"un ca-fe
con dios"
Rvdo. José L. Báez báez
Una lluvia se oye...
1 Reyes 18.41-45 En los tiempos de Elías "la sequía" había sido anunciada por el propio Elías. Durante ese tiempo Elías se movía de un lugar a otro a causa de la sequía y en obediencia a lo que Dios le decía. La RAE (Real Academia Española) define sequía como "tiempo seco de larga duración. La ciencia la define como la "falta de lluvia". Eso es lo que estamos experimentando en Puerto Rico. Estamos viviendo un tiempo seco de larga duración, de falta de lluvia, etc. Muchos alarmados y paralizados por lo que ocurre solo comentan pero no hacen provisión. Debemos estar preparados y comprar agua y víveres básicos. Si no hay lluvia todo se afecta porque la falta de lluvia es falta de vida en las plantas y por consecuencia en el resto de todas las cosas. ¿Qué hacer? La sequía es inminente. Como pueblo de Dios nos corresponde alzar nuestro rostro y doblar nuestras rodillas. No se trata de lo que le ocurre a otros sino de lo que nos ocurre a todos y todas. Ante la sequía estamos todos y todas en la misma posición. Sin embargo, creer, tener fe, confianza y esperar en la acción de Dios es nuestra primera provisión. Oremos y clamemos al Dios de los cielos porque "una lluvia grande se oye". Esa era la expresión de Elías cuando nada de lluvia estaba asomándose. Elías le dijo a su criado "mira hacia el mar" y el criado no veía nada. Esto ocurrió por siete veces. No nos impacientemos porque la sequía dura pero no es eterna. Nuestro Dios es Dios que recoge los vientos y desata la lluvia. Yo me atrevo a mirar la lluvia que se oye en el nombre de Jesús. A la séptima vez que el criado subió y miró al mar le dijo a Elías: "veo una pequeña nube como la palma de la mano de un hombre que sube del mar". Quizás no veas la lluvia, pero si vez una nube por pequeña que sea, entonces, la lluvia se acerca. No tenga duda que nuestras sequías iniciaron hace mucho tiempo. Sequía económica, política, laboral, moral, ética, de búsqueda de Dios, de afirmación familiar, de amarnos los unos a los otros, de compartir en familia etc. Tampoco tengo duda que durante las sequías que han irrumpido en nuestras vidas Dios ha estado presente cada mañana. Si amaneció y estás de pie ya Dios se hizo presente en tu sequía. Si Dios está hay vida y si hay vida creamos y confiemos que la lluvia no tarda. Oremos: Dios y Señor Jesús. Sin espíritu no hay vida y sin lluvia no hay vida. Es por eso que el agua siempre ha representado tu presencia, es decir, tu Espíritu. Quizás nuestras sequías hayan comenzado hace tiempo. Nuestra Patria te necesita. Aquí estamos Señor y nuestros embalses se vacían cada día. ¡Ten misericordia! ¡Ten misericordia! y si te parece bien, perdona nuestras ofensas y manda la lluvia. Todos y todas tenemos la misma petición delante de ti. Gracias por los días que hubo lluvia y no nos acordamos de decirte gracias. Perdona por las veces que enviaste la lluvia y nos quejamos diciendo que parecíamos sapos de tanta lluvia. Perdona porque cuando lavamos el carro llovió y nos molestamos y hasta renegamos. Perdona por las veces que teniendo nos olvidamos que otros no tienen. Confío en tus promesas y hoy es un nuevo día. Sé que la lluvia viene. Mientras tanto camino porque ayer fuiste mi sustento y no morí de sed y hoy sé que harás provisión para que no muramos de sed. Quita todo espíritu de alarmista y de exagerado y dame sabiduría y prudencia para esperar. En tu nombre, hemos orado, amén.
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AutorPastor José Báez Báez Categorías
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September 2017
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