La Palabra de Dios (para pensar y vivir)

Juan 1.1

A Dios solo es posible conocerle mediante su Palabra. Por otro lado, para conocer a Dios es necesario que Dios se revele. La tradición cristiana entiende a Dios porque habla y porque hay Palabra de Dios. Veamos algo de esta Palabra. 

La Palabra como acción creadora

Al hablar acerca de la Palabra de Dios, lo primero que tenemos que entender y comprender es que en la Biblia la Palabra de Dios es mucho más que la comunicación de Dios.  Las palabras son las expresiones de nuestros pensamiento para la comprensión del otro/otra. Si decimos (elefante) quien oye y me entiende piensa en un caballo. La Escritura/Palabra nos da a conocer a Dios, hace mucho más que eso. La Palabra de Dios es creadora, es poder creador. Cuando Dios habla, lo que Dios habla o pronuncia salta a la existencia, como dice Justo González. Dios dijo: Sea la luz ; fue la luz (Gn 1.3). Todo fue hecho por la Palabra "todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho (Jn 1.4). Esto es lo que quiere decir la promesa, de que la Palabra de Dios "no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié" (Is 55.11). No torna vacía porque más que hablarnos, Dios quiere transformar nuestra realidad. Cuando escuchamos la Palabra de Dios, aprendemos, pero en ella somos algo. En la Palabra de Dios no solo nos informamos sino que somos transformados continuamente. Esa Palabra transforma porque es acción creadora. No se trata de saber de Dios sino de escuchar y obedecer su Palabra.

Oremos: Señor y Dios. Somos porque tú nos formaste, porque tú nos hablas, porque tú Palabra es una continua acción creadora. Me creaste, y diste forma. Me permites amar y ser amado. Todo existe porque tú lo llamaste, es decir, lo pronunciaste y ya era Palabra en existencia. En el nombre de Jesús, amén. 


Pérez, González Justo L. y Zaida Maldonado. Introducción a la Teología Cristiana. Nashville: Abingdon Press, 2003.