"un ca-fe
con dios"
Rvdo. José L. Báez báez
Salmo 120.6 “Mucho tiempo ha morado mi alma con los que aborrecen la paz”.
Ser un buen cristiano/a es más que decir que se cree en Dios. ¿Qué tal el labio mentiroso? ¿Qué tal la lengua engañosa? Hay quienes buscan la ruina de los demás y solo están enfocados en ser fariseos de la religión. Esos son los que buscan cualquier ocasión para herir sin contemplar las consecuencias. ¿Quién dice que cree pero no permite que el pecador se acerque a Dios? El salmista sabía que era mejor colocar, esa gente, en las manos del que pesa los corazones. Por ello decía, “libra mi alma”. ¿Para qué tanta saeta verbal? ¿Cuál es el fin? Son muchos los que aborrecen la paz. Prefieren vivir lastimando que amando. ¿Qué evangelio han conocido? Nuestro pensamiento sea de paz y no de guerra. El salmista ha puesto su esperanza y confianza en el Dios de paz. Cosecharemos lo que sembramos. La paz sobre todo y el amor como fundamento nos guiará a ser mejores creyentes. Podemos vivir entre los que aborrecen la paz pero no ser como ellos. Seamos pacíficos y no expresemos lo que nos define. Quien no perdona, no ama, no se reconcilia, no busca la unión es incapaz de alcanzar la paz. Oremos: Dios de paz. No permitas que las lenguas y labios engañosos contaminen el corazón. Libra nuestra alma de traer la contienda y preferir la herida. Llénanos de ti para que los días no estén llenos de guerra sino de paz. Cualquiera sea nuestra batalla no dejes que nuestra mirada sea persuadida por lo efímero. Quien no perdona, no ama, y mantiene a otros de la misma manera es incapaz de conocer la paz. Por ello te suplico que nos sanes de cualquier contaminación y nos dirijas hasta la eterna paz. En el nombre de Jesús, amén.
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AutorPastor José Báez Báez Categorías
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September 2017
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