"un ca-fe
con dios"
Rvdo. José L. Báez báez
"Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo". Juan 16.33 Entre las cosas que el Señor le habló a los discípulos, muchas fueron por alegorías, por parábolas, para que no tuvieran tropiezos, etc. Sin embargo, lo que ahora le está diciendo no se busca afuera. Sino en él. La gente busca la paz en los parques, en los lugares distantes, en los viajes, en lugares. El problema es que la paz no se busca en el dónde sino en el quién. Cuando conocemos a Jesús, comienza nuestra paz. Nuestro país, vive en una constante intranquilidad. ¿Habrá cosas que nos quite la paz? Definitivamente, hasta un vecino nos puede quitar la paz. Nos quita la paz, el desempleo, no tener alimento, no tener que darle a nuestros hijos e hijas, perder nuestra familia, etc. Son tantas las cosas las que nos quitan la paz que la lista sería enorme. Ya el salmista ha dicho: "Dios es mi pastor y nada me faltará". Cuando vemos lo que ocurre a diario, ciertamente, nada nos falta. Ni nos falta lo bueno, ni nos falta lo malo. Nos enfocamos tanto en eso que nos falta que nos olvidamos de lo que tenemos en Cristo. En Cristo tenemos paz. Es por eso que cito ese salmo porque aunque nos falten muchas cosas Dios sigue siendo nuestro pastor. ¿Amén? M. Gandhi había dicho: "no hay camino para la paz, la paz es el camino". Si nos arrimamos al pensamiento de Gandhi, entonces, podemos tener paz en aquel que dijo: "Yo soy el Camino...", Jesús. Es por ello que tenemos paz en Jesús. A pesar de lo que ocurre en nuestro país yo tengo paz porque tengo a Jesús.
Lo que no puedo negar es que llegará la aflicción. Es decir, la angustia, la tristeza, el momento difícil, eso no lo puedo negar. No puedo negar que me he afligido, cada vez que veo un padre asesinando a su hija, un hombre abusando de su esposa, un abuelo violando a su nieta, un padre quitándole la vida a su familia y luego a sí mismo. Estas son cosas que no puedo negar, causan tristeza y aflicción. Me da tristeza que los esposos se separen y dejen un mar de interrogantes en los hijos, por decisiones que sus hijos no tomaron. Me aflige la condición de mi pueblo, cada día es más difícil vivir tranquilo, descansar, compartir en familia, etc. También, me entristece ver la gente llegar al templo y considerar que los templos son centros comerciales, en los que entran a aquel que les gusta, no a aquel que les predican. No se identifican, no hay encuentros, porque salen corriendo del templo, no comparten porque van en una ligereza que redunda en nada. Ese es el mundo. El mundo es el lugar en el que tendremos aflicciones y creo que así es porque es nuestra realidad. Vivimos aquí y no es cuestionable, pero el cómo vivimos sí está en nuestras manos. Mi familia y yo escogimos creerle a Dios. Lo que indica que hemos decidido creerle a las Palabras de Jesús para tener paz. Jesús destaca un "pero". "Pero confiad..." Confío en él, aunque el sol esté escondido detrás de una nube, confío en él, aunque todavía mi esposa esté quebrantada de salud, confío en él, aunque no he comprado los libros de la escuela para mi hija, confío en el aunque debo la luz, el agua, el marbete de la guagua, la casa, etc. Confío en él porque dijo: "Pero confiad". Confiar es esperar, es creerle, es afirmar nuestra identidad en Cristo, es no rendirnos, es ver la meta, es estar seguros/seguras, es no dejar que lo que ocurre, o me aflige sea más grande que las palabras de Jesús. ¿Te atreves a confiar? Yo ya me atreví. Lo hice porque al final Jesús dijo: "yo he vencido al mundo". ¿Usted entendió? Jesús venció al mundo. ¡Gloria a Dios! "Yo he vencido al mundo", ¡!Gloria a Dios!. Puede leer conmigo otra vez, "yo he vencido al mundo". Jesús no les dijo a los discípulos, yo voy a ver si puedo, yo voy a ver si me atrevo, yo creo que sí, que lo voy a lograr, yo, yo... ¡NO! Dijo: "yo he vencido al mundo". Es decir, que la victoria es de quien deposita su fe en Cristo, confía en Cristo y vence en Cristo. Los tres elementos se fortalecen en que al final Cristo nos da la victoria diciendo, "he vencido al mundo". Si eso es así, quiere decir que lo que estamos viviendo es solo un proceso que permite que cada día nuestra confianza esté puesta en Dios. Cada aflicción, que en ocasiones, no entendemos, pavimenta nuestra confianza en Jesús. Yo le creo a Jesús y por eso tengo paz, confío y sé que saldré victorioso. ¿Confías en él? ¿Tienes su paz? ¿Te sientes afligido? Vuelve conmigo, Jesús dijo: "yo he vencido al mundo". Ya Jesús venció tu aflicción. Oremos: Señor, tú eres el Señor de mi vida, eres el Dios de paz, el Dios que no nos falta, el Dios que cuida en medio de la aflicción. Que tú paz esté en nosotros/nosotras cada día. Confiamos, plenamente, que tú nos darás la victoria, no porque será sino porque es. Tu venciste y nosotros/nosotras venceremos en tú nombre, Amén.
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September 2017
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