"un ca-fe
con dios"
Rvdo. José L. Báez báez
En medio de tanta sequía o ausencia de agua provoca una crisis en las comunidades. El agua, como líquido vital, está faltando. Es por ello que debemos ser responsables a la hora de utilizar el agua en nuestros hogares o en los diversos escenarios en los que nos encontremos. Esa sequía en el AT era considerada "una señal de desagrado a Dios". Por ejemplo, Deuteronomio 11.17, se plantea los siguiente, "no sea que se encienda el furor de Jehová sobre vosotros, cierre los cielos y no haya lluvia, ni la tierra dé su fruto, y perezcáis bien pronto en esa buena tierra que os da Jehová". Esto es devastador para las comunidades agrarias. Esto provocaba que se tuviera que vivir de los recursos del subsuelo, es decir, las reservas subterráneas.
En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: —Si alguien tiene sed, venga a mí y beba. 38 El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior brotarán ríos de agua viva. Juan 7.37-38. También la vida espiritual puede pasar por sequías. Las sequías en la vida nuestra son experimentadas a causa del pecado. Vivir una vida que no agrada a Dios nos puede llevar a una sequía espiritual. Jesús ha dicho: "el que venga a mí y beba". Se da cuenta que tenemos una fuente inagotable. Tenemos una fuente poderosa, pero con un requisito, "el que cree en mí", que permite una de las bendiciones más refrescantes para la vida, "de su interior broten ríos de agua viva". En este tiempo de sequía, por falta de lluvia, ¿habrá sequía a causa del pecado? Lo que Jesús te ofrece es refrescar tu sed. En Juan 4.13-14 "Jesús le contestó: Cualquiera que beba de esta agua volverá a tener sed; pero el que beba del agua que yo le daré no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna. Oremos: Dios de la vida y dueño de toda naturaleza. Dios de los cielos y Creador de las nubes te imploramos que no desampares a tu pueblo. Sé que lo que estamos viviendo es a causa de nuestras propias manos. Hemos abusado de la naturaleza, hemos contaminado, hemos gastado todo, como si no tuviese fin, hemos malgastado el agua, hemos cortado los árboles, hemos secado las quebradas para colocar nuestras casas, hemos canalizado los ríos libres, hemos construido criminalmente, hemos sido irresponsables con nuestra manera de vivir. Dios tú eres fuente de vida que suple toda necesidad. Ante ti estamos. Nuestra sed espiritual ya ha sido saciada porque te hemos creído. Nuestra fe y confianza reverdece en ti, fuente de vida eterna. Tu rocío anuncia misericordia y la sequía nos revela lo frágiles que somos. Confío en tu misericordia. En este tiempo de sequía no permitas que se pierda la paz en los hogares y no permitas que perdamos la cordura. En el nombre de Jesús, fuente de agua eterna, amén.
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AutorPastor José Báez Báez Categorías
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September 2017
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