Ser Creyente hoy

Juan 20.25-29

En cada época hay crisis que amenazan la fe. Cada época, escribió K. Rahner- tiene su propia tarea en la presencia de  Dios. ¿Cuál será la nuestra? La tarea del mundo de hoy es creer, afirma Juan M. Velasco. Ya el asunto no es esta o aquella creencia, o de este o aquel artículo de fe, sino la fe misma. De la posibilidad de creer, de la capacidad del ser humano de entregarse totalmente a una única, convicción. ¿Qué conversiones estamos teniendo? ¿Cuán fácil se le hace dejar lo que confesó como su única esperanza? Todo esto constituye: "una amenaza, un desafío, un riesgo para la fe y para la misma capacidad humana de creer. La fe de hoy se caracteriza por ser una fe puesta en peligro"[1]. El riesgo y el peligro solo se han acentuado cada año. Hasta hace un tiempo las discusiones giraban en cuanto al contenido de la fe, pero no sobre la posibilidad de la fe o la necesidad de la fe. La fe ya no es problema en muchos lugares, no porque sea aceptada, sino porque es ignorada.



[1] Cita Juan M. Velasco (resumido en Selecciones de Teología 2[1963], p.256). 

¿Cómo hablarles de fe a nuestros niños, jóvenes, incluso, adultos? Sin la señal de los clavos no creo que sea posible. Me he topado con muchos jóvenes y ya no se creen las cosas como cuando nosotros/nosotras nos convertimos. Ahora, los jóvenes, dicen: "si no me vives lo que dices no creo lo que crees". Así que no digamos "al Señor hemos visto", porque habrá un Tomas que dirá: "si no viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi mano en el costado, no creeré". Este es el desafío de hoy. Le podremos responder como Jesús le respondió: "Pon aquí tu dedo, mira mis manos...", "se creyente".

"Porque me has visto, Tomás, creíste; Bienaventurados los que no vieron, y creyeron".

¿Podremos enseñar las manos en la iglesia? ¿Nos podrán mirar? ¿Tendremos las marcas de Jesús?

Oremos: Señor y Dios. A ti nos acercamos con fe y esperanza. Que en este tiempo seamos acción y palabra. Ayúdanos a vivir y proclamar vida para otros y otras. En fe camino y quiero seguir viviendo. En tu nombre, amén.