"un ca-fe
con dios"
Rvdo. José L. Báez báez
¿Sabes que eres de mayor valor que el carro, la casa, celular, computadora, etc.? ¿Qué ocurre cuando unas llaves se te pierden? Estoy seguro que las buscas con determinación. Entras en desesperación o angustia. A lo mejor se te ha perdido otra cosa o en alguna ocasión te has sentido perdido tú porque entraste por la carretera que no era o saliste por donde no era. ¿Te ha pasado? Inmediatamente buscas la manera de estar donde debes.
Jesús preguntó: “¿y qué beneficio obtienes si ganas el mundo entero pero pierdes tu propia alma? ¿Hay algo que valga más que tu alma?” Marcos 8.36-37. Es por ello que el valor del alma vale más que el mundo entero. NO hay riqueza que pueda compararse con la salvación del alma. ¿Qué valoramos más que todo? ¿Qué es lo que verdaderamente tiene valor? Les confieso que no hay algo más importante en la vida que la salvación. Jesús no puede ser un simple líder, un asesor, un compañero,... es mi SALVADOR. Yo vivo para no descuidar una salvación tan grande. Jesús concluyó: “Si alguien se avergüenza de mí y de mi mensaje en estos días de adulterio y de pecado, el Hijo del Hombre se avergonzará de esa persona cuando regrese en la gloria de su Padre con sus santos ángeles”, Marcos 8.38. Cuidemos la Salvación y no sucumbamos ante las tentaciones que distraen nuestro corazón y provocan que nos perdamos. Si te has sentido extraviado y no le encuentras sentido a tu vida, te invito a buscar a Jesús. Búscale como aquello que se te pierde y no puedes descansar hasta que lo encuentres. Es tiempo de volver al camino y no seguir con Jesús como un simple acompañante sino como tu Salvador. Oremos: Dios de infinita misericordia. En ti está mi salvación. Fuera de ti no hay quien salve. Si alguien pretende que mi vida se aparte de ti dame la sabiduría para alejarme de él/ella. Te suplico que me ayudes y no dejes que mi corazón se distancie de ti. Tuyo soy y no quiero que nada haga que mi salvación sea descuidada. En el nombre de Jesús, amén.
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Salmo 37.23-24 “23 Por Jehová son ordenados los pasos del hombre, Y él aprueba su camino. 24 Cuando el hombre cayere, no quedará postrado, Porque Jehová sostiene su mano”.
Uno de los elementos más desafiantes de este tiempo es la impaciencia. La impaciencia es falta de paciencia. La clave de nuestra firmeza no está en el lugar sobre el que nos paramos sino sobre el que tenemos nuestros pensamientos. La impaciencia es producto de ese mundo de contradicciones que encontramos a diario. La agitación de la vida puede desviar nuestros pasos. Encomendar nuestro día a Dios es hallar deleite. Cuando caminamos descansando en su Palabra y promesa tenemos paz. Cuando Dios ordena nuestros pasos solo los coloca sobre Jesús. Jesús es el camino. ¿Por qué andar buscando otros caminos cuando ya sabemos cuál es el nuestro? Encomendar el camino a Dios es rodar tus pies a la voluntad de Dios. Nos toca cuidar nuestros pasos. A medida que avanza el día, la vida misma, nuestras agitaciones son mayores. Dios es el único que aprueba nuestros caminos. ¿El camino por el que vas es aprobado por Dios? ¿Ese camino lo aprueban tus amigos? ¿Vas por ese camino porque simplemente no quieres que Dios obre en ti? Si vas por el camino que Dios aprueba y cayeres no quedarás postrado porque Dios sostiene tu mano. Oremos: Dios, gracias por este día. Mis pasos están en ti y solo quiero que los apruebes. Solo quiero que si hay un paso que estoy dando incorrectamente me corrijas porque solo quiero caminar en tu deleite. Confío en que siempre tu mano me sustentará. En el nombre de Jesús, amén. 2 Timoteo 3.2-5: 2Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, 3sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, 4traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, 5que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita.
