"un ca-fe
con dios"
Rvdo. José L. Báez báez
Mateo 24.35 “El Cielo y la Tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán” La Doctrina de la fe o la palabra de Dios se encuentran concretamente en la Sagrada Escritura, leída y transmitida en y por la Comunidad eclesial. Quisiera aclarar algo en cuanto a aquellos, que por una temeridad impía, se atreven a cuestionar cualquier punto de la fe cristiana por no poder comprenderla, y juzgan por un orgullo insensato, que lo que no pueden comprender es imposible, en lugar de confesar, con humilde sabiduría, que pueden existir cosas que son incomprensibles[1]. Esa incomprensión nos lleva a buscar a través de la razón cómo es nuestra fe. Si podemos comprender la fe, damos gracias a Dios, pero sino no levante la cabeza para combatirla desde la incomprensión, sino bájela y adore. La sabiduría humana puede chocar. Quienes toman la auto-suficiencia, ignorando, que si alguno no piensa saber algo, ignora todavía como debe saber, pues antes que la fe le ponga alas ellos entran volando a la incertidumbre de la cual no quieren saber. Como está escrito: “sino creen no comprenderán” (Isaías 7,9). Caen forzosamente, por falta de entendimiento, en una multitud de errores. No comprenden lo que ven, ni entienden lo que creen, pero discuten la verdad de la fe. ¿Es que los murciélagos vuelan de día? El corazón se purifica por la fe, iluminar los ojos por la práctica halla humildad en el testimonio del Señor (Sal. 18,8). Es ello la razón por lo que el Señor dijo: “Te doy gracias, Padre… porque revelaste estas cosas a los pequeños…” (Mateo 11.25).Cuando se cree se comprende y quien comprende experimenta. Es la experiencia la llave de comprensión. Si la comprensión de la fe es imposible al espíritu comprender las verdades profundas y también desaparezcan la inteligencia y se pierda la fe misma. Los cristianos afirmamos que Dios se revela a través de la Escritura (AT y NT). Esa autoridad es nuestro fundamento y nuestra teología se fundamenta en la Biblia.
La Biblia fue creada para hablarse en voz alta y no por pedacitos, sino para obedecerla. La Palabra de Dios no solo provee información sino que provee la formación que Dios quiere que tengamos como individuos. Para conocer a Dios es necesario que Dios se revele. 1. La Palabra de Dios es acción creadora En la Biblia la Palabra de Dios es mucho más que la comunicación de Dios. Una palabra es una simple expresión mediante la cual las ideas de nuestra mente las pasan a otras mentes. Si digo caballo quien escucha piensa en un caballo. Sin embargo la Palabra de Dios es mas que un simple conocimiento es creadora. Cuando Dios habla lo que Dios habla salta a la existencia. (y dijo Dios, sea la luz y fue la luz… Génesis). Esa acción creadora de la Palabra de Dios es la que me promete que es palabra de Dios “no volverá a mi vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en todo aquello que la envíe” (Is. 55:11). Es decir que Dios quiere transformar nuestra realidad. Cuando escuchamos verdaderamente la Palabra de Dios, no solamente aprendemos algo, sino que también venimos a ser algo nuevo[2]. El evangelista, Juan, considera que esa Palabra es Dios mismo. Es decir que afirmamos que la Biblia es Palabra de Dios, pero no es Dios. Es el instrumento que Dios emplea para hablarnos y transformarnos. No olvide que la Palabra de Dios no solo dice, sino que hace. Lo que hace que la Biblia sea Palabra de Dios no es el papel y la tinta, sino el Espíritu Santo de Dios, que hace que en la Biblia nos encontremos con Dios. Cuando digo que la Biblia no es Dios es afirmando lo que dice el teólogo (Karl Barth), una Biblia cerrada no actúa ni habla. Si alguien le da con la Biblia en la cabeza no le ha dado un palabrazo, pero tampoco quien quema una Biblia ha quemado la Palabra de Dios. La Biblia es Palabra de Dios porque mediante la acción del Espíritu Santo nos lleva a Jesucristo. Es decir que nos va transformando y renovando hasta el conocimiento pleno (Col. 3.10).
Es decir que esta Palabra ante todo es Jesucristo, quien se hace presente en la Iglesia por medio del Espíritu Santo. Hay una enorme distancia entre la palabra humana y la Palabra de Dios. Nuestras palabras, por mucho que Dios las use, siguen siendo humanas, y no pretendemos que sean Palabra de Dios. Eso si, con errores, defectos y anomalías, la Palabra de Dios proclamada desde la voz humana, por la gracia, Dios la utiliza para su obra creadora y formativa. Esa acción de formación se consuma en la mesa. Los cultos siempre han tenido dos partes; la parte de la mesa y la parte de la Palabra. Es útil, provechosa o beneficiosa porque la Inspira Dios sirve para:
[1] Clodovis, Boff: Teoría del Método Teológico (México: Dabar, 2001), 31-32. [2] Justo L. González y Zaida Maldonado Pérez, Introducción a la Teología Cristiana (Nashville:Abingdon Press, 2003), 44.
1 Comment
MARIA ORTEGA
19/8/2012 07:40:25 am
Cada dia me gusta saber mas de la palabra. Desde que acepte al SENOR como mi unico salvador me han sucedido cosas maravillosas. Todavia me disfruto el momento de mi baustimo. Porque fue algo y sigue siendo maravilloso. A nuestro pastor que DIOS lo siga bendiciendo. Para que junto a la Hna Lilliam nos sigan ensenando sobre el DIOS vivo en el que creemos y ALABAMOS.
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AutorPastor José Báez Báez Categorías
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