"un ca-fe
con dios"
Rvdo. José L. Báez báez
Texto: Salmo 37:1-5 Introducción: Este es un salmo educativo, que se relaciona íntimamente con la literatura sapiencial. La teología de este salmo es de suma importancia. El salmista explora el sufrimiento de los justos y la prosperidad de la gente malvada, que es una preocupación que ha trascendido. Sin embargo, enfocaré esta reflexión en la importancia de confiar en el Señor. La primera enseñanza del salmo es un llamado a resistir la tentación de envidiar el éxito de las personas malvadas (Pr 24.19;23.17). Este tipo de prosperidad mal habida no tiene fundamento moral. Si el triunfo de algunos está en la injusticia, en la opresión de los demás, dicho triunfo es superfluo. Es una actitud impropia. Si cada ser humano es imagen de Dios y quien triunfa lo hace lacerando, lastimando, dicha imagen, es decir el otro, me parece que no ha vivido. Es un ser que camina sin corazón. Es por ello que el salmista advierte, "no te impacientes a causa de los malignos, ni tengas envidia de los que hacen iniquidad". Esa acción de los malvados es como la hierba del campo, que es cortada, que no perdura, que no tiene futuro. Es una prosperidad ilusoria. Esa es la razón por la que se secarán. Y se seca quien no permite que los demás vivan, se seca quien se ocupa de la vida del otro/otra pero no de la de él/ella. No te seques pensando en qué o cómo prospera el otro/otra. Sé paciente y confia en Dios porque Dios afirma su presencia en su provisión, en su verdad, en su amor.
Es importante confiar en el Señor. El confiar en Dios subraya la contraposición a la actitud insana de las personas malvadas. Cuando confiamos en Dios hacemos el bien y ello marca y define nuestro estilo de vida y el Dios que servimos. Ese hacer el bien, que expresa el salmista en el verso 3, afirma la importancia de descansar y deleitarse en Dios. Cuando nos deleitamos nos recreamos en Dios, es decir nos complacemos en el Señor como el Señor se complació en su hijo, Jesús. Esa es nuestra confianza. Por otro lado, quien vive para sí, vive solo, vive para satisfacer sus deseos egoístas, aislado de la comunidad y distanciado de la familia. Sin embargo, quien vive, es capaz de "habitar en la tierra". De heredar la recompensa divina de la tierra, es decir la estabilidad. Vivir es disfrutar a plenitud lo que Dios ha puesto a nuestra disposición para hacer manifiesta la bendición de Dios en otros/otras. Disfrutar de Dios es deleitarnos en Dios es mantenernos firme ante la tormenta. Confiar en Dios es esperar su promesa no importa cuánto tarde. Tener fe en Dios es que nuestras peticiones/oraciones serán contestadas. La frase "confía en el Señor" es la respuesta que sana la envidia y el resentimiento. Deleitarme en esa confianza sugiere la idea de permitir que Dios te cuide y te proteja. Confía en el Señor y él hará. Cuando confiamos en el Señor y encomendamos nuestra vida en él hace que se manifieste su justicia. No tengas envidia del otro/otra, porque nuestro Dios es más que lo que puedes ver hoy. El es el Dios de ayer, de hoy y de mañana. ÉL hará no temas". Señor, ayúdanos a confiar de tal manera que solo tengamos deleite en tu amor. No permitas que nuestros ojos miren la prosperidad del otro y la confundamos diciendo que nos has abandonado. Fortalece nuestros pasos porque hoy volvemos a encomendar nuestro camino en ti. En el nombre de Jesús, ¡Amén!
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AutorPastor José Báez Báez Categorías
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September 2017
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