“No erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres”, 1 Corintios 15.33. Nunca olvido aquella expresión de mi abuelo y mis familiares cuando me decían: “Dime con quién andas y te diré quién eres”. Hay quien prefiere que usted esté en un bar a que asista a la Iglesia. Otros le hacen ver que sus pasos en el Señor no son buenos. Algunos provocan que usted viva pensando que nada está mal y que “darse una cerveza, un cigarrillo, un palo, como se dice en Puerto Rico, no está de más. Alegan que eso no es pecado e incluso que no son alcohólicos porque solo beben los fines de semana o algunos días. ¿Qué usted cree? Muchos andan asumiendo posturas de defensas porque simplemente quieren hacer lo que no es de Dios y necesitan sentirse bien consigo mismo. Algunos alegan que ayudan a otros/as y que por esa razón tendrán un lugar seguro en el cielo. Le tengo que dar una noticia: “no nos salvan las buenas acciones sino un corazón rendido a Jesucristo”. No alcanzará el cielo por sus propios méritos sino por los de Jesucristo. Solo en Jesús es posible alcanzar el reino de los cielos. Quien ama más los deleites que a Dios vive de apariencia. Si andas con gente así te exhorto a que los evites. Si lo que tu amigo dice no ayuda a tu vida es mejor que te alejes y lo evites. La Escritura no dice que los niegues o los insultes sino que los evites para que no te corrompas tú. Quizás no puedas invitarlo a la Iglesia porque no creerás lo que crees. Conviertete tú y luego invítale a creer. Te exhorto a que no andes con quienes quieren justificar su pecado haciendo pocas vergüenzas y deleitándose a sí mismos. Solo te llevan al camino de la perdición. Evita todo aquello que pueda corromper tu corazón. No vivas como quien no conoce a Dios. Tarde que temprano Dios te pedirá cuentas. No andes con quienes te alejan de Dios. Solo Jesús puede construir, edificar y socorrer tu vida y te permite alcanzar el reino de los cielos. ¿Con quienes caminas? ¿Qué provocan en ti? ¿Edifican? ¿Te llevan al pecado o tú los llevas al templo? Que se conviertan ellos a Jesús y no tú a ellos. Oremos: Dios solo contigo quiero andar y solo en ti quiero esperar. Ayúdame a no mirar ni hablar con quienes me pueden alejar de ti. Si alguien pretende separarme de tu amor en esta hora solo te pido que me socorras. En el nombre de Jesús. Amén. Lo que Dios comenzó es real.
“...el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo, Filipenses 1.6 Lo que Dios hace, siempre, es buena obra. Tú eres su creación, a su imagen y semejanza. Dios comenzó algo en ti y quiere terminarlo porque es bueno. En cada momento en que parece que no concluyen las cosas y que alcanzarlas parece irreal debes recordar esta promesa. Dios comenzó la buena obra en ti y la va a perfeccionar hasta el día de Jesucristo. Oremos: Dios de infinita misericordia. Duros son los días que se viven pero mejor es saber que estas con cada uno de nosotros. Por favor, no nos abandones y lo que comenzaste en nosotros, conforme a tu voluntad ayúdanos a discernirlo. Que cada prueba sirva para crecer y cumplir tu propósito, en el nombre de Jesús, amén.
