Vive el gozo del Señor

Habacuc 3.18 (Dios, siempre, tiene algo que decirnos) 

Después de dialogar con Dios, el profeta Habacuc, sintió paz, gozo y seguridad. Si dialogar con Dios provoca paz, gozo y seguridad, deberíamos hablar más con Dios. El profeta dice: "Con todo, yo me alegraré en Jehová". Es decir, con todo, y con todo es con todo. 

Con tus situaciones, con tus deudas, con tus problemas, con tus crisis, con tus quejas, con tus, luchas, con tu intranquilidad, pues al fin lo importante es tener a Dios. Si la presencia de Dios está en nosotros la tristeza se torna alegría, la incertidumbre en certidumbre, el desierto en manaderos de agua. Los recursos de Dios son inigualables. Como decía un anuncio hace unos años atrás: "i-li-mi-ta-dos". Así son los recursos de Dios. Si el gozo de Dios está en mi cambiará mi cara, mi mirada, mi actitud, mis palabras, incluso mis acciones. Yo tengo el gozo del Señor ¿y tú qué esperas? 

¡Dale! Repite conmigo: "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece". Filipenses 4.13

El profeta finaliza diciendo: "y me gozaré en el Dios de mi salvación". ¡Gózate!

Oremos: Señor y Dios de la alegría, del gozo, y de toda cualidad maravillosa. Aquí estamos para adorarte. Que tu presencia sea nuestro gozo. Si alguno se ha levantado desnutrido de ti, que tu Espíritu le llene de gozo. Quita las caras largas, alegra el corazón apocado, pero jamás nos dejes. En tu nombre, Amén.