"un ca-fe
con dios"
Rvdo. José L. Báez báez
Marcos 2.15-17 Jesús se sentó con publicanos y pecadores. Sin embargo, los religiosos de la época, fariseos y escribas se hacían una pregunta: ¿Qué es esto, que él come y bebe con los publicanos y pecadores? Lo que plantea el Evangelio según Marcos es la constante tensión que surge entre quienes entienden que están bien, porque son religiosos y quienes no lo están, porque dichos religiosos lo dicen. Es impresionante cómo cada día vemos a la gente decir que "son más malos los que están en la Iglesia que los que están afuera". Ese comentario en una ocasión de mi juventud trajo tristeza a mi vida, incluso hizo que hasta dejara de servirle al Señor. Luego de mucho tiempo me topé con este pasaje bíblico. En los tiempos de Jesús también había problemas entre quienes creían tener la santidad y quiénes no. ¿Habrá venido Jesús al mundo a buscar un grupo o sector? ¿Vendría a pasarla bien con quienes le servían o entendían que lo hacían bien? ¿Es legítimo que si la gente no le sirve al Señor siga sin servirle porque no va a la Iglesia? Hermanos y Hermanas, Jesús se sentó con publicano, recogedores de impuestos, y pecadores. Ambos, vistos de forma despectiva, uno porque cobraba y en ocasiones lo hacía con intereses y otro porque era pecador. Jesús buscó y se sentó con los marginados, con quienes eran visto como "cosas", en la sociedad. Si es que alguien considera que no debes ir a la iglesia, que no debes buscar al Señor porque no te lo mereces, permíteme decirte las dos cositas que Jesús le dijo a los fariseos y escribas:
"Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos". "No he venido a llamar a justos, sino a pecadores" ¿Quién te señala, te discrimina, te margina? Jesús te dice: "yo te llamo". No olvides que quienes tenían necesidad fue con quienes Jesús se sentó. ¡Déjale sentarse a tu lado! Oremos: Señor y Dios. Gracias porque cuando era nadie ante mis propios ojos me hiciste ver que en la iglesia quienes están te buscan porque somos imperfectos. Te amo por tu amor y misericordia. Gracias por llamarme y llamarnos, aunque no lo mereciéramos. En el nombre de Jesús, amén.
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AutorPastor José Báez Báez Categorías
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September 2017
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