"un ca-fe
con dios"
Rvdo. José L. Báez báez
Leer el texto Romanos 3.9-20 Todos estamos bajo el pecado. El juzgar de Dios no se sostiene solo en la Ley. La comparación provoca que algunos se enojen o se vuelvan hostiles. No comparen a nadie con nadie. Todos somos humanos y bajo el mismo cielo, el mismo sol y la misma luna. En este capítulo, el apóstol Pablo, descarta que haya alguien mejor que otro. Es por ello que “no hay” (ouk estin). “No hay” es una expresión en este tiempo que nos suena a crisis. Cuando “no hay” pensamos en muchas cosas, como dinero, comida, vestido, etc. Sin embargo, Pablo, habla de “no haber justo” y lanza la lista del formato en que el pecado es universal. Todas las acciones que Pablo señala son humanas. NO hay uno solo que haga lo bueno, Pablo cita “no hay un solo justo” (dikaios). Es decir, todos somos responsables ante Dios. El problema está en la esclavitud que provoca el pecado en el ser humano. Por años se lleva enseñando que fumar hace daño, pero siempre se inician algunos en ese estilo de vida. Si el problema de la humanidad fuera la ignorancia, entonces se les puede enseñar, pero sigue la ignorancia. Lo que plantea Pablo es que no se trata de las soluciones. Sabemos que si no fumas no afectarás tus pulmones como quien fuma. Por lo tanto, no es que no se afecten los pulmones sino el ambiente en el que nos encontramos. Estamos vulnerables al pecado. No podemos liberarnos por nosotros mismos del pecado. Es por ello que Dios no nos envió un político, gran tristeza para nosotros, ni un libertador, ni un economista, sino un Salvador para nuestros pecados. Educarnos es esencial en este mundo pero no es el fin del problema. Si así fuera no deberíamos estar repitiendo lo que dice en Romanos 3.9-20. Por más marxista que pretenda ser una sociedad el “el deseo, la ambición, etc,”, está en la naturaleza del ser humano. Es porque la condición humana no tiene soluciones política sino divina. En Dios, el ser humano se hace mejor ser humano. Solo Dios puede libertar de la cárcel de la esclavitud pecaminosa en que nos encontramos. Ninguna “obra basada en la Ley” justifica a los judíos. Así ningún esfuerzo, en el cristiano es justificable ante Dios. No sirvo a Dios por lo que puedo hacer sino por lo que hizo él desde la cruz, entregando a su único hijo. Solo hay un justo y fue expuesto para nuestra propia justicia. Jesucristo, nuestro Salvador, es Dios que justifica nuestras vidas desde la liberación del pecado en el corazón nuestro. No digo que seamos justos, sino que en Cristo Jesús alcanzamos la justicia y la Salvación. Oremos: Dios bueno y de infinita misericordia. Cuán amables son tus misericordias y bondades. Ayúdanos a ser más bondadosos y misericordiosas cada día. Perdona nuestro pecado y guíanos a toda verdad. No nos dejes pensar que somos mejor que algún otro, igual que nosotros mismos. NO dejes que el egoísmo, la envidia, el celo, la arrogancia hagan nido en nuestro corazón. Sé que ninguna de mis acciones es para salvación, aunque evidencian que soy mejor ser humano cada día. Déjame vivir conforme a tu voluntad. En el nombre de Jesús, amén.
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AutorPastor José Báez Báez Categorías
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September 2017
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