"un ca-fe
con dios"
Rvdo. José L. Báez báez
Juan 1.35-42 Dos discípulos, orientados por el Bautista, se ponen a seguir a Jesús. Iban tras Jesús en silencio. No había un verdadero contacto. ¿Qué buscáis? ¿Qué esperáis de mi? Ellos preguntan: Rabí, ¿Dónde vives? ¿Cuál es el secreto de tu vida?, ¿desde dónde vives tu?, ¿Qué es para ti vivir? Jesús les contesta: (venid y lo veréis). Vengan, vivan la experiencia, no le pregunten a nadie. Venid a convivir conmigo. Si vienen conmigo, descubrirán quien soy y como puedo transformar sus vidas.
Este pequeño diálogo arroga luz sobre la vida del creyente. Refleja lo esencial de la fe cristiana que muchas palabras complicadas. En definitiva, ¿qué es lo decisivo para ser cristiano? En primer lugar, buscar. Cuando uno no busca nada en la vida y se conforma con "ir tirando" o ser "un vividor", no es posible encontrarse con Jesús. La mejor manera de no entender nada sobre la fe cristiana es no tener interés por vivir de manera acertada. NO buscamos algo, buscamos a alguien. Si un día sentimos que la persona de Jesús, nos toca, déjese tocar, sin resistencia ni reservas. Hay que dejar convicciones y dudas, doctrinas y esquemas, todo queda a un lado cuando Jesús llega. No nos pide que seamos más religiosos, ni más conocedores, ni más piadoso, sino que le sigamos. No se trata de conocer cosas sobre Jesús sino de sintonizar con él, interiorizar sus actitudes fundamentales y experimentar que su persona nos hace bien, reviva nuestro espíritu y nos infunde fuerza y esperanza para vivir. Esto nos lleva a darnos cuenta de lo mal que le entendíamos. Lo decisivo para ser cristiano es tratar de vivir como vivía él, aunque sea de manera pobre y sencilla. Creer en lo que él creyó, darle importancia a lo que le daba importancia, interesarse por lo que él se interesó. Mirar la vida como la miraba él, tratar las personas como las trataba él las trataba: escuchar, acoger y acompañar como lo hacía él. Confiar en Dios como él confiaba, orar como él oraba, contagiar esperanza como la contagiaba él. Aprender a vivir (Interés) El evangelista Juan ha puesto interés especial en indicar a sus lectores cómo se inició el pequeño grupo de seguidores de Jesús. Juan el Bautista pasa se fija en Jesús y les dice a los discípulos que lo acompañan: "Este es el cordero de Dios". Si entendieron no es imposible de expresarlo, pero sí comenzaron a seguirle. Lo interesante es el espacio en que siguen a Jesús en silencio. No hay contacto con él. Es un tiempo de silencio. Sígale porque aunque no diga nada un día tocará tu vida. Siguieron a un desconocido, no saben ni porqué ni para qué. Jesús rompe el silencio con una pregunta: ¿Qué buscáis? ¿Quieren orientar sus vidas en la dirección que llevo yo? Los discípulos no buscaban doctrina, solo buscaban una nueva manera de vivir. Quieren vivir como él. Maestro, ¿Dónde vives? Es el gran secreto. Jesús les responde: "venid y lo veréis". Es la voz de la orientación, de la dirección, etc. Jesús dirige la vida de aquellos que le siguen. Jesús orienta, es decir, muestra camino. Este es el paso que debemos dar hoy para inaugurar una fase nueva en la historia como creyentes. Muchos viven diciendo que son cristianos pero no ha experimentado un verdadero contacto con Jesús. Ignoran su proyecto porque no quieren vivir con lo que ven cuando ven lo que es. No aprenden nada especial de él. En las iglesias no se invita a la gente a "venir y ver". No llegan nuevos creyentes porque nuestra palabra no resulta ni atractiva ni creíble. No podemos confundir el rol de la palabra de Jesús con las mediaciones de las nuestras. El cristianismo le interesa, cada vez menos a la gente. Hay que acudir al evangelio para aprender el estilo de Jesús. Jesús es más atractivo que todo lo que yo pueda decir. Si quieres seguir a Jesús debes proponerte vivir diferente. ¿Qué buscamos en Jesús? Jesús pasaba, así comenzó esto. No se sabe de dónde viene y a donde va. Solo pasa. No se detiene donde está el bautista, sino que sigue. Pasa más allá del desierto y por eso Juan declara que "Este es el Cordero de Dios". Jesús viene de Dios. No con poder y gloria, sino como un cordero indefenso e inerme. No se impuso por la fuerza, a nadie fuerza a creerle. Para seguir a Jesús no es suficiente lo que pueda decir la gente, lo que pueda decir un líder, sino lo que puedas experimentar tú. Es necesaria una experiencia personal. Jesús se vuelve y les pregunta: ¿Qué buscáis? Estas son las primeras palabras de Jesús a quienes lo siguen. NO se puede seguir tras sus pasos de cualquier manera. El seguir a Jesús provoca la pregunta: ¿Dónde vives? El problema es que buscamos a Jesús donde no vive. Muchos viven perdidos en los laberintos de la vida, sin caminos y sin orientación. Seguir a Jesús implica vivir diferente, más sana, más dignamente. Jesús abre nuevos horizontes a nuestras vidas. Enseña a vivir desde un Dios que quiere para nosotros lo mejor. Poco a poco nos va liberando de engaños, miedos y egoísmos que nos están bloqueando. Quien se pone en camino tras él comienza a recuperar la alegría y la sensibilidad hacia los que sufren. Empieza a vivir con más verdad y generosidad, con más sentido y esperanza. Oremos: Ayudanos Señor a encontrarte cada día, ayudanos señor a seguirte nos hables o no nos hables. Estamos esperanzados en que nos mires y nos lleves donde tú estas. En tu nombre, Amén. Comentario general de: El evangelio de Juan (Francis Moloney); El camino abierto por Jesús, José A. Pagola.
1 Comment
NATANAEL TORRES SAUCEDO
14/6/2014 10:41:13 am
saludos y bendiciones de parte del todo poderoso,les pido el favor de enviarme información y materiales bíblicos.
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AutorPastor José Báez Báez Categorías
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