"un ca-fe
con dios"
Rvdo. José L. Báez báez
“Pasado el día de reposo, al amanecer del primer día de la semana, vinieron María Magdalena, y la otra María, a ver el sepulcro” Mt 28.1.
Unas madrugadoras que también fueron a ver. El amanecer es el tiempo marcado por la salida del sol. Esa luz saliente renueva la actividad del día. Esa es la razón por la que aquella madrugada de hace más de dos mil años fue una especial. Allí hubo un terremoto, llegó un Ángel del Señor, removió la piedra y se sentó sobre ella. ¡Valga madrugada! NO hay duda de la extraordinaria experiencia de esa madrugada. No hay duda de que en nuestras diversas adversidades nos movamos a los lugares por un motivo y Dios nos sorprenda. Estas mujeres fueron a “ver el sepulcro”. Me encanta saber que hubo mujeres capaces de ver el sepulcro porque creyeron en el anuncio de la resurrección. Me imagino que no durmieron y salieron de madrugada, inquietas, con deseos de llegar lo más rápido posible, y se encontraron literalmente con el sepulcro vacío. Es impactante porque ellas fueron a ver el sepulcro y no a Jesús, al menos en Mateo. ¿No le parece una madrugada extraordinaria? Madrugar y ver que la piedra está removida y que ciertamente el sepulcro está vacío nos llena de esperanza. La oscuridad pasó y la luz toma lugar. Ningún amanecer se compara con aquel en el que nos damos cuenta que nuestro Dios no está en el sepulcro. Ya sabemos que Dios hará que la piedra esté removida antes de que llegues. En los encuentros de madrugada con Dios podemos encontrar nuestra piedra removida y lo que murió tener vida. Lo que hizo la madrugada de aquellas mujeres una espectacular no fue el angel, ni el terremoto, sino que el sepulcro estaba vacío. Oremos: Dios gracias por un nuevo día. Me levanté temprano para hablar contigo. Gracias porque tus palabras me dejan saber que lo que puede ser visto como una adversidad – el terremoto- es la antesala a la bendición de encontrar el sepulcro vacío. Te alabo y te doy gracias porque es bueno ver la luz que pone fin a la oscuridad y mueve la piedra que tenga que mover. En el nombre de Jesús, amén.
0 Comments
Leave a Reply. |
AutorPastor José Báez Báez Categorías
All
Archivos
September 2017
|