"un ca-fe
con dios"
Rvdo. José L. Báez báez
La espiritualidad cristiana tiene muchos aspectos, pero uno de ellos es la reconciliación. Pablo entendió a Jesús de modo que Dios a través de él, "nos dio el ministerio de la reconciliación", 2 Corintio 5,18. Es por ello que la reconciliación en la vida del creyente no es una palabra meramente importante sino un reclamo porque "no tomó en cuenta nuestro pecado y nos entregó la palabra de la reconciliación", 2 Corintios 5,19. La reconciliación es "nuestro modelo de existencia", Anselm Grün. Lo que sí deben saber es que para reconciliarnos con otros/otras debemos reconciliarnos con nosotros mismos y con Dios. Para nosotros el símbolo de la reconciliación es la cruz. Es la expresión más poderosa de lo vertical y horizontal. Destaca una reconciliación entre: "Cielo y Tierra, Dios y la persona, el consciente y el inconsciente, el hombre y la mujer". Para Pablo Cristo reconcilió los opuestos en este mundo desde la cruz. Su amor reconciliador se expresó en sus brazos abiertos. Esa apertura de brazos en la cruz es para abrazar a todo el cosmos.
¿Hace cuánto vives con corajes y molestias? ¿Cuánto tiempo más viviendo en amarguras con el vecino, con el compañero de trabajo, con tu mamá, con tu papá, incluso con tu hermano/hermana de sangre? No dejes que la oportunidad de disfrutar tu vida se pierda por nimiedades. ¿Por qué seguir distantes? Date la oportunidad de reconciliar con tu lenguaje, con tus acciones, con tu vida. Más allá de juzgar, es vital que evalúes para presentar respeto. No entres en el juego de la frialdad donde solo inicias un caminar de soledad, de desprecio y marginación contigo mismo. ¿No le hablas a tus suegros, a tus padres, a tus vecinos, a tu cuñado, a tu compañero? Deja atrás tus rencores y aduéñate de la reconciliación antes que ellos/ellas. Verifica si cuando hablas creas círculos de personas o simplemente te vas quedando solo o sola. Verifica si la gente quiere hablar contigo o te evade. No olvides que la cruz es el símbolo de la reconciliación. Es por la reconciliación que amamos a "nuestros enemigos", Mt 4.44. Ante una sociedad que ha creado una red de amistades para saber de sus vida, pero no de su amistad sería importante afirmar la reconciliación. Jesús vino al mundo para enfrentar sus conflictos y mostrarte que todo es posible si puedes creer y que si no tomó en cuenta tu pecado por qué considerar lo han hecho los demás. No sigas enojado y molesto. Un día la gente no estará y créeme que no habrá tiempo para reconciliarte. Llama a alguien hoy y arriésgate a transitar por las sendas de la reconciliación. El amor verdadero hace vulnerable a los fuertes. El verdadero amor reconciliador se da desde la cruz. "Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen" Lc 23,34. Piensa en alguien que no le hablas, que no le miras, que no le saludas y pídele a Dios para que puedas hacer lo que Jesús hizo por ti. Reconciliarte con Dios cuando no te lo merecías. Oremos: Tu amor es incalculable, Señor. Tus brazos abiertos en la cruz no se sostuvieron por los clavos sino por el amor que nos tienes. Ese amor plasmado desde la cruz reconcilió al mundo con Dios y con todas las cosas. Hoy permite que muchos/muchas alcancen el abrazo de tu reconciliación. Ningunos merecíamos la salvación y nuestro pecado nos alejó de Dios, pero tu amor fue por encima de toda obra humana y despertó la pasión por la reconciliación inmerecida. Dios de la reconciliación que nadie siga distante, enemistados, con corajes, con resentimientos, porque jamás ha entendido el valor de la cruz. Permite que nos afirmemos en tu amor para abrazar a quienes no somos capaz ce amar. En tu nombre, amén. Grun, Anselm. Espiritualidad, para que mi vida tenga sentido. Buenos Aires, Argentina: Agape Libros, Guadalupe, San Pablo, Lumen y Bonum, 2011.
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AutorPastor José Báez Báez Categorías
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September 2017
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