Una promesa

2 de Pedro 3.9

Prometer es la expresión de la voluntad que alguien se impone de cumplir algo. Es un contrato, puede ser escrito, verbal, etc. Muchas promesas tienen plazos de vencimiento, pero las de Dios siempre se cumplen. 

Mucho se ha dicho que "Cristo viene". Para muchos es un cuento, pero cuidado, para otros es un mito, pero, para nosotros, los creyentes, es una promesa. Lo que Dios dice trae revuelo. Siempre que Jesús expresó algo a los discípulos o a sus comunidades traía discordias. El autor, de la segunda epístola de Pedro, destaca que muchos creen que su promesa se tarda. Hermanos y Hermanas de la fe no descuidemos una salvación tan grande. Dios no quiere que nadie perezca sin salvación. La oportunidad de acercarnos a Cristo, de vivir en él, de esperar en fe, es ahora. Dios es "paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que procedamos al arrepentimiento". El momento de su llegada no lo sabemos, como algunos pronostican. Esa venida de Jesús es en cualquier momento. Mientras ese momento se acerca todos/todas debemos estar preparándonos para recibirle, en su espera, porque viene con toda potestad. No lo dudes. Que mis palabras no infundan desaliento en ti sino esperanza. Si en alguna medida lo que expreso te asusta, entonces, qué hay que arreglar. "El hijo del hombre vendrá a la hora que no pensáis". Mateo 24.44. Es una promesa que se habrá de cumplir.

Si le has prometido servirle, sírvele.

Si le has prometido creerle, créele.

Si has prometido esperarle, espérale.

Oremos: Dios de las promesas y de la vida, mi confianza está en ti. Sé que no has venido porque hay muchos seres queridos nuestros que necesitan escuchar tu Palabra para que sus vidas no perezcan. Permite que quienes no te conocen procedan al arrepentimiento y vivan la alegría de tenerte. Sé que vienes, pero ayúdanos a serte fieles mientras tanto. En tu nombre, amén.