"un ca-fe
con dios"
Rvdo. José L. Báez báez
Josué 6.1-16
Hubo muchas cosas en mi vida que pensé que no alcanzaría. Pensé que nunca me graduaría de cuarto año, que no lograría culminar la universidad, mucho menos que pudiera hacer una maestría. Cada una de esas metas para mi fueron un muro que estaba sumamente cerrado. Mucho menos cuando la gente decía que no era de mi familia estudiar, sino trabajar. La dudas, las imposibilidades nublaban mi entendimiento, pero jamás dejé de creerle a Dios. Ante dichos pronósticos determiné escuchar las voces que provocaron en mí el desafío de alcanzar los muros y si era necesario brincarles o derribarlos. En mi caso, fueron derribados. ¿En el tuyo? Jericó estaba bien cerrada a causa de los hijos de Israel, nadie entraba ni salía. Era una ciudad cerrada y pudiera decir, en gran manera. Pero aquello que está cerrrado y que carece de esperanza e incluso pareciera imposible de franquear puede ser tu muro hoy. El muro de la duda, de la tristeza, de la angustia, del dolor, del recuerdo, etc., es destruido solo a la voz de Dios. Es por eso que Dios le dijo a Josué: ¨Mira, yo he entregado en tu mano a Jericó...¨ ¿Sabes lo que implica lo dicho por Dios? Implica que el muro ya se cayó a lo que Dios dijo. Es decir que es suficiente con que Dios diga "yo he entregado en tu mano..." para que tú hoy mires y te atrevas a decirle a tus muros que Dios te ha hablado y te ha entregado lo que le pides. Dios hoy te envía a darle las vueltas a tu Jericó, pero lo que Dios envia a hacer no es rápido. Tienes que esperar a su palabra. Espera que el verdadero capitán de la vida te dé la orden. Dios nos desafía en la espera de su voluntad, pues en ella encontramos descanzo. No olvides que las órdenes las da Dios y no nosotros. Dios es quien posee toda autoridad. El pueblo de Israel solo tuvo que gritar a gran voz, y el muró caería. Solo alza tu voz un poco más y verás que los muros caerán. No hay muro que se resista a la voz de Dios, no hay problema que se sujete a la voz de Dios, no hay situación que no tenga solución a la voz de Dios. Una vez los muros se caigan, entonces, sube hacia adelante. Enfrenta tu victoria con alegría. Josué le dijo a los sacerdotes, que llevaran el arca dle pacto. Es porque si hacemos algo no podemos dejar su presencia una vez el muro esté en el suelo. Cuando derribamos los muros no nos olvidamos de Dios porque fue Dios el que nos permitió que los muros se cayeran. No dudes en enfrentar lo que es tu muro. Los muros de la vida serán tan grandes como quieras que sean. Si Dios está en tus batallas la victoria solo estará en tu obediencia al caminar. Camina con Dios y Dios estará siempre en tu camino. ¿Cuál es tu muro? Dios hoy te da la victoria. Oremos: Señor, nuestros muros, en ocasiones, turban nuestra mente. Acude a nosotros/nosotras cada día para que al oir tu voz podamos discernir la victoria. En ti está nuestra confianza y en ti colocamos los muros para que con tu presencia sean derribados. Solo basta que estés con nosotros. En el nombre de Jesús, Amén.
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AutorPastor José Báez Báez Categorías
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September 2017
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