"un ca-fe
con dios"
Rvdo. José L. Báez báez
Con el espíritu de espera no hay muchos. La espera es la actitud que el tiempo de Adviento nos exige continuamente, según Anselm Grün. "Sed como los hombres que aguardan a que su señor regrese de las bodas, para que cuando llegue y llame, le abran en seguida", Lc 12,36. La espera es una espera tensa, pero con esperanza. Aguardamos que el Señor regrese. En la espera se forja el carácter y se aniquila la desesperación. Esperamos que se culmine el año, que nos graduemos, que alcancemos nuestros sueños, que vayamos tras lo misterioso, etc. Así que la espera es una tensión sana. Quien espera sabe que llegará el tiempo y el aburrimiento no le cubrirá porque no tiene espacio. Cuando llega lo esperado hay fiesta. Dios, como nosotros, también espera. Espera que nos abramos a él, que nos volvamos de nuestros malos caminos, que seamos sensible a su voz, que reconozcamos que le necesitamos. Dios espera que amemos, que perdonemos, que dedicamos lo que somos a la vida en santidad. Cuando estamos en la espera nos remitimos al observar en el camino. En el observar del ir y el venir se espera. ¿Qué es lo que esperas? Cuando estamos en espera nos sobreponemos a la simple mirada y observamos con atención. Ya no son simples cosas las que ocurren en la vida, sino vivencias que agudizan nuestra mirada para atender a las personas con las que estamos hablando. Este año, posiblemente, esperaste cosas. Entiendo que ese fue el problema, esperar cosas. Esperamos a alguien, nos esperamos a nosotros mismos, para descubrir en el caminar que no estamos solos ni solas y que la vida es gozo, alegría y paz. Aguardar lo sagrado es estar pendiente a que el Señor llegue y llame para abrirle enseguida. ¿Ha llegado, el Señor a tu vida y le has abierto? "Si oyeras hoy su voz no endurezcáis tu corazón". Cuanto tienes proviene de quien te da salud, vida, fuerza, memoria, razón, voluntad, sentimientos, y todo lo que te compone. Entonces, Dios sigue en espera de que respondamos a un nuevo año con una nueva mirada de fe. Algo nuevo está a punto de acontecer en tu vida. Espera con ilusión, con deseos, con alegría. Este nuevo año Dios te espera para que vivas.
Oremos: Dios y Señor que encamina. Que aguarda nuestra respuesta por amor y misericordia. Que en este tiempo de Navidad y este restante del año endereces lo torcido de nuestras vidas. Así como tú esperas por nosotros, enséñanos a esperar por los demás, cuando se equivocan, cuando nos son como nosotros, a esperar por los que no pueden llegar primero, a los que no tienen oportunidades sociales, etc. Tu llegada fue un tiempo de espera compensado por el amor en cada acción creadora. En el nombre de Jesús, amén.
1 Comment
Sandra Vargas
28/12/2015 12:18:04 pm
En quietud, obediencia y oración he esperado a mi Señor y se que aún en su silencio a su tiempo me contestara...
Reply
Leave a Reply. |
AutorPastor José Báez Báez Categorías
All
Archivos
September 2017
|