Efesios 4.22 “En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, 23y renovaos en el espíritu de vuestra mente, 24y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad”. Vivir con Cristo es vivir de manera distinta a la acostumbrada. La gente no quiere dejar su vida pasada porque no quiere vivir según Dios. Si en Cristo vivimos debemos abandonar nuestra pasada manera de vivir. No te rindas ante las tentaciones terrenales. Para que haya una nueva manera de vivir en Cristo debemos: 1. “despojarnos de aquello que está viciado conforme a los deseos engañosos”. NO puedes seguir viviendo como antes, pensando como antes, caminando como antes, etc. Ya no más a esa pasada manera de ver las cosas y vivirlas. Ahora estás en Cristo. Si estás en Cristo debe haber una manera distinta de encaminar tus pasos. 2. “Renovarnos en el espíritu de nuestra mente”. Cuando Cristo llega a nuestras vidas nuestro pensamiento cambia. Se renueva en pensamientos. Nuestra mente ya no está atada a visiones pasadas de engaños sino abierta a la transformación del Espíritu. Ahora piensas como Cristo. NO tienes que cambiar tu mente sino el espíritu de tu mente. 3. “Vestirnos (del nuevo ser humano)..., según Dios en justicia y santidad de la verdad”. Si has cambiado y eres otra persona que piensa distinto no puedes vestirte igual. Hay, si Cristo está en ti, una nueva manera de operar, una nueva naturaleza que se rige según Dios en justicia y santidad. Es decir, que ya no vivirás corrompiendo tu vida sino que la estarás viviendo según Dios y no según tú. Ahora Dios gobierna tu voluntad y tú vida por ello ya no vivirás vistiendo según tus deseos sino con las ropas espirituales que Dios te da en justicia y santidad. No eres el mismo/misma. Lucha contra lo viejo que hay en ti y permite que lo nuevo que hay en Cristo sea un nuevo camino de vida eterna. Ya no tienes que vivir sin rumbo porque conoces el Camino. En Dios hay una vida llena de esperanza. Fortalécete en Dios y afirma lo que crees sin temor. Oremos: Dios bueno. Gracias por la vida que me has permitido vivir. Gracias por un nuevo dia en el que me das otra oportunidad. Estoy convencido de tu favor y fuerzas para no dejar este camino hermoso. NO me rendiré en tu nombre y mantendré mi mente en ti para vivir distinto. En el nombre de Jesús, amén. “Entonces os dije: No temáis, ni tengáis miedo de ellos. Jehová vuestro Dios, el cual va delante de vosotros, él peleará por vosotros...”, Dt 1.29-30.
Si Dios dice que no tengas miedo, no tengas miedo y si dice que va al frente así será y si dice que peleará por ti no lo dudes. Esta palabra es poderosa. Si Dios ha estado hasta aquí contigo no dudes que estará hoy mañana. Cuando Dios le da esta palabra al pueblo estaban llenos de miedo. Creer en Dios no es cantarlo cuando todo está bien sino cuando el momento difícil llega. Creerle es seguir porque va al frente. No puede ir al frente en quien no crees, en quien no confías, a quien no conoces. Mucha gente dice que es cristiana pero no siguen a Cristo. La gente dice que cree en Dios pero no le sirve. Solo aquellos que sepan en quién ha creído y le sirvan sabrán quién anda con ellos. Muchos le sirven a Dios cuando no tienen más alternativas en sus vidas. Dios les ayuda y desaparecen. Otros quieren que Dios les ayude siempre y ellos no dan nada de sí mismos. Esos son egoístas porque todo es dame y dame pero no son capaces de llegar a la casa de Dios y decirle a Dios, “Señor hoy vengo a darte la gloria a través de mi adoración porque tú has sido bueno”. Dios no es una vara mágica. No dejes de creer porque las promesas de Dios son reales. Algunos se cansan de caminar y esperar por lo que Dios va a ser. Hermano y hermana quiero decirle que Dios es Dios y no actua por nuestros caprichos sino por su voluntad. Dios peleará por ti pero tienes que seguir caminando detrás de sus pasos. NO te apartes, no te distancies. Hay gente que envejece en su casa porque no tienen más nada que hacer en lugar de servirle a Dios. Otros tienen tanto trabajo que no pueden llegar a la casa de Dios y cuando llega la prueba están llenos de miedo porque solo conocen el trabajo, conocen sus amigos, pero no conocen a Dios. Si queremos que la promesa de Dios en nuestra vida se cumpla debemos creerle, debemos seguirle y él hará. No temas porque Dios peleará por ti. Oremos: Dios bueno. NO temeré mal alguno porque tú estarás conmigo. Tú vas delante de nosotros y confío en que pelearás por nosotros. Nos has sacado de los lugares más duros de nuestra vida para una vida abundante. Ya no queremos vivir en servidumbre sino en tú libertad. En el nombre de Jesús, amén.
