"un ca-fe
con dios"
Rvdo. José L. Báez báez
Pedro sale del grupo y no sabe qué hacer. Se leja poco a poco y se rezaga a sí mismo. La cabeza de Pedro solo tiene un pensamiento “no cantará el gallo hasta que me niegues tres veces”. Sigue convencido de que eso no es así. El traidor es otro y Juan sabe quién es pero no se lo dijo. Jesús es su amigo y no pretende negarlo jamás. Es tan amigo que está listo para dar su vida por la de él. Se siente que es piedra porque así le ha llamado su Señor. Siente que nada de lo que dijo Jesús le ocurrirá a él. Pedro está convencido que Jesús se equivoca porque ya sabe quién es y le ha llamado el Mesías de Dios. Ciertamente, Simón es Pedro, pero de lo que no está consciente es del mal de piedra. El mal de piedra es causado por la humedad y la contaminación. Es por ello que la piedra se desmorona. Pedro no lo sabe pero le ha tocado el mal de piedra y cuando llegue la hora habrá negado a su amigo. ¿Negar un amigo? Jesús sabe que llegará la prueba y para ello debemos ser de piedra. Advierte: “Velad y orad para no sucumbir a la prueba”, Mt 26.41. Velar y orar están sólidamente unidos. En la oración vigilamos y es la actitud que debe tener la oración. Nuestra oración debe ser una de vigilancia en la que no “caigamos en la tentación”, Mc 13.18. Solo con la ayuda de Dios se puede salir airoso de la tentación que viene del Enemigo. No somos piedra pero la oración provocará que ningún disturbio destruya nuestra fe. La noche, tiempo de oscuridad, y pierde luz fue el tiempo en que Pedro salió. Jesús le pide que velen para que no sucumban y se dejen envolver por el peso de las tinieblas, pero ellos solo han dormido. ¿Te estás durmiendo cuando te corresponde orar? Cuando la noche se hace más oscura la luz se convierte en recuerdo y es tiempo de prueba. Comienza la duda, el miedo, el desconcierto, la soledad. Es un tiempo en el que es fácil perder el camino. También es tiempo de tentación. Aquella noche Pedro ni veló ni oró. El cansancio puso de manifiesto su fidelidad a Dios. Pedro creía que no cantaría el gallo pero cantó. ¿Seremos distintos a Pedro? Oremos: Dios y Padre nuestro. Hoy puedo llamarme Pedro, pues reconozco las veces en que te he fallado. No soy como una piedra pero te suplico que mientras puedas no me dejes caer en tentación. Es tiempo duro y de mucha debilidad pero si tú estás conmigo podré vencer toda prueba. En tu nombre, amén.
1 Comment
Amén
12/4/2017 05:05:19 pm
Palabra llegada a tiempo. Orando mucho para que no me de el mal de piedra, otra vez.
Reply
Leave a Reply. |
AutorPastor José Báez Báez Categorías
All
Archivos
September 2017
|