Jesús te ayudará

 

Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión. Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro. Hebreos 4.14-16.

Tenemos un sumo sacerdote en quien nos podemos refugiar. Nuestras debilidades muestran nuestra humanidad pero Jesús revela nuestra esperanza. Confesar y afirmar en nuestras vidas a Jesús es retener nuestra profesión. Jesús se compadece de nuestra debilidad moral no solo física. Jesús sabe que nuestra condición humana tiene una constante tentación, pero su compasión es genuina porque fue tentado en todo según nuestra semejanza. Jesús sintió lo que sientes. Solo que Jesús no cedió ni una sola vez. Esa es la razón por la que refugiarse en él es nuestra esperanza. Enfrentar la tentación lo hace sentir lo mismo que nosotros pero salir perfectamente victorioso es nuestra mayor esperanza.

Nada te desespere. Toda acción del enemigo es detener el propósito de Dios en tu vida. Hoy, toma la mano de Dios y toma aliento para seguir. El mandato es poderoso: “acércate, pues, confiadamente, al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro”.

No temas y pienses que no tienes esperanza porque Jesús te ayudará y sabe que tus fuerzas son insuficientes pero ya él conoce el camino en el que estás. Levántate que Jesús te ayuda. 

Oremos: Dios de infinita misericordia. Tu amor y bondad es tan grande como los mismos cielos. Hoy me acerco a ti con una expresión de perdón en mis labios. Me acerco porque tú me entiendes y me ayudarás. Es que tú traspasaste los cielos porque tenías un propósito para la humanidad y hoy no quedará nula tu acción porque en sacrificio de sangre te diste por amor. Tu misericordia es mi esperanza y la razón para refugiarme en ti. En el nombre de Jesús, amén.