"un ca-fe
con dios"
Rvdo. José L. Báez báez
Romanos 12.1 "Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios,..." Pensar en Dios y mirar nuestra conducta es estar perturbado constantemente. El teólogo K. Barth lo dice, pero haciendo la pregunta, ¿Qué otra cosa puede significar sino la gran perturbación que el pensar en Dios mismo supone para toda conducta humana, perturbación en la que concluirá sin acuerdo toda conversación sobre Dios ya que sería una conversación mantenida por personas carentes de discernimiento que pierden de vista el asunto? Es un asunto ético. Es la vida en cuanto se debe vivir, que se vive minuto a minuto. Vivir es lo que hace que haya una conversación. Ya que Dios mismo garantiza esa conversación, no con una cosa, sino contigo y conmigo que revela la insondable relación divina, porque es divina, en la que nos encontramos como seres humanos. Es ese el ruego: "os ruego por las misericordias de Dios...".
En el movido y tenso ser, tener y actuar del ser humano en el mundo nacen estos conceptos y fórmulas divorciados de lo humano y del mundo. No entender, es desligarlos. Dice K. Barth que si queremos entender Romanos, debemos leer hasta los periódicos. Porque el pensamiento, si es auténtico, es una reflexión sobre la vida, y por lo tanto, y a la par, sobre Dios. Cuando miramos la vida, recorremos, caminos enredados, vagabundeamos por lejanías inauditas, porque vivimos. Es por ello que el pensamiento debe estar a la altura de la vida. Porque ésta en modo alguno es sencilla, directa, unívoca. En esa sencillez no vemos la crisis, ni lo concreto, ni la conexión y ahí el pensamiento cumple cuando pregunta. Las preguntas acerca de cada crisis, realidad, nos acercan a la vida. Es un fomentar la reflexión sobre el sentido de la vida, y conferirle significado. Si todo fuera color de rosa, como comúnmente hablamos en Puerto Rico, hemos dejado de lado vivir, es decir, la crisis en la que esta vida se encuentra. Así, este mover, este vivir es pensar. Pensar, doctrinalmente, es sencillo, pues la gente cree saber lo que no sabe. Un pensamiento auténtico no puede ser rectilíneo. Está lleno de preguntas, que hacen posible las funciones. No olvide que la conversación sobre Dios tiene lugar no por la conversación, sino por Dios. Cuando hablamos con Dios lo que nos perturba es lo que hacemos. Ahí nace el "os ruego, os exhorto", que permite el "dejaos interrumpir los que comparten pensamientos, peregrinaje y adoración. Dejarnos interrumpir para que nuestro pensamiento sea un pensamiento de Dios. Dejarnos interrumpir para que nuestro diálogo, con Dios, siga siendo diálogo. Dejarnos interrumpir en nuestro conocimiento de Dios para que el conocimiento sea lo que significa: la perturbación e interrupción grande y saludable que Dios prepara en Cristo al ser humano para llamarlo al hogar que es la paz de su reino. ¿Cómo podemos vivir? ¿Qué debemos hacer? Dirigir nuestra mirada de continuo a aquel punto invisible, a aquella luz a la que nadie ha podido acceder. Las preguntas salen de quien las plantea, Jesús, hay que vivir porque la misericordia nos ha salido al encuentro. Cuando el apóstol, exhorta, no solo es invitación, sino hacer valer la gracia, el amor, etc. Es posible exhortar desde las filas farisaicas, de los publicanos, de los idólatras, de los opresores, de los que creen que tienen poder, desde el que no tiene discernimiento, entre oveja y carnero. No es posible la exhortación desde la predisposición, desde el que lo controla todo. La exhortación sólo es posible allí donde el derecho del ser humano se basa en que él no tiene derecho, es decir, solo "en las misericordias de Dios", según K. Barth. Continuaremos con la próxima parte "presentar vuestros cuerpos en sacrificio, vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional". Oremos: Señor y Dios, tu presencia nos perturba, pues humanamente, sabemos, que no somos dignos/dignas delante de ti. Gracias por tu amor y tu constante misericordia. En el nombre de Jesús, Amén. Estamos comentando y citando a K. Barth y su análisis sobre Romanos 12.1-2. Barth, Karl. Carta a los Romanos. Segunda impresión. Madrid, España: Biblioteca de autores cristianos, 2002.
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AutorPastor José Báez Báez Categorías
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September 2017
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