"Fortalézcanse" (Efesios 6.10). NO es algo que podamos hacer por nosotros mismos. Cuando hablamos de “fortalézcanse” es meritorio reconocer que se trata de lo que Dios hace en nosotros. El único que puede darnos fuerzas de manera continua es Jesucristo. El tiempo de la palabra “fortalézcanse” es presente porque no es un acto que culmina sino que continúa. Fortalézcanse en el Señor es conocer sus fuerzas y tomarlas para seguir. Es acercarnos más a él. Dios nos ha revelado la grandeza de su poder en Cristo Jesús, pues, ¡utilízala! Ya sabes de dónde tomar fuerzas. Así que ¡adelante! Habrá asechanzas del enemigo pero jamás podrán detener el propósito de Dios en ti. Dios no desampara la obra de sus manos y cumple sus propósitos. Oremos: Dios bueno. Nuestras grandes batallas están en tus manos. Estaremos firmes porque tú eres quien nos fortalece. Hoy renueva nuestras fuerzas y llévanos en confianza. Llénanos de tu paz y que podamos caminar en fe contra toda adversidad. Tomamos de tus fuerzas y nos revestimos de tus fuerzas para los días venideros. En el nombre de Jesús, amén. “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”, Filipenses 4.13 En Cristo encontramos fortaleza. Sin él nada podemos hacer decía Juan. Solo en Cristo podemos encontrar alegría. Nadie es tan fuerte como para no necesitar de Dios. El apóstol Pablo sabía esto. Para alcanzar la victoria debemos descansar en el Señor y depender de él. Si faltan las fuerzas solo hay una fuente inagotable y se llama Jesús. Las situaciones de hoy no pueden brindarnos apoyo porque dependen de los humanos pero en Jesús siempre tenemos espacios para apoyarnos. Si nos apoyamos en Jesús no hay obstáculo que se interponga en nuestra victoria. Oremos: Dios bueno. Todo es difícil pero no imposible si tú estás conmigo. Ayúdame a seguir en el camino y déjame encontrar en ti cada día la fortaleza para seguir. En el nombre de Jesús, amén. NO está tarde la reflexión fue intencional. Estar en el foso implica que ya no hay alternativas para Daniel pero si Dios está contigo, etonces, todo es posible.
Daniel 6 Tener a Dios es tenerlo todo. Daniel había sido colocado como uno de los líderes más prominentes del reino de Darío. Lo que tenía Daniel no se consigue en la universidad y bajo ningún título: “Daniel tenía un espíritu superior”. Es decir, que Daniel era superior a muchos de los líderes de la época. Entonces, los demás buscaban ocasión para acusarle en lo relacionado al reino. Ellos buscaban la ocasión para acusarle, pero no podían porque Daniel era fiel y no hallaron ningún vicio ni falta fue hallado en él. Así que se metieron con la fe de Daniel. Buscaron la manera de destruir a Daniel por lo que creía. Por lo tanto, crearon un edicto para que el rey lo firmara y quien no adorara al rey fuera echado en el foso de los leones. Leones no eran los que estaban en el foso sino los que quieren destruir a otro/otra. Hay quienes andan con maldad, que solo están pensando en cómo hacerle daño a otro. Tienen problemas en el corazón. No necesitan un cardiólogo solo necesitan a Cristo en el corazón. ¿Por qué tanta guerra, para qué tanto rencor, etc.? Los del foso no le hicieron nada a Daniel porque el Dios de Daniel y el de los leones era el mismo. Detalle que olvidó el rey y todos aquellos que intentaron destruirle. Daniel hablaba con Dios tres veces al día. ¿Cómo? Sí, tres veces al día con Dios. Cuando vengan los leones es mejor que sepan que hablas con el Rey de reyes y Señor de señores, con el León de Judá. Hay firmas de reyes, gobernadores, líderes, de