No pierdas el aliento

"Pondré en ti mi aliento de vida, y volverás a vivir. Y te estableceré en tu propia tierra. Entonces sabrás que yo, el Señor, lo he dicho y lo cumpliré. Lo afirma el Señor". Ezequiel 37.14

Perder el aliento no es una alternativa. Quien lo pierde ha muerto a todo tipo de esperanza de vida. Dios mismo a través del profeta mayor, Ezequiel ha esperanzado al pueblo con palabra de vida. Dios pone en ti su aliento de vida para que vuelvas a vivir. Muchas personas salen de nuestro país porque hay una crisis económica muy grande y no hay trabajo. Sus circunstancias aluden a "sequedad y desesperanza". Han muerto a toda alternativa. No salgas corriendo porque Dios desde su palabra nos desafía a quedarnos diciendo: "y te estableceré en tu propia tierra". Por seca que parezca la realidad de tu vida y la del pueblo mismo Dios te establece, te vuelve a dar vida. No se trata de tener piel, tendones, carne, porque el profeta vio que aunque tenían todo no tenían vida. Dios hará soplar de los cuatro vientos sobre tu vida y hará que lo que está muerto cobre vida. Así sabrás que él es Dios.

Oremos: Dios que tu mano esté sobre nosotros para que podamos ver en un valle de huesos la vida misma. Afirma tu poder en medio de nuestra sociedad que está como ejercito sin vida, seco y sin esperanza. Necesitamos tu mano. Dios yo sé que establecerás en nuestras vidas y en nuestra Isla la vida. Veremos, no el valle de huesos seco sino la tierra que has restablecido. En tu nombre, amén.