Quita no cubre...

“...He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo”, Jn 1.29

Lo que estaba señalando Juan era a quien podía resolver el problema fundamental de la existencia. En el Antiguo Testamento el pecado era cubierto, pero no quitado. Día a día y año tras año había que ofrecer sacrificio. Eso sabiendo que al otro día había que ofrecer otro sacrificio. Eso, sin olvidar que solo los pecados de Israel eran perdonados. El resto de la humanidad no estaba pensada. En Jesús se quitó el pecado del mundo.

Cristo es quien quita el pecado y cambia tu naturaleza en una experiencia de vida. Eres en Cristo una nueva creación. Cristo quitó, en su sacrificio, todo pecado de tu corazón. En ello inició una vida de abundante paz. En Cristo hay un nuevo nacimiento pero necesitamos, cual bebé, seguir creciendo para alcanzar la plenitud. Lo que Jesús hizo en la cruz fue por ti. NO olvides que cada transformación trae un poco de dolor pero será una transformación. Ya Cristo hizo por ti lo que nadie hará. Quitó el pecado en su sacrificio para siempre. 

Gracias Dios por tu amor. Cristo el amor encarnado es quien quita y no vuelve a colocar otra vez. Gracias por tu sacrificio y tu amor por nosotros. Hoy tu perdón me sostiene y tu amor me mueve. En el nombre de Jesús, amén.