"un ca-fe
con dios"
Rvdo. José L. Báez báez
Mateo 20.29-34 El ojo de Dios, muchas veces mal interpretado, mal juzgado, es el ojo de Dios. El AT es visto como el texto que nos narra un Dios fiscalizador, vigilante e incluso implacable. Sin embargo, sería un aliciente que pudiéramos ver con nuestros propios ojos la bondad del Dios. El salmista decía de dichos ojos: "Los ojos del Señor están puesto en sus fieles, en los que esperan en su misericordia, para librar sus vidas de la muerte y reanimarlos". (Salmo 33.18). El profeta Ezequiel dice: "Mi ojo tuvo piedad de ellos" (Ez 20.17). Es por ello que podemos pedir a Jesús, como aquellos dos ciegos, "ten misericordia de nosotros". Ante nuestro clamor Jesús se detiene. No dudes que cuando clamamos, Jesús se habrá de detener para hablar contigo. En su detenerse Jesús te pregunta hoy: ¿Qué quieres que te haga? Esa pregunta plasma que el ojo de Dios está puesto sobre los que se acercan a él. Atrévete a decirle a Jesús que se detenga. No dejes de decirle que abra tus ojos. Que te de ojos para soñar, vivir, caminar, enfrentar, descubrir, ayudar, etc. Que nuestros ojos sean abiertos para seguirle por el camino y avanzar al horizonte en la eternidad. NO importa quién te diga que te calles, que no le grites, que no le llames, yo te exhorto a que grites más alto para que tu clamor detenga a Jesús y cuando se voltee "te toque" para que avances en tu caminar. No olvides que sobre ti el Señor fijó sus ojos. Oremos: Jesús que mira con misericordia y bondad. A ti que vez nuestras vidas y acudes a nuestra necesidad. A ti voy para que abras mis ojos y no olvide jamás que debo seguir caminando con los demás. En tu nombre, amén.
0 Comments
Leave a Reply. |
AutorPastor José Báez Báez Categorías
All
Archivos
September 2017
|