"un ca-fe
con dios"
Rvdo. José L. Báez báez
Salmo 90
Dios cuida a su pueblo de generación a generación. Se ha revelado como creador eterno. Es dicho atributo que le hace reclamar para sí al ser humano, "convertíos". La visión de Dios sobre el tiempo es distinta a la nuestra, pues para él "un día es como mil años y mil años como un día". Eso plantea lo frágil que es el ser humano ante la perspectiva divina. El Dios que mira desde la eternidad ante el ser humano frágil que apenas comprende la matemática de su tiempo. Somos como flores, precarias y temporales. La vida es fugas como una noche. El pecado nos inflige discontinuidad de vida. Es por ello que nuestros días son como un "suspiro" pasajero, rápido, inmaterial, precario. Los límites de la vida los dicta la muerte pero la plenitud de la vida la sustenta la perfección de Dios. Cuando contamos los días el corazón se llena de sabiduría. Se suma un día más. Para descubrir la prudencia, la madurez, la alegría, etc. hay que contar los días. Por ello es vital contar nuestros día con Dios. En Dios o somos más jóvenes de lo que pensamos o más viejos. No olvide que depende de su matemática. Para tener una vida plena debemos: 1. Reclamar un "corazón sabio" o sensato. De manera que para descubrir la vida hay que recibirla con todo lo que trae pues solamente en Dios se encuentra la fortaleza y la eternidad. Si la sabiduría está pero no sabemos interpretarla en la vida, entonces es vano el conocimiento. 2. Reclamar "misericordia" para que sea nuestro apoyo. En la medida que cada mañana la misericordia de Dios es grande, también lo es mi alabanza reconociendo su amor y bondad. Oremos: Hoy, que celebro la vida, lo hago contigo. Tus cuidados y protección me son sustento en todo tiempo. Gracias por que cada día que vivo lo vivo porque me lo permites. Estoy más que emocionado por la grandeza de cada año en la que nos permites ver tu gracia. Dios mi sustento no es lo que yo alcance con el sudor de mi frente, mi sustento eres tú en tu misericordia cada mañana. Mis palabras no son suficiente, pero puedo decir: "sea la luz de Dios sobre nosotros y la obra de nuestras manos confirma sobre nosotros, sí la obra de nuestras manos confirma", Salmo 90.17. En tu nombre, amén.
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AutorPastor José Báez Báez Categorías
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September 2017
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