"un ca-fe
con dios"
Rvdo. José L. Báez báez
Nuestra queja, como cristianos/as, ante la degradación de la Navidad a meras fiestas son numerosas. "Los símbolos cristianos, como el tradicional "nacimiento", están siendo sustituidos por símbolos de otras procedencia, con frecuencia de origen pagano, como el árbol..." (Velasco 2012). Presionados por una abrumadora publicidad nos enfrentamos a un impulsivo y desproporcionado consumismo. Queda olvidado, para algunos, el fundamento de la Navidad, "que ha nacido el Salvador". No podemos reducir nuestra fiesta a meras comidas, bebidas, entremeses, etc. También nos quejamos del clima superficial y "artificial de ternura de encargo que se reduce al intercambio vago y pasajeros deseos de felicidad y de regalos" (Velasco 2012).
Quisiera unirme a la expresión en defensa, de Juan Martin Velasco, a favor de la celebración de la Navidad en nuestras sociedades secularizadas, aun a sabiendas de que no es perfecta. En tiempos de pluralismo y posmodernismo como los nuestros, de constante intercambio y contacto cultural, "es inevitable que se produzca una especie de ecumenismo de los símbolos y que la estrella, el "Belén" y el árbol convivan en nuestras calles, y que en nuestros hogares se mezclen villancicos tradicionales con músicas populares de otros rincones del mundo o cantos recientes más o menos logrados" (Velasco 2012). No olvidemos que la misma fecha de la celebración de la Navidad el 25 de diciembre es el resultado de un sincretismo que unió la fiesta pagana del Sol invicto con la conmemoración del nacimiento de Jesús. Es por ello que por este tiempo de Navidad tenemos relaciones más o menos hoscas. Tenemos Centros de Trabajos agresivos, todo un año, que toman espacios para celebrar la Navidad con fiestas y buena comida; Que las familias, alejadas en gran manera, aprobechan para reunirse y expresarse en cariños, en deseos, felicitaciones lo que no habían podido hacer. Ahí afloran sentimientos amables, de reconciliación, de buenos deseos, etc. y se atribuye a que es Navidad. Si todo el año se creyera que es Navidad tendríamos una sociedad naciente, solidaria, amable, llena de buenos deseos, de grandes celebraciones familiares, de reconciliaciones constantes, de abrazos indescriptibles ... ¿Qué si fuera Navidad todo el año? No por dejar de trabajar sino porque las relaciones implique el nacimiento verdadero en el corazón de cada ser humano. Bueno, quizás lo que planteo es una utopía, pero no dejamos de soñar quienes vivimos de la fe y la esperanza de una vida de mejores relaciones humanas. Aunque echemos de menos esos valores en las celebraciones de muchos, aceptemos con alegría, que una vez al año, nuestra sociedad celebra un poco de alegría que el Nacimiento del Salvador quiso traer al mundo. Oremos: ¡Dios! Gracias porque de esta manera tan dinámica celebramos la Navidad. Que se torna en espacio de solidaridad, de fraternidad, y paz entre los hombres y las mujeres del mundo. Que bueno que celebrar tu nacimiento es hacer habitable nuestra sociedad. En el nombre de Jesús, Salvador, Amén. Velasco, Juan Martín. ¡Ojalá Escuchéis hoy su voz! Madrid: PPC, 2012.
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AutorPastor José Báez Báez Categorías
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September 2017
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