"un ca-fe
con dios"
Rvdo. José L. Báez báez
El mundo es conflictivo y la amenaza humana es constante. Lo vemos cada día en el noticiero, lo escuchamos y lo experimentamos. Es en esa amenaza constante en la que nos levantamos. Un día nuevo trae consigo las mil amenazas pero también las mil oportunidades. Hoy es un nuevo día, ha dicho alguien, para empezar de nuevo. Ahí, en el lugar donde estas puedes iniciar espacios de oración. Dale gracias a Dios por la vista, los pies, las manos, por los órganos, etc. Algunos me han dicho, “estoy cansado”. Ese cansancio también es un espacio para orar. Orar no es huir de nuestra realidad, tampoco es desentendernos del mundo, sino acercarnos a Dios. Cuando presentamos nuestra carga a Dios aceptamos nuestra carga pero la asumimos desde otra posición. Ciertamente hay muchas discordancias. Jesús dijo: “Venid a mi todos los que estáis cansados y agobiados y yo os daré descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo…, porque mi yugo es suave y mi carga ligera” Mt 11.29-30. La oración puede sosegarnos y tranquilizarnos. Lo que permitirá que sigas caminando es la capacidad de acercar todo a Jesús. La oración nos da discernimiento para cargar con la realidad. “Hacernos cargo y encargarnos de ella”. El yugo es suave y ligero porque es de Jesús no suyo. Es el yugo, irónicamente el que nos libra de la carga y no la agranda. La clave está en Jesús no en las cargas, no en el yugo, sino en Jesús. Por lo tanto, es trascendente que puedas acercarte en oración a quien es capaz de darte descanso.
“En la oración encontraremos la capacidad para enfrentar nuestra realidad y nuestros días”. JLB Oremos: Dios y Señor de mi vida. En tus manos estamos confiados. Tú no faltas a los tuyos. Hoy presentamos todas nuestras cargas y adversidades ante ti. Confiamos en que tú nos darás descanso. En el nombre de Jesús, amén.
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AutorPastor José Báez Báez Categorías
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September 2017
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