países que no pueden ser abrogadas pero si Dios está contigo no hay ningún edicto que pueda impedir que salgas victorioso. Cuando Dios está de nuestro lado nos libra. Para Daniel, a los ojos del rey, de los gobernadores, de las leyes, no había opciones, porque colocaron una piedra sobre la puerta del foso, lo sellaron con el anillo del rey, con el anillo de sus príncipes, para que nadie alterara el acuerdo contra Daniel. Ese acuerdo fue alterado por el Dios de los cielos. Nadie puede meterse con los hombres y mujeres de Dios. Un hombre y una mujer que oran tienen más poder que la armada más poderosa que pueda existir. Dios envió el angel que cerró la boca de los leones. Oiga hermano y hermana si hay leones que intentan hacerle daño Dios le cerrará la boca. Usted confíe en Dios y no tenga temor por lo que le puedan hacer. Si Dios te haya inocente nadie te encontrará culpable. NO temas por lo que te puedan hacer. NO temas por quienes pretenden llevarte al foso. El foso se convertirá en el lugar donde Dios te asistirá. La gente verá que Dios está contigo estando en el foso. Tú estarás en el foso pero Dios está contigo. Dios no está afuera del foso, de tu prueba, de tu situación, del ataque que enfrentas, sino contigo. ¿NO entiendes? Dios está contigo. Oremos: Dios bueno y de infinita misericordia. Ante ti porque ante ti es mejor estar. En esta hora, donde parece que no hay más opciones solo el que confía en ti sabe que tú llegas y no abandonas. Por ello, en tus manos, confío y afirmo mi esperanza. En el nombre del Señor, Jesús, amén. Marcos 8.3 “Jesús extendió la mano y le tocó…”.
Somos puertorriqueños y cuando hablamos con la gente nos tocamos. Solemos estar muy cerca del que hablamos. Eso es parte de nuestra cultura. Jesús tocaba la gente y sanaba. La gente anda amargada y distanciada de sus seres queridos e incluso enojada con amigos, hermanos, padres por años. Si supieran que estar cerca sana y ayuda a no sentirnos solos. Hay gente que se les educa a no tocar, a nosotros también. Recuerdo que mami decía: “se toca con los ojos y se mira con las manos”. ¿Cómo olvidar eso? Cuando nos acercamos a alguien y se distancia es porque no hay confianza. Hay quienes si te acercas mucho se mueven. Esta sociedad necesita gente capaz de abrazar, agarrar el brazo, apretar la mano, extenderla, como Jesús. Sostener nuestro acto con la mirada para que ese contacto sea más poderoso. NO es simple tacto corporal es que sepan que estamos aquí. Se trata de estar más que de decir. Si hay una fuente de consuelo es el de la familia. Cuando estamos somos capaces de acompañar en medio de la crisis. Solo con tocar y dar una palmada estaremos comunicando mucho. Ve y abraza a tus hijos/as, amigos, compañeros porque quizás recojas su fragilidad y la fortalezcas. Un abrazo es capaz de hacer que la soledad huya y quien muere de sentimiento vuelva a la vida. Un abrazo sostiene en la debilidad y suele romper la distancia. En el abrazo y la extensión de mano solo imitamos a nuestro Salvador. Ora y busca a alguien a quien puedas darle un abrazo. Oremos: Dios bueno y de gran misericordia. Con amor eterno nos has amado y jamás permitiste que la soledad nos destruyera porque tu abrazo salvador nos acogió desde la cruz misma. Hoy ensanchas ese abrazo desde nosotros y solo te pedimos que nadie se siente solo/a. En el nombre de Jesús, amén. |
AutorPastor José Báez Báez Categorías
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September 2017
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