"un ca-fe
con dios"
Rvdo. José L. Báez báez
Génesis 21.14-20
Agar es despedida una vez más por Abraham, pero con su hijo. Ella se marchó y vagó por el desierto y cuando se le acabó el agua, colocó al niño debajo de unas matas y se apartó para no verlo morir, mientras este lloraba. Dios no la deja y por segunda vez, le escucha y le pregunta: ¿Qué te pasa? Esta es la pregunta que quiero hacerte hoy. En medio de tu aflicción, ¿qué te pasa? Las preguntas de Dios traen promesas y paz. El ángel le dijo: "levántate, y toma al niño y estate tranquila". Es meritorio entender que solo Dios puede atender tu aflicción y darte palabra de paz. Solo Dios abre los ojos para que, como Agar, puedas divisar el pozo de agua. El pozo de esperanza y vida. En el desierto amenazan las carencias, sobre todo la de agua. Es un lugar de muerte y soledad, pero siempre Dios tiene un pozo escondido. Pero sólo la acción de Dios de abrir los ojos de Agar hace posible descubrirlo. Dios es el Dios que mira y escucha el clamor de todos los/las que hoy gritan en las periferias/ en los desiertos y descampados de nuestro mundo. Dios es el Dios que sale al encuentro de nuestras huidas y nos acompaña en nuestros desiertos; y por los lugares, situaciones y personas que , bajo apariencia de muerte, siguen escondiendo en lo más hondo de sus vidas rotas y maltratadas, un hilo de vida. Es necesario dejarnos tocar por las manos que curan cegueras, iluminan caminos, enseñan a mirar, pero sobre todo quitar nuestros (auriculares) que solo nos permiten escuchar nuestros pequeños problemas. La crisis de Agar fue escuchada y la tuya, la mía y la de nuestro pueblo también será escuchada y Dios nos mostrará dónde está el pozo para salir adelante. Les exhorto a no echarse a morir en su crisis, sino a gemir, con gemir indecible, ante el Dios que escucha la aflicción. YO sé que para ti hay un pozo por descubrir, pero solo será descubierto por Dios quien te mostrará el lugar en que más que un pozo será vida. No temas porque Dios escucha... Oremos: Dios, en ocasiones perdemos la fe y la esperanza porque el desierto en el que estamos parece que no hay pozos. Yo sé que nuestra desesperación no permite que veamos el pozo, aunque este esté cerca. También reconozco que para ver el pozo tengo que escuchar tu voz que me indica el lugar exacto. Nuestra aflicción no es más grande que tu amor. No te tardes Señor y responde a la voz de nuestras súplicas. Ciertamente necesitamos tu dirección, pero nuestras miradas en ocasiones no están correctas. Guíanos en todo tiempo y fortalécenos en medio del desierto no sea que nos echemos a morir y ni siquiera clamemos. Estamos confiados que las aflicciones nuestras y las de nuestra nación están en tus manos. Que nuestra fortaleza se esperar que nos muestres el pozo porque estamos dispuestos a levantarnos y levantar nuestros hijos, como Agar levantó al suyo. Lo haremos porque sabemos que en ti hay palabra de vida. En tu nombre, amén.
0 Comments
Leave a Reply. |
AutorPastor José Báez Báez Categorías
All
Archivos
September 2017
|