El amor no deja de existir

1 Corintios 13.8  “El amor jamás dejará de existir...”.

Yo sé que hay muchas críticas sobre celebrar el “día del amor”. Muchos piensan que es un acto de hipocresía, que no es el único día, que no debe celebrarse este día porque todos los días se ama y no debe ser hoy. Creo que amar es más que un día de celebración. Para mí, que soy cristiano, amar no se ciñe a los tiempos dictados por los humanos sino a los actos puros de Dios sobre el ser humano. Entiendo que se ha comercializado, que no es “San Valentín” sino el día de la amistad. Sin embargo, todos y todas hablan del amor, de la amistad, de enamorarse y eso es bueno. Me parece que debemos disfrutar lo que sí sabemos que es el amor. Demostrar amor a nuestros seres, ciertamente no se ciñe a este día, pero hoy es un buen día para seguir amando. No me malinterprete, solo quiero que en lugar de odio, de rechazo, de rencor, de críticas, de crear muros, de amenazar, etc., hablemos mejor del amor. Es que amar no es de uno sino de todos. Veamos algunos detalles que quiero compartir con ustedes.   

El amor desea relacionarse con el otro, llegar a conocer al otro, admirar al otro, experimentar la vida del otro, pasar tiempo con el otro (Jeanrond 2013, 20). Nadie puede amar por usted. Usted ama y nadie puede representarlo. El amor es más que una emoción, tiene de eso, pero es más que eso, es un acto decisivo. El amor no tiene límites y se ama a los que no están presentes porque el amor no se define por lo que se ve. Si no ves el amor no se acaba. El amor desinteresado cruza fronteras y no mide tiempos.

Algunos consideran que el amor es una actitud de una persona con respecto a la otra, más que una relación entre personas. Brummer habla de un amor reduccionista y también alega que “el amor se define como un simple sentimiento o emoción y como un compromiso decidido...”. Ciertamente reducir el amor a lo emocional es quitarle fundamento. El amor que no tiene compromiso y responsabilidad no es amor. Creo que somos responsables de nuestros compromisos desde el sentimiento que tenemos. Quien deja su compromiso no es verdadero.

Se cuenta de un campesino que llegó a la casa de su amigo y encontró que en el techo había una veleta que decía amor. El campesino se decepcionó mucho porque dijo: “pensé que el amor era algo hermoso pero me doy cuenta que no, que cada vez que sopla el viento cambia”. Decía: “no es posible amar de esa manera”. A lo que el amigo le dijo: “ha interpretado usted muy mal el significado de la veleta”. “Esa veleta lo que significa es que no importa de dónde soplen los vientos siempre estaremos amando”.

Para amar no tienes que dejar de ser tú.
El amor transforma pero no lastima.
El amor no destruye a nadie y mucho menos golpea.
El amor es arriesgado.
El amor no puede hacerse.
Puede hacerse sexo pero no amor.
El amor es un misterio creativo y nos guía a una nueva experiencia.
El amor no es teórico es una acción.
El amor no tiene precio y por ello nada de lo que compres podrá cubrirle pero toda muestra de amor es incalculable. JLB
El amor es reciprocidad pero no simetría (Jeanrond 2013, 43).

El amor es Dios en nuestras vidas. El amor es divino y Dios solo nos regaló algo de su naturaleza al permitirnos ser amar. Es un privilegio de Dios que amemos. No sabemos nada del amor, es un misterio del que solo podemos decir que existe. Así es Dios. El amor de Dios por ti y por mi tuvo su máxima expresión en Jesús. Su entrega y pasión afirmaron la gracia de Dios sobre la humanidad.

Como decía aquel viejo corito, pero todavía pertinente:
Ama si quieres ser feliz
Ama y todo cambiará
Ama y así comprenderás
La alegría de vivir

Así es y es por ello que “el amor no deja de existir”. Que todos hablen del amor y la amistad como aquello que Dios nos regaló de su propia naturaleza divina. 

Oremos: Dios bueno y amoroso. Gracias porque hoy todos y todas hablan de amor. Hoy todos y todas hablan de enamoramientos. Tú has provocado eso y es por ello que amar es tan hermoso. Gracias Dios, en el nombre de Jesús, amén.
 
Algunos datos han sido tomados de:
Jeanrond, Werner G. Teología del amor. Santander: Salterrae, 2013.