"un ca-fe
con dios"
Rvdo. José L. Báez báez
Vigilar
Jesús nos exhorta a vigilar. El evangelio de Lucas es continuo en este aspecto “velad, pues y orad en todo tiempo, para que os libréis de todo lo que ha de venir y podamos presentarnos delante del Hijo del Hombre”, Lucas 21,36. El evangelio de Marcos culmina diciendo “cuidado, estad alerta, porque no sabemos cuando sea el momento…”. Si no fuera tan importante esperar, entonces, para qué tanta exhortación a hacerlo. Cuando velamos permanecemos firmes en la fe. No permitimos que ningún aspecto extraño interfiera en nuestra fe. Implica vivir con sobriedad y no viviendo una vida desordenada. Se requiere ser fuerte. No podemos olvidar que nuestro enemigo, el diablo, anda como león rugiente buscando a quién devorar. Es una vigilancia sobre nosotros y no sobre los demás. No se anda vigilando la salvación de los demás sino la nuestra. Es velar nuestra conducta, nuestra expresión, nuestra manera de hacer las cosas ante Dios, etc. Es un vigilar el cuerpo, alma y espíritu. Como decían los padres de la Iglesia “solo tenemos necesidad de un espíritu vigilante”. Vigilar constantemente porque no sabemos ni el día ni la hora en que vendrá nuestro Salvador. ¿Estás velando? ¿Esperas al Señor? No vivas como si no viniera, más bien, vive tus días como si viniera hoy. ¿Si viene Jesús hoy te vas con él? Cuidado contigo mismo. No justifiques tus acciones pecaminosas con expresiones “es otra cultura”, “eso es en los tiempos de Jesús”, “yo no creo que nos aplique”. Por lo tanto, vigilar es mirar al futuro con la esperanza en Jesús y los pasos a la eternidad. Cuando hay crisis económica, los economistas vigilan, cuando hay tempestad los expertos vigilan, cuando hay elecciones los políticos velan las encuestas, cuando esperamos a alguien estamos pendiente. Jesús dijo que vendría y créeme que vendrá. ¡No te distraigas! Abre tu corazón y deja que el Salvador llegue hoy para que mañana camines con él. Vigila y deja que nuestro Salvador llegue. Si Jesús está en tu corazón podrás discernir los tiempos y la manera en que nuestro Salvador actúa. ¡Espera! ¡Vigila! ¡Cristo viene! Oremos: Señor y Dios bueno. Sé que vienes. Ayúdame cada día. Seguir caminando en ti es saber esperar. Sé que un día te veré, pero no quiero hacerlo solo, sino con mi familia, mis amigos, la congregación, etc. Algunos de mi familia no te han confesado y algunos amigos y por ello te pido por sus vidas antes que sea tarde. En el nombre de Jesús, amén.
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Hebert
16/7/2016 08:49:03 pm
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AutorPastor José Báez Báez Categorías
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September 2017
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