"un ca-fe
con dios"
Rvdo. José L. Báez báez
“La noche está avanzada y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas y vistámonos las armas de la luz. 13 Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías y borracheras, no en lujurias y libertinaje, no en contiendas y envidia. 14 Al contrario, vestíos del Señor Jesucristo y no satisfagáis los deseos de la carne”, Romanos 13.12-14 El miedo paraliza y nuestro temor más grande es no tener a Dios. Sería muy triste que después de un largo caminar con Dios perdamos la esperanza y seamos de los que aceptan las tinieblas y no la luz. Podemos considerar qué nos sigue deteniendo delante del Señor. ¿Acaso estamos avanzando o estamos estancados? Hay amistades pasadas y antiguas que solo buscan los beneficios que puedan recibir de ti. Muchas veces son amigos hasta ese punto. Quiero decir que son solo amigos por relación y no por amistad. Sus agendas no son cónsonas con la nueva manera en que queremos vivir en Cristo. A ellos les encanta que andemos y actuemos como ellos pero no son capaces de estar contigo en medio de tu proceso de recuperación. Cuando queremos cambiar nos dan la espalda. Prefieren amigos en crisis que amigos que busquen una nueva manera de vivir. No puede ser más fuerte el llamado de la antigua manera de vivir que la voz de Jesucristo. El Dios que te llama solo espera que te arrojes en toda confianza en su Camino porque nunca te dará la espalda. Con la ayuda de Dios podemos alcanzar nuestra victoria. En este pasaje bíblico se vierte la guerra entre las obras de la carne y el fruto del Espíritu. Hay detrás de este texto un llamado al dominio de uno mismo. El término “dominio de sí mismo” es (enkrateia). Su significado es amplio. Aquí el apóstol Pablo señala el ámbito sexual desde las obras de la carne. Es para el apóstol (porneia) que significa “impureza” y se opone al dominio de sí mismo y es el mismo término del que se deriva pornografía. Es por eso que (porneia) es todo acto carnal y sexual. La idea que está detrás del texto es la manera en que nos vendemos. Es ahí donde prostituimos nuestros cuerpos. Eso ocurre porque hay un desorden sexual. Por lo tanto, el apóstol nos señala dos maneras de vivir en nuestros cuerpos: esclavizados por las obras de la carne o desde las vestiduras de las armas de la luz. La experiencia nueva del ser humano brota del Kerigma. Revestirnos de Cristo es nuestra inmediata acción contra las obras de la carne. Esa nueva manera de ver la vida nos acerca a la luz y no a las tinieblas. Hay quienes interpretan de manera incorrecta “todo me es lícito...” y ello con el fin de justificar sus impurezas. En Cristo no hay razones para vender nuestros cuerpos al pecado porque somos de Cristo. Ya no somos dueños de nosotros mismos. No se puede disponer de lo que no es nuestro. Ver 1 Corintios 6.15,19. Tu vida y cuerpo no es para el placer mundano sino para el Señor. Así que es trascendental hacer de Cristo nuestro dominio. Si Cristo domina todo mi ser ya no funciono para un fin propio sino para Cristo. El dominio sobre nuestro cuerpo es posible en la sujeción a Cristo. Eso provocará que nuestra vida y cuerpo genéticamente sea de Cristo. Esa es la razón por la que vendiendo mi cuerpo al pecado prostituyo a Cristo y hago sacrilegio porque hago violencia. El resultado es que abusar del cuerpo es profanar el templo de Dios. Quien destruye el templo de Dios se atiene a las consecuencias del juicio de Dios. Cometer ese tipo de impureza provoca tristeza al Espíritu Santo. Le pertenecemos al Señor y nuestra vida toda es de él. Ser libre no es vivir en libertinaje. Nos afirmamos en revestirnos de Jesucristo y entregarnos a él. Todo lo que eres es para la gloria de Dios. Cuando vivimos en obediencia honramos a Dios. La manera de vivir que nos exige Dios es la que se vive en Cristo. Cualquier otra manera de vivir está llena de nuestros propios conceptos y justificaciones. ¿Qué estilo de vida prefieres? "y si vivimos para él vivimos y si morimos para él morimos" Oremos; Dios y Padre nuestro. Tú eres nuestra luz y nuestro guía. No permitas que nos desenfrenemos en la manera de vivir tu Palabra. Guía nuestros procesos y pasos. Perdonamos por nuestros pecados “obras de la carne” y que fluya en nuestras vidas el “fruto de tu Espíritu”. No nos dejes caer en tentación y líbranos del mal. Afirmamos que nuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo y no queremos con nuestros actos destruirlo. Que nuestra manera de vivir permita que algún día resucitemos en tu gloria. En el nombre de Jesús, amén.
1 Comment
Óscar Edgardo
16/5/2023 08:01:17 am
Es de edificación cada contenido bíblico y la explicación,Dios bendiga vuestro ministerio...
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September 2017
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