder. [1] International Bible Society. (1979). Nueva Versión Internacional (Is 12.2–3). East Brunswick, NJ: Sociedad Bı́blica Internacional. |
AutorPastor José Báez Báez Categorías
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September 2017
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