"un ca-fe
con dios"
Rvdo. José L. Báez báez
Basado en el libro de Bonhoeffer, D. El precio de la gracia, El seguimiento. Salamanca, España: Editorial Sígueme, 2004.
La gracia de nuestro Señor Jesucristo es un don no merecido. Alguien me dijo que se le había extraviado una llave. Esa llave llevaba varios meses perdida. Sin embargo, su vida es servir al Señor. Su llave fue buscada en todos los rincones de la guagua. Así se busca aquello que tiene valor. Lo que nos cuesta no se suelta con facilidad. Buscó su llave sin detenerse, pero no aparecía. Llegó al templo y su llave apareció sobre el asiento de su guagua (vehículo) y en el estacionamiento del templo. Ello nos sirve de referencia para saber que lo valioso cuesta. Decirles cómo apareció la llave sobre el asiento (solo Dios) pero sí sé que desde ese día hubo alegría y susto en el corazón de aquel hombre. Alegría por encontrar la llave y susto porque la llave estaba tan visible que era imposible no encontrarla. La gracia del Señor es motivo de gran gozo pero para entenderla debemos encontrarla en él, es decir, Jesucristo. Hay que buscar la gracia no porque sea algo de nosotros sino porque nos la dieron a cada uno de nosotros. Juan 3.16 La Palabra de Dios es rica en sí misma porque es Palabra de Dios. Vale preguntar, como D. Bonhoeffer, ¿Qué quiere Jesús? Está claro que vivimos en distanciamientos de la Palabra de Dios. Ese distanciamiento nos dificulta la manera de seguir a Jesús. Desde la antigüedad el acceso a Dios era cosa de algunos y ellos, bien o mal, decían lo que habían escuchado de Dios. Ahora son nuestras palabras las que distancian a la gente de oír la Palabra de Dios. Mucha fórmula para entrar a donde solo el Espíritu nos puede guiar. Dios nos ha llamado (a todo pecador), no al pecado, a seguirle. Ante ello entra La Gracia. ¿Qué es eso de La Gracia? D. Bonhoeffer considera que la “gracia barata” es el enemigo mortal de la iglesia hoy. Esa gracia es considerada como mercancía que hay que liquidar. Es aquella que no costó nada. Si la gracia es barata negamos su valor en la encarnación y en la vida de Jesús. En la gracia barata se justifica el pecado y no el pecador. Vivir desde una gracia barata no hace diferencia entre la antigua manera de vivir y la presente o aparentemente nueva. Ello lleva al cristiano a vivir igual que cualquiera y sin diferencia alguna. Quien pretende vivir mundanamente sabe que no puede negarse a sí mismo. La gracia barata no problematiza nuestro interior. La Gracia Barata es la predicación del perdón sin arrepentimiento, es la búsqueda sin obediencia, es caminar pero no seguir, es evangelio sin cruz y sin vivencia. La Gracia Cara es el tesoro escondido por el cual el hombre vende todo lo que tiene. Es la perla preciosa, es la moneda que se busca hasta encontrarla. Todo ello no es de un brinco. En la Gracia Cara se entregan las redes y los pies inician un nuevo camino. En esta gracia cara se busca, se llama, se elige, se pide, pero no se deja de creer. Es Gracia porque viene de Jesucristo. Condena el pecado y proviene del calvario. Es cara porque le costó a Dios lo que nadie daría sin intenciones y propósitos. A Dios le ha costado la vida de su hijo. Lo que ha costado caro a Dios no puede ser barato para nosotros, ha dicho D. Bonhoeffer. Donde hay gracia cara hay encarnación. NO hay duda de la manera en que Dios nos ha provisto de la Gracia: “Porque de tal manera amó Dios al mundo que ha dado su hijo unigénito para que aquel que en él crea no se pierda más tenga vida eterna”, Juan 3.16. El “de tal manera” plasma lo inigualable y lo de buen precio. Esa gracia ha llegado como perdón. La gracia nos permite someternos al yugo de Jesucristo y esa misma gracia nos capacita para cargar el yudo fácil y ligero. NO fue batata, una gracia que costó vidas, que asesinaron familias, que torturaron, masacraron etc., todo ello porque su amor era tal que no podían negarse a vivir desde el martirio la experiencia de la eternidad. Oremos: Dios bueno y de infinitas misericordias. Tu amor no tiene comparación. Tu gracia me ha sostenido. Tú eres Dios y sobre cada paso te suplico que estés conmigo. No merezco tu gracia pero el precio que pagaste me hace mirarme y entender el valor de la cruz. Tu gracia me sostiene porque fue alto el precio que pagaste. En el nombre de Jesús, amén. Esta reflexión es solo un breve acercamiento sobre La Gracia. Las diversas dimensiones de la misma no son discutidas en esta reflexión. Reflexionaremos en otra ocasión. Dedicada a Gregorio Nieves y Anibal Cuevas, hermanos en la fe y portadores de la gracia de Dios. Dios les bendiga rica y abundantemente.
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AutorPastor José Báez Báez Categorías
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September 